Jesus is persecuted, mocked, and crucified. His followers mourn and find the tomb empty on the third day. The Son of God breaks the bands of death and ascends to His Father in Heaven. —Easter Part 2
Vivir el Evangelio

#GraciasaÉl la muerte no es el final

10/19/24 | 1 min de lectura
Jesucristo murió para que podamos vivir.

Durante la época de Jesús, Su pueblo estaba gobernado por dos grupos: los sumos sacerdotes judíos y el gobierno romano. Después de que el Salvador fuera arrestado, lo llevaron a ambos tipos de líderes para ser juzgado.

Los ancianos de los judíos hicieron falsas acusaciones en Su contra ante un sumo sacerdote llamado Caifás. Entonces un líder romano llamado Pilato interrogó al Salvador. Finalmente, Cristo fue sentenciado a muerte por crucifixión.

Los soldados azotaron a Jesús y, para burlarse de Él, lo vistieron con una corona de espinas y un manto. Lo llevaron al Gólgota donde lo clavaron a una cruz. Durante Su sufrimiento, Jesús pidió al Padre Celestial que perdonara a los soldados que lo crucificaron y le dijo a Su Padre que Su obra había terminado.

Después de Su muerte, el velo del templo se rasgó por en medio y la tierra se estremeció. En todo el mundo, otros grupos de personas como aquellos de quienes se escribe en el Libro de Mormón también vieron las señales de Su muerte. El Salvador había permitido que Su cuerpo fuera quebrantado, ¡pero no era la última vez que Sus seguidores lo verían con vida!

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Su amor

Jesucristo murió por todos, pero también por ti, de manera individual. ¿Qué le dirías si estuviera de pie junto a ti?

Nota: Esta publicación es parte de una serie que comparte los acontecimientos de la semana previa a la resurrección del Salvador.

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