Fíjate de qué manera ella incluye a Dios al establecer prioridades diarias.
Algunos pasajes de las Escrituras dicen que debemos estar “anhelosamente consagrados a una causa buena”1, mientras que otros enseñan “hágase todo decentemente y con orden”2.
¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre llenar nuestro tiempo con buenas obras sin dejar que nuestra lista de tareas pendientes nos abrume?
Esta señora parece tener la idea correcta. Echa un vistazo a su rutina de mañana y de tarde. ¿Podría algo así bendecir tu vida?
¡Echa un vistazo a las páginas 17 y 18 de la revista de abril para ver un artículo sobre cómo usar tus 24 horas de una manera saludable!
Notas
1. Doctrina y Convenios 58:27.
2. 1 Corintios 14:40