Alma, hijo, y Amulek visitan a los zoramitas en la ciudad de Antiónum. El pueblo ha negado a Cristo y ha echado a los pobres de sus sinagogas. Alma enseña a los pobres y testifica de la fe y la ministración de ángeles. Amulek testifica de Jesucristo y del poder del arrepentimiento (Alma 31-34).