Oración dedicatoria

Templo de la Ciudad de Panamá, Panamá, 10 de agosto de 2008

Oh Dios, nuestro Padre Eterno, ante quien nos inclinamos con amor y reverencia, venimos a Ti este día sagrado y bendito con corazones rebosantes y un espíritu de humildad.

Oramos a Ti, nuestro Padre, en el nombre de Tu Amado Hijo, nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo el Señor. Sabemos que mediante la obediencia a Tus mandamientos divinos podemos regresar a Ti y ser bendecidos con la vida eterna en Tu presencia exaltada.

Estamos agradecidos por haber completado ésta, Tu Santa Casa. Te pedimos que bendigas a aquellos miembros fieles, aquí y en todo el mundo, que han contribuido con sus diezmos haciendo posible este magnífico edificio para bendecir a todo aquel en entre en él.

Agradecemos que hayas enviado a esta tierra a Tu Hijo Unigénito, quien dio Su vida como nuestro Salvador y nuestro Redentor. La Expiación efectuada por Tu Hijo da un propósito a nuestro ser y dirige nuestros pensamientos hacia el cielo.

Te damos gracias por la restauración del Evangelio por conducto de Tu profeta José Smith, que restituyó al mundo el conocimiento de Ti, de Tu Hijo y de Tus santos propósitos.

Te agradecemos el sagrado poder sellador, que permite que en este templo y en todas Tus otras santas casas, Tus fieles santos puedan ser investidos con poder de lo alto y concertar esos convenios eternos que abren la puerta para recibir todas las bendiciones de Abraham, Isaac y Jacob y todos los santos profetas.

El Plan de Salvación que se enseña en el templo con sencillez, pero con poder, será un faro inextinguible de luz divina para guiar nuestros pasos y mantenerlos de manera constante en el camino hacia la vida eterna.

Al hacer la obra en este templo por los que se han ido al más allá, se nos recuerda el consejo inspirado del presidente Joseph F. Smith, quien declaró: “Mediante nuestros esfuerzos en bien de ellos, las cadenas del cautiverio caerán de sus manos y se disiparán las tinieblas que los rodean, a fin de que brille sobre ellos la luz y en el mundo de los espíritus sepan acerca de la obra que sus hijos han hecho aquí por ellos, y se regocijen”.

Procuramos ser como Tú; procuramos modelar nuestra vida de acuerdo con la vida de Tu Hijo; deseamos rectitud para nosotros, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos. Te rogamos que nos hagas dignos de heredar la plenitud de esas bendiciones que sólo se hallan en Tus santos templos, aún aquellas que surgen de la continuación de la familia para siempre.

Pedimos Tu ayuda, Padre, para hacer de nuestro hogar un refugio de paz y felicidad; que en nuestra familia tomemos tiempo para orar, meditar y agradecer.

Padre Celestial, rogamos que bendigas con Tu influencia guiadora y Tu inspiración al Presidente de la Iglesia y a sus consejeros, que son parte de la Primera Presidencia, del Quórum de los Doce Apóstoles, de los Quórumes de los Setenta y del Obispado Presidente.

Bendice al presidente de este templo y a sus consejeros, al igual que a sus esposas y a todos los que colaborarán en el funcionamiento del templo.

Expresamos nuestra gratitud por todos los que participaron en los preparativos para este glorioso día de dedicación, así como los que llevaron a cabo el exitoso programa de puertas abiertas. Rogamos que Tus bendiciones acompañen a la gran multitud que estuvo dentro de estas sagradas paredes y tuvo pensamientos conmovedores que inundaron su mente y su corazón. Que el espíritu del templo continúe con ellos.

Ahora, nuestro Amado Padre, bajo la autoridad del santo sacerdocio y en el sagrado nombre de Jesucristo, dedicamos a Ti y a Tu Hijo éste, el Templo de la Ciudad de Panamá, Panamá, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Lo dedicamos como una casa de bautismo, una casa de investidura, una casa de sellamiento y una casa de rectitud para los vivos y para los muertos.

Suplicamos que Tú aceptes este edificio y que lo bendigas; que Tu Espíritu acompañe y guíe a los que oficiarán en él, que la santidad prevalezca en todo cuarto. Te pedimos que todos los que entren en él sean de manos limpias y corazón puro; que edifiquen su fe y salgan con un sentimiento de paz, alabando Tu santo nombre.

Dedicamos el terreno sobre el cual se encuentra; dedicamos esta hermosa estructura, desde los cimientos que no se ven, hasta la majestuosa figura de Moroni, que corona su punto más elevado. Dedicamos el bautisterio, todos los sectores para administrar las sagradas ordenanzas, las salas de investidura, las salas de sellamiento con los sagrados altares y la hermosa sala celestial, así como todas las instalaciones anexas y el hermoso jardín con el césped, las flores, los árboles y los arbustos. Protege todo de cualquier influencia devastadora, destrucción o deterioro.

Rogamos que esta Casa proporcione un espíritu de paz a todo aquel que observe su majestuosidad, y especialmente a los que entren para realizar sus propias sagradas ordenanzas y para efectuar la obra por sus seres queridos que están más allá del velo; permíteles que sientan Tu divino amor y misericordia.

Al dedicar este sagrado edificio, rededicamos nuestra vida a Ti y a Tu obra.

Protégenos, te suplicamos, del egoísmo y del pecado, y provéenos del poder para elevarnos por encima de todo lo que sea indigno de Tus hijos.

Dedicamos ahora este templo como morada para Ti y para Tu Hijo. Que Tu gloriosa luz siempre brille sobre él. Concédenos Tu sello de aprobación ratificador para este servicio dedicatorio y para todo lo que hemos hecho y haremos en ésta, Tu Santa Casa, que ahora presentamos ante Ti.

Que nosotros, Tus hijos, seamos merecedores de Tus abundantes bendiciones y Tu atento cuidado, rogamos, en el nombre de Tu Amado Hijo, a saber, el nombre de Jesucristo, el Señor. Amén.