Oración dedicatoria

Templo de Villahermosa, México, 21 de mayo de 2000

"Gracias damos a tu nombre, oh Señor Dios de Israel, tú que guardas convenios y muestras misericordia a tus siervos" (D. y C. 109:1).

Rogamos que escuches nuestra oración, amado Padre, al inclinarnos ante Ti con respeto y amor en este maravilloso día de dedicación.

Nos encontramos reunidos con corazones alegres e inmensa gratitud por Tu santa casa que se ha erigido entre nosotros. La obsequiamos a Ti y a Tu Hijo como testamento de nuestro amor y de nuestra gratitud por la gran obra que aquí se llevará a cabo.

Por la autoridad del divino sacerdocio que proviene de Ti, y en el nombre de nuestro Redentor, consagramos y dedicamos a Ti y a Tu Hijo Amado éste, el Templo de Villahermosa, México, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Amado Padre, rogamos que Tú lo aceptes como nuestra ofrenda de amor. Por medio de los diezmos de Tus santos fieles, hemos tenido la bendición de construirlo como nuestro obsequio para Ti y para nuestro Señor. Su belleza es digna de contemplar y es maravilloso meditar en sus propósitos.

Dedicamos los terrenos sobre los que descansa, y la estructura entera, desde los cimientos hasta la estatua de Moroni. Dedicamos las paredes y rogamos que permanezcan seguras de las tormentas de la naturaleza y de cualquier mano impía que se sienta inclinada a profanarlas. Que en vez de ello, todos aquellos que pasen por aquí sientan un espíritu de respeto por la santidad de ésta, Tu casa.

Dedicamos todas las instalaciones del interior, el bello bautisterio, las diversas salas de las ordenanzas, las salas de sellamiento con sus altares sagrados, los pasillos, las oficinas y el equipo mecánico; que todos puedan funcionar en armonía.

Rogamos que ésta en verdad sea “una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” (D. y C. 109:8).

Rogamos que Tu Santo Espíritu conmueva el corazón de todo aquel que entre por sus puertas; rogamos que lo haga con reverencia y respeto. Rogamos que ésta, Tu casa, se destaque como una expresión del convenio llevado a cabo entre Tú y Tus hijos, y rogamos que Te sientas compelido a mirar con benevolencia a Tu pueblo y abras las ventanas de los cielos y derrames bendiciones sobre ellos.

Escucha las oraciones de Tu pueblo siempre que eleven sus súplicas a Ti en sus dificultades; concédeles paz en sus corazones y la seguridad de que Tu velas por ellos. Rogamos que acudan a este lugar, vestidos de blanco, para estar en comunión Contigo y para participar en aquellas ordenanzas que les acarrearán bendiciones para su exaltación eterna, y para la exaltación de incontables personas que se encuentran más allá del velo de la muerte.

Rogamos que Tú bendigas a todos aquellos que presten servicio aquí, ya sean obreros o participantes; rogamos que a todos ellos les conmueva un espíritu de paz, de amor y de cercanía a Ti.

Oramos por la presidencia del templo, por la directora de las obreras y sus ayudantes, y por todos aquellos que prestarán servicio de cualquier manera. Concédeles fortaleza y alegría al hacerlo. Rogamos que Tus eternos propósitos con respecto a los hijos y a las hijas de Lehi se lleven a cabo en esta sagrada casa. Rogamos que todas las bendiciones del Evangelio eterno sean derramadas sobre ellos, y que el sufrimiento de los siglos sea mitigado por medio de la beneficencia de Tu tierno cuidado.

Es así como oramos a Ti en este día que por mucho tiempo llevaremos en nuestra memoria, y lo hacemos en el nombre de Tu Amado Hijo, Él, que llevó a cabo nuestra salvación mediante Su maravillosa Expiación, sí, el Salvador del mundo, el Señor Jesucristo. Amén.