Bryan S., de California, EE. UU., tenía problemas con sus amigos en la escuela. Sentía que ellos no eran una influencia positiva para él y que no eran muy leales.
“Hacían cosas sin mí y me dejaban fuera”, nos dijo durante una conferencia para jóvenes sordos. Quería dejar a ese grupo de amigos, pero tenía miedo.
“Era arriesgado”, explicó. ¿Y si acababa aislado, sin ningún amigo?
“Oré y pedí ayuda al Señor”, recordó. “La respuesta fue sencilla: ‘Simplemente deja a ese grupo de personas’. Así que lo hice”.
Al confiar en el Señor, Bryan pudo encontrar a mejores amigos con normas similares.
“Me siento más positivo”, dijo. “Ellos son una buena influencia para mí”.
¡Sus nuevos amigos lo invitan a pasar un rato juntos siempre que se presenta la oportunidad!
“Me siento tan bien con estos otros amigos que quiero estar más con ellos”.
Dejar a su grupo anterior y encontrar a nuevos amigos fue una decisión difícil, pero a la larga resultó ser lo mejor. ¡Siempre seremos bendecidos por confiar en el Señor! Él es el mejor Amigo que podríamos pedir.