Oración dedicatoria

Templo de Trujillo, Perú, 21 de junio de 2015

Oh Dios, Padre Eterno, inclinamos nuestras cabezas ante Ti con agradecimiento y amor por este día de dedicación. Nuestro corazón se regocija y nos dirigimos a Ti con fe en oración. Pedimos que Tu Santo Espíritu nos acompañe.

Te damos gracias por Tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Te damos gracias por el profeta José Smith, por medio de quien has restaurado Tu santo sacerdocio y los principios y las ordenanzas eternos del Evangelio, y las llaves que se ejercerán en Tu santo templo. Te damos gracias por los misioneros y los miembros fieles que han edificado esta gran obra en este bendito país del Perú y alrededor del mundo. Han dado de su tiempo, sus medios y aun sus vidas por Tu causa y Tu reino. Te agradecemos el tener un profeta en nuestros días, quien es el presidente Thomas S. Monson; lo amamos y oramos por él.

Rogamos que bendigas a los líderes y a la gente de esta nación por la amabilidad que demuestran hacia Tu Iglesia. Oramos por todos aquellos en este país que tengan la oportunidad de escuchar y meditar el mensaje del evangelio restaurado de Jesucristo. Que Tu bondad ilumine su corazón y su vida. Apresura el milagro de la conversión entre esta gran y buena gente. Te agradecemos el registro sagrado de Lehi, Nefi y Jacob; Alma y Mosíah; Benjamín, Mormón y Moroni. Agradecemos la voz que clama desde el polvo para testificar de la divinidad de Tu amado Hijo, el Señor Jesucristo. Tú has enviado a Tu profeta, Elías el Profeta, para volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el de los hijos hacia sus padre. Este santo templo abre las puertas de la eternidad para que se cumplan esos propósitos.

Querido Padre, perdona nuestras faltas; fortalece nuestra fe y fortifícanos en nuestras debilidades. Danos poder para resistir los muchos y astutos engaños del adversario. Haz que tengamos más amor por Ti y por Tu Hijo en el corazón y en la vida. Que manifestemos ese amor demostrando compasión el uno por el otro, guardando los mandamientos y honrando los convenios que hemos hecho en Tu santo templo. Ahora, nuestro amado Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo y bajo la autoridad del sacerdocio eterno, dedicamos el Templo de Trujillo, Perú, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Lo dedicamos a Ti como Tu santa morada. Lo dedicamos a Tu Hijo como una casa de adoración, una casa de convenios, una casa de fe, una casa de Dios.

Dedicamos el terreno sobre el cual se encuentra con toda su vegetación. Dedicamos todos los edificios e instalaciones que se encuentran sobre el terreno de este templo. Dedicamos el templo desde sus cimientos hasta la cima de la aguja con la figura de Moroni que la corona, las paredes y las ventanas para que resistan las tormentas de la naturaleza y sean consideradas con reverencia y respeto; todos los elementos del interior y del exterior, y las salas de este edificio.

Rogamos que aceptes este templo como un obsequio de nuestro corazón y nuestras manos. Que el manto de santidad cubra este sagrado edificio; que se eleve como un faro de verdad y luz eternas en esta hermosa y singular parte de Tu creación. Protege esta santa casa de todo aquel que quiera dañarla o profanarla de cualquier manera. Que todo aquel que entre en este templo lo haga con dignidad. Sella sobre ellos una investidura de rectitud que llegue a ser una protección a lo largo de su vida.

Bendice a la juventud de la Iglesia para que comprenda el templo y la divinidad de Tu obra. Que sean leales y fieles a Ti a lo largo de su vida. Te damos gracias por los fieles pagadores de diezmo en toda la tierra, cuyas ofrendas consagradas han hecho posible este templo. Abre las ventanas de los cielos y derrama bendiciones sobre ellos. Que sientan Tu amor y que Tus brazos misericordiosos los rodeen como las alas de un águila. Bendice a todos los que sirvan, trabajen o participen en cualquier capacidad en este sagrado templo. Oramos por el presidente del templo y sus consejeros, por la directora de las obreras y sus ayudantes a medida que sirvan en Tu santa casa.

Nuestro Padre Celestial, Te amamos. Sabemos que Tú nos amas. Amamos a Tu amado Hijo, nuestro Redentor y Salvador. Te damos gracias por Su sacrificio expiatorio. Todas las bendiciones de este templo descansan sobre el gran y divino acto del amor de Tu Hijo. Querido Padre, acepta nuestra oración al dedicar este templo a Ti, y al rededicarnos a nosotros mismos a Ti y a Tu servicio. Pedimos estas cosas en el nombre de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo. Amén.