“Vencer las tácticas de Satanás”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2022.
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Vencer las tácticas de Satanás
Satanás hace todo lo que puede para engañarnos. Afortunadamente, tenemos ayuda divina para evitar sus trampas.
Un mago chasquea los dedos y una esfera desaparece ante tus ojos.
¡Asombroso!
Luego saca un conejo de un sombrero de copa vacío y hace que algo parezca levitar.
¡Vaya! ¿Cómo lo hizo?
Los magos han descubierto cómo hacer creer a las personas que han presenciado algo imposible, cuando, en realidad, solo han visto lo que el mago quería que vieran.
¡Así es! En realidad, los magos no cortan a sus ayudantes por la mitad. Han encontrado formas inteligentes de engañarnos para que creamos que hemos visto algo que no ha sucedido en realidad. El secreto está en las ilusiones y el engaño.
Aunque todo esto se hace por diversión y entretenimiento, hay otros tipos de ilusiones y engaños que son peligrosos, tanto física como espiritualmente.
Un ilusionista y engañador peligroso
Satanás es el enemigo de toda justicia y no quiere que nadie siga al Padre Celestial ni a Jesucristo; quiere que lleguemos a ser miserables como él (véase 2 Nefi 2:27).
Para lograrlo, hace todo lo posible para que cuestionemos o ignoremos las verdades eternas. Trabaja sin descanso para confundirnos y hacernos creer que lo bueno es malo y lo malo es bueno (véase Isaías 5:20). Por eso se lo conoce a veces como el padre de todas las mentiras y el gran engañador (véase Moisés 4:4). Y ha estado haciendo esto durante mucho, mucho tiempo.
La Caída
En el Jardín de Edén, Dios dijo a Adán y a Eva que no comieran del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Si lo hacían, tendrían que abandonar el Jardín de Edén y algún día morirían, pero Dios les dijo que podían elegir (véase Moisés 3:16–17).
Satanás quiere destruir el plan de Dios. Lo intentó al tentar a Eva a comer el fruto prohibido; mintió y le dijo que ella no moriría (algo que contradecía directamente lo que Dios había dicho). También le dijo verdades a medias (véase Moisés 4:11).
Finalmente, tanto Adán como Eva comieron del fruto y fueron expulsados de la presencia de Dios; las Escrituras llaman a esto “muerte espiritual”. También se convirtieron en mortales, lo que significa que podían morir físicamente. Esto se conoce como la Caída.
Como descendientes de Adán y Eva, también nosotros nos encontramos separados de Dios y sometidos a la muerte física; también se nos prueba con las dificultades de la vida y las tentaciones de Satanás.
Todo esto podría parecer algo malo, pero la Caída es una parte importante del plan del Padre Celestial. Nos da la oportunidad de aprender y progresar utilizando nuestro albedrío para elegir hacer el bien. Y gracias a Jesucristo y Su expiación, podemos arrepentirnos cuando pecamos y prepararnos para recibir la vida eterna. Todo lo que ocurrió con la Caída, Jesucristo lo corrige; Satanás no detuvo el plan de Dios.
Vencer las tácticas de Satanás
Hoy en día, Satanás sigue tratando de engañarnos y confundirnos, y lo hace de varias maneras:
1. La tentación
A Satanás le gusta interponer pensamientos impuros y poco amables en nuestro camino; quiere que estas cosas entren en nuestra mente y que actuemos en consecuencia. Podemos resistir esta tentación diciéndole a Satanás que se vaya (véase el mensaje del élder Stevenson en la página 4). Una de nuestras mayores protecciones contra la tentación es orar siempre (véanse Alma 13:28; 3 Nefi 18:15). También podemos leer y estudiar las Escrituras, porque traen el Espíritu a nuestro corazón, nos reafirman en la verdad y nos fortalecen contra futuras tentaciones.
2. Mentiras y engaños
A veces, Satanás nos dice cosas como estas: “Nunca haces nada bien”, “Has pecado demasiado para ser perdonado”, “Es imposible cambiar” o “No vales nada y no le importas a nadie”.
Estas cosas son mentiras. ¡No las creas! Esta es la verdad: Dios te ama y se regocija en ti, porque eres hijo Suyo. ¡Eres asombroso! Tienes mucho potencial y, si lo sigues a Él, ¡tienes un futuro brillante! Aunque hayas cometido errores, todavía puedes tener esperanza y, junto con Cristo, cambiar las cosas.
Siempre puedes tener la certeza de que Satanás te dirá mentiras. También puedes tener la certeza de que el Espíritu te dirá siempre la verdad (véase Jacob 4:13). Esa es una de las razones por las que es importante que nos esforcemos por tener siempre el Espíritu con nosotros.
También podemos descubrir y resistir las mentiras de Satanás leyendo con frecuencia las Escrituras y los mensajes de los líderes de la Iglesia. Puedes encontrar pasajes de las Escrituras o citas edificantes que te recuerden las verdades que contrarrestan las mentiras de Satanás. Podrías memorizarlos o ponerlos en algún lugar donde los veas a menudo.
3. Desesperación
A Satanás le encanta que nos sintamos desanimados. Quiere que creamos que todo lo que nos deprime será permanente; pero eso, sencillamente, no es cierto.
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que Satanás quiere que creamos esto porque “sabe que él no puede mejorar, que él no puede progresar, que durante toda la eternidad él nunca tendrá un futuro brillante. Él es un hombre miserable limitado por restricciones eternas y quiere que ustedes sean miserables también. Bueno, no le crean”1.
El Padre Celestial y Jesucristo quieren que seas feliz. Si te vuelves a Ellos, pueden ayudarte a soportar las pruebas y a encontrar la paz y la alegría.
Sabemos quién gana al final
El Salvador nos extiende esta invitación: “Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis, no temáis” (Doctrina y Convenios 6:36). Si atendemos a esta invitación, Su gracia expiatoria y Su poder serán siempre más fuertes que los intentos de Satanás por engañarnos. No tenemos que caer en las tácticas de Satanás; podemos tener el valor y la fuerza para vencer las tentaciones de Satanás y soportar los desafíos de la vida.
El Salvador dijo: “… Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). También dijo: “… En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Jesucristo puede elevarnos y fortalecernos contra cualquier táctica que Satanás intente utilizar contra nosotros. Al recordar al Salvador y Sus enseñanzas, podemos descubrir los trucos e ilusiones de Satanás y ver “las cosas como realmente son” (Jacob 4:13).