El amor y el sentido de pertenencia
Devocional mundial para jóvenes adultos
Domingo 19 de noviembre de 2023
Élder Quentin L. Cook: La pregunta sobre el amor y el sentido de pertenencia guarda una estrecha relación con afrontar los desafíos de la vida y de la fe. Mary, ¿podrías abordar esta cuestión importante?
Hermana Mary Cook: Todos somos hijos de Dios, y pertenecemos a la Iglesia restaurada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sin importar las diferentes situaciones, todos pertenecemos a ella.
En las Escrituras está claro que Dios ama a todos Sus hijos procreados como espíritus, y que todos son iguales e importantes ante Dios.
En 2 Nefi 26:33 dice, en parte: “Él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres […]; y todos son iguales ante Dios”.
Puesto que todos somos hijos de Dios procreados como espíritus, tenemos una identidad espiritual, sobre la cual cantamos en “Soy un hijo de Dios”1.
Hace unos años, cuando vivíamos en el área de la Bahía de California, los jóvenes adultos y los hombres jóvenes mayores cantaban y participaban en el espectáculo del Templo de Oakland, California, titulado “Y aconteció”. Una canción era sobre nuestra identidad espiritual. Se llama “¿Quién soy?” y hace las preguntas: “¿Por qué estamos aquí?” y “¿hacia dónde vamos?”.
La canción termina con esta poderosa respuesta:
“Esto es lo que soy.
Mi espíritu vivió con mi Padre antes de que se formara la tierra.
Elegí el camino a seguir cuando terminé mi primer estado.
Vine a la tierra para obtener un cuerpo creado como el de mi Padre
para unir mi espíritu y mi cuerpo, para hacer divina mi alma.
Esto es lo que soy.
Soy un hijo de mi Padre […] Celestial.
Esto es lo que soy. […]
Soy un hijo de Dios”.
Todos los que participaban tenían un testimonio del Espíritu de que estaban cantando la verdad.
Élder Cook: El mes pasado, Mary y yo estuvimos en Éfeso, Turquía, con los líderes de misión de gran parte de Europa. El apóstol Pablo vivió y enseñó allí. Una de las epístolas a los efesios contiene una declaración poderosa: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos con los santos, y miembros de la familia de Dios”2.
¡Todos pertenecemos a ella!
Hermana Cook: A. A. Milne escribió un libro sobre un oso dorado, que ama la miel, llamado Winny de Puh.
En un paseo con su amigo Piglet, Piglet le pregunta a Puh: “¿Cómo se deletrea amor?”. Puh contesta: “No se deletrea. Se siente”.
En la aplicación para estudiar las Escrituras en la Biblioteca del Evangelio, bajo “amor” dice: “El amor es un sentimiento de profunda devoción, interés y afecto. La muestra más grande del amor de Dios por Sus hijos se encuentra en la Expiación infinita de Jesucristo. El amor por Dios y por los semejantes es una característica de los discípulos de Jesucristo”3.
En Juan 3:16 leemos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Cuando Jesucristo vino a esta tierra en el meridiano de los tiempos, nos enseñó:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente.
“Este es el primero y grande mandamiento.
“Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”4.
Demostramos nuestro amor por Dios el Padre y Jesucristo al guardar Sus mandamientos. Esa es nuestra obra.
Demostramos nuestro amor a todos los hijos de Dios al ministrarlos y al vivir activamente el Evangelio, al hacer obra misional a medida que amamos, compartimos e invitamos a los demás a “venir a Cristo”. Demostramos nuestro amor por la familia al guardar nuestros convenios del templo y al hacer la obra del templo por nuestros antepasados.
Ahora, sean francos consigo mismos. Pregúntense: ¿Demuestran mis actos el amor que le tengo al Padre Celestial y a Jesucristo? ¿Estoy ayudando a las personas a mi alrededor a creer? Si me acusaran de ser cristiano, ¿habría suficiente evidencia para condenarme?
El poema “Outwitted” [Burlado], de Edwin Markham, dice:
“Trazó él un círculo y me excluyó
como hereje y rebelde a quien despreció.
Con amor e ingenio al final vencí:
Trazamos un círculo que lo incluyó!”
Seamos verdaderos discípulos y pacificadores. Que el amor puro de Cristo more en nuestro corazón a medida que demostramos, mediante nuestros actos, el amor que le tenemos a Dios y a Su Hijo Amado, Jesucristo.
Élder Cook: Les he pedido al élder y a la hermana Gilbert que hablen sobre las siguientes dos preguntas:
Primero: ¿Cómo podemos fortalecer la planificación y el equilibrio en la vida? Y, segundo: ¿Cómo defendemos la verdad en estos tiempos complejos?