Oración dedicatoria

Templo de Washington D.C., 14 de agosto de 2022

Oh Dios, nuestro Padre Eterno, en el nombre de Tu Hijo Amado Jesucristo, nos inclinamos humildemente ante Ti para rededicar este, el Templo de Washington D. C. de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Tu noble siervo, el presidente Spencer W. Kimball, dedicó por primera vez esta magnífica Casa del Señor hace cuarenta y ocho años. Por entonces, fue el decimoctavo templo en construirse en esta dispensación. A fin de preservarlo para futuras generaciones, ha sido renovado y remodelado hermosamente. Estamos agradecidos por todos los que participaron en la ardua tarea de preservar y renovar este templo. Por favor, bendícelos por su esmerada maestría y por su fe.

Al ofrecer esta oración de rededicación, rogamos que el espíritu de la histórica oración dedicatoria del presidente Kimball forme parte de esta oración.

En esa sagrada ocasión, el presidente Kimball recordó con gratitud: “Hiciste que esta tierra fuera […] colonizada por personas que fundaron una gran nación con una constitución inspirada que garantiza la libertad, en la cual podría ocurrir la gloriosa restauración del Evangelio y de la Iglesia de Tu Hijo Amado”.

Ahora, nuestro Padre Santo, expresamos las gracias por esa libertad y por esta tierra. Expresamos las gracias también por las ordenanzas sagradas efectuadas y los convenios hechos en este templo desde su dedicación, en 1974. El Espíritu ha bendecido estos santificados recintos para Tus propósitos, los cuales, conforme al ruego del presidente Kimball, han abierto “las puertas […] para las multitudes que están esperando en el mundo de los espíritus”.

Querido Padre Celestial, te damos las gracias por Tu Hijo Amado Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor. Su expiación ha posibilitado Tu gran plan para las bendiciones de inmortalidad y de vida eterna de Tus hijos.

Estamos agradecidos de que te hayas aparecido con Tu Hijo Amado Jesucristo al profeta José Smith a fin de abrir los cielos y restaurar la plenitud de Tu evangelio para bendición de Tus hijos. Expresamos nuestra profunda gratitud por la restauración de las llaves y la autoridad del sacerdocio, las Escrituras adicionales y todas las bendiciones que ahora están disponibles para nosotros.

Hoy estamos muy agradecidos por el libre ejercicio de la religión, garantizado por la inspirada Constitución de los Estados Unidos de América. Estamos agradecidos por dicha Constitución y por los líderes pasados, presentes y futuros de esta gran nación. Por favor, bendícelos con el deseo de hacer lo que es correcto.

Tenemos presentes a los muchos embajadores y diplomáticos que vienen a esta gran ciudad de muchas naciones del mundo. Rogamos que los bendigas a ellos y a todos Tus hijos con el deseo de buscarte y guardar Tus mandamientos. Por favor, bendice a Tus hijos del convenio para que sean ejemplos de luz espiritual y rectitud a todo el mundo.

Padre nuestro, expresamos gratitud por los muchos amigos, miembros y misioneros que han trabajado tan diligentemente para establecer la Iglesia de Tu Hijo Amado en todo el mundo.

Estamos agradecidos por los fieles pagadores de diezmos que han consagrado sus medios para la edificación de Tu reino en la tierra. Bendícelos a ellos y a su posteridad con un profundo deseo de permanecer en la senda de los convenios que los conduce a ellos y a su familia de regreso a Tu santa presencia.

Rogamos que todos aquellos que entren en estos sagrados recintos tengan el profundo deseo de adorar aquí. Por favor, bendícelos con el espíritu de Elías, para que continúen volviendo el corazón a sus antepasados, para que las ordenanzas esenciales se efectúen por ellos. Bendícelos también con revelación, con guía para sus familias y su vida personal, con un sentido de paz, y con fe creciente siempre.

Ahora, Padre Santo, en el nombre de Tu Hijo Amado Jesucristo y con la autoridad del santo Sacerdocio de Melquisedec, rededicamos y consagramos a Ti y a Tu Hijo este, el Templo de Washington D. C. de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Te pedimos que aceptes esta Casa como nuestra ofrenda a Ti y a Tu Hijo como un lugar digno de ser Tu santa morada; Y te pedimos que bendigas a todos aquellos que en ella entren para sientan Tu presencia y tengan constancia de Tu amor.

Rededicamos el terreno sobre el cual se erige este templo. Rededicamos sus cimientos, bases y agujas. Rededicamos sus altares y las salas interiores, incluyendo el bautisterio, las salas de investidura, las salas de sellamiento, el salón de asamblea, el salón celestial, y las áreas administrativas e instalaciones de servicios. Rededicamos el hermoso terreno, los bellos árboles, arbustos, y todos los sistemas que se requieren para mantener la belleza de este sagrado lugar.

Frustra, por favor, cualquier fuerza indeseada que pudiera dañar esta Santa Casa. Te rogamos que la preserves de cualquier desastre natural o malvado designio. Haz de ella un refugio para todos aquellos que entren en sus alrededores. Por favor, bendice a todos aquellos que pisen este terreno, por la razon que sea, para que sientan Tu presencia y para que se vayan con un renovado sentido de esperanza y un creciente deseo de acercarce a Ti y a Tu Hijo.

Te pedimos que bendigas a la presidencia del templo, a la directora de las obreras, a sus asistentes y a todo el que ofrezca su servicio consagrado dentro de esta Santa Casa. Bendice a todos los que sirvan en este templo para que actúen con amor y bondad. Bendice a todos los que entren aquí para que adquieran un mayor sentido del glorioso futuro que aguarda a aquellos que guardan los mandamientos de dios. Que la influencia santificadora de Tu Santo Espíritu esté siempre presente en todas las ordenanzas sagradas que se efectúen aquí dentro.

Padre Celestial, en este día de rededicación, también rededicamos nuestra vida a Ti y a Tu obra al servirte a Ti y a nuestros familiares en ambos lados del velo. Que podamos ser tenidos por dignos de las grandes bendiciones que nos has prometido, incluso aquellas que ya has derramado sobre Tu Iglesia y sobre Tus hijos del convenio. Ofrecemos esta oración de rededicación y alabamos Tu santo nombre por siempre, en el sagrado nombre de Tu Hijo Jesucristo. Amén.