Para Ser Sanado
“La vía mas segura, mas eficaz y mas corta para sanar la hallamos mediante la aplicación de las enseñanzas de Jesucristo en tu vida.”
La Pascua nos hace pensar en el Salvador, Su vida, Su expiación y Su resurrección. El se ha levantado de los muertos “con salvación en sus alas” (2 Nefi 25:13; véase también Malaquías 4:2). Cuanta falta nos hace a todos la salvación que provee el Redentor! Este es un mensaje de esperanza para aquellos que anhelan recibir alivio de las pesadas cargas que sobrellevan sin haberlas buscado y a pesar de vivir dignamente. El problema que tienen puede provenir de una seria incapacitación física, de la lucha con una dolencia prolongada o del enfrentamiento diario con una enfermedad que amenace su vida; puede estar arraigado en la muerte de un ser querido o en la angustia de ver a otro en las garras del pecado, o provenir del abuso en uno de sus perversos aspectos. Cualquiera que sea la causa, testifico que se puede conseguir un alivio permanente si se cumplen las condiciones que el Señor ha establecido.
La ayuda que proviene del Señor siempre se rige por una ley eterna y cuanto mejor entiendas esa ley, mas fácil te será recibir Su ayuda. Citaré algunos de los principios sobre los que se basa Su poder para sanar.
Es importante reconocer que la forma de sanar de El puede ser una curación completa, o un alivio de tus cargas o aún el hecho de llegar a comprender que vale la pena perseverar hasta el fin pacientemente, porque Dios necesita hijos que estén dispuestos a ser pulidos de esa forma cuando, en Su sabiduría, esa sea Su voluntad.
Debes reconocer que algunos de los problemas de esta vida no se resolverán aquí, en la tierra. Pablo suplicó tres veces verse libre de “un aguijón en [la] carne” (2 Corintios 12:7-8). Pero el Señor le contestó, diciendo: “… Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad …” (2 Corintios 12:9). Y le dio la fortaleza para sobrellevarlo a fin de que su vida fuera mas llevadera.
El quiere que aprendas cómo puedes sanar, si esa es Su voluntad; y que aprendas a obtener fortaleza para sobrellevar tu problema si Su deseo es que este te sirva para progresar. Y en ambos casos, el Redentor te sostendrá. Por ese motivo, El dijo: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi … porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:29-30). Cuando sientas que no puedes ir mas allá, pon tus problemas momentáneamente a Sus pies. Las Escrituras te enseñan cómo hacerlo. Por ejemplo, los del pueblo de Alma, oprimidos, “le. derramaron sus corazones; y el entendió los pensamientos de sus corazones”. Entonces el Señor los bendijo, diciendo:
“Y … aliviaré las cargas que pongan sobre vuestros hombros, de manera que no podréis sentirlas … para que sepáis … que yo, el Señor Dios, visito a mi pueblo en sus aflicciones.
“Y … el Señor los fortaleció de modo que pudieron soportar sus cargas con facilidad, y se sometieron alegre y pacientemente a toda la voluntad del Señor (Mosíah 24:12, 14-15; cursiva agregada).
Someterte “alegre y pacientemente” a toda Su voluntad te permite aprender lecciones valiosas, aunque difíciles, y verdades eternas que te traerán bendiciones. El ejemplo de Alma y Amulek es inspirador. Mientras se hallaban tratando de hacer el bien entre el pueblo de Ammoniah, los llevaron cautivos. Amulek se fiaba de su compañero, Alma, que tenía mas experiencia y que lo inspiró para tener mas confianza en el Señor. Obligados ambos a contemplar cómo consumía el fuego a las mujeres y los niños, Amulek comentó: “He aquí, quizá nos quemen a nosotros también”, a lo que Alma contestó: “Hágase según la voluntad del Señor” [un principio esencial]. “Mas … nuestra obra no se ha cumplido; por tanto, no nos quemaran” (Alma 14:12-13; cursiva agregada).
Durante muchos días, el juez superior y otros los golpearon, les escupieron encima, les hicieron pasar hambre, los interrogaron y los injuriaron con palabras burlonas y con amenazas. Aunque se les mandó hablar, ellos permanecieron en silencio, desnudos y atados con cuerdas, esperando pacientemente que el Señor les inspirara lo que debían hacer.
Después, “el poder de Dios descendió sobre Alma y Amulek, y se levantaron … Y Alma clamó … : … fortalecenos según nuestra fe que esta en Cristo hasta tener el poder para librarnos. Y. rompieron las cuerdas con las que estaban atados …” (Alma 14:25-26; cursiva agregada). La tierra se estremeció y los muros de la prisión se partieron en dos; todos los que habían golpeado a Alma y a Amulek quedaron muertos y ellos dos salieron libres.
En otra ocasión, Alma oró, diciendo: “(Oh Señor … ten misericordia de este hombre y sánalo según su fe que está en Cristo! “ (Alma 15:10; cursiva agregada).
Estos dos ejemplos nos dan la clave esencial para sanar: Si buscas la liberación con humildad y fe en Jesucristo, el Señor te dará alivio con Su poder divino.
No digas “Nadie me comprende”, “Nadie quiere ayudarme”. Esos comentarios son derrotistas. Nadie podrá ayudarte si no tienes fe y haces el esfuerzo. Eso es esencial para tu progreso. No desees una vida completamente libre de molestias, dolor, presiones, problemas o aflicción, porque esas son las herramientas que nuestro amoroso Padre emplea para estimular nuestro progreso y comprensión.
Según lo afirman repetidamente las Escrituras, recibirás la ayuda al ejercer la fe en Jesucristo (véase Enós 1:15-18). Esa fe se demuestra con la disposición a confiar en las promesas que El ha hecho por medio de Sus profetas y en Sus Escrituras, las cuales contienen Sus propias palabras. Quizás no entiendas todavía completamente este proceso, pero confía en que el Señor te ayudará a emplear tu albedrío para abrir las puertas de modo que El te pueda sanar.
Tener fe en Cristo significa que confiamos en El y en Sus enseñanzas; eso nos lleva a la esperanza, y la esperanza a la caridad, que es el amor puro de Cristo, a ese sentimiento de paz que recibimos cuando percibimos que El se ocupa de nosotros y sentimos Su amor y reconocemos Su capacidad para curarnos o aliviar nuestras cargas con Su poder sanador.
)Sigues un camino potencialmente destructivo? Cuando estas desalentado, )te sientes abrumado y en tu desesperación tratas de que otros te resuelvan los problemas, pasando por alto tu propia capacidad de mejorar? )Comprendes la importancia de hacer tu todo lo que puedas a fin de que el Señor pueda hacer lo que El desee para ayudarte?
Tienes diversos accesos a la ayuda del Salvador. La forma mas directa, y muchas veces la mas poderosa, se encuentra en la oración humilde y confiada a tu Padre Celestial, cuya respuesta recibirás por medio del Espíritu Santo a tu espíritu (véase Helamán 3:35). Pero, cuando se esta aprendiendo a orar con fe, esta ayuda es a veces difícil de buscar y de reconocer; si estas en esa situación, comienza de otra manera; confía en alguien que este cerca de ti y, al ir aprendiendo, esa confianza se extenderá a Dios y a Su poder de sanar. Empieza con un amigo o con un obispo que comprenda las enseñanzas del Salvador; a veces, ellos mismos han logrado sanar aplicando la verdad con fe en el Redentor y te indicaran cómo hacerlo. O comienza por leer, meditar y aplicar las enseñanzas de las Escrituras, que son una fuente inagotable de inspiración . (Véase 2 Timoteo 3 14-17.) Aunque los ejemplos y las anécdotas facilitan la comprensión de los principios, veras que de la doctrina de las Escrituras emana una fuerza especial, como estas citas lo demuestran:
“… veo que vuestra fe es suficiente para que yo os sane” (3 Nefi 17:8).
“… y vengan a mi con integro propósito de corazón, y yo los sane …” (3 Nefi 18:32).
“… )no os volveréis a mi ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane?” (3 Nefi 9: 13; véase también D. y C. 112:13).
“… si os tornáis al Señor con integro propósito de corazón, y ponéis vuestra confianza en el, y le servís con toda la diligencia del alma, si hacéis esto, el, de acuerdo con su propia voluntad y deseo, os librara del cautiverio” (Mosíah 7:33).
Los lideres del sacerdocio, aun cuando tuvieran tiempo y recursos ilimitados, que no los tienen, no podrían de todos modos proveerte toda la ayuda que necesitas; ellos son agentes del Señor y la ley de El exige que tu hagas también tu parte; ellos te indicaran el camino. Además, pueden darte bendiciones del sacerdocio; tu fe, pureza y obediencia, así como las del poseedor del sacerdocio, tendrán gran efecto en lo que te digan y en el cumplimiento de la bendición. Es posible sanar en el acto, pero lo que ocurre mas a menudo es que ese proceso tiene lugar durante un período determinado por la fe y la obediencia de la persona, así como por la voluntad del Señor. Yo creo que es generalmente la actitud de la persona lo que determina el tiempo y no el Señor. El espera que emplees también otros recursos que tengas a disposición, como la atención de un profesional competente cuando sea necesario, y luego El proveerá lo demás de acuerdo con Su voluntad.
El amor es un potente elemento sanador. Como Satanás lo sabe, tratara de separarte del poder del amor de Dios y de tus familiares y amigos que deseen ayudarte; te hará pensar que estas atrapado y que no tienes escapatoria; el quiere hacerte creer que careces de la capacidad de ayudarte tu mismo y que a nadie le interesa hacerlo. Si tiene éxito en tus esfuerzos, caerás en mayor desesperación y aflicción; su estrategia es hacerte pensar que no cuentas con la estima, el amor ni el interés de nadie, de manera que en tu desolación te vuelvas hacia la autocrítica e incluso, si te vas por los extremos, a despreciarte y considerarte vil aunque no lo seas. Recuerda que la sabiduría del Señor es mucho mayor que “la astucia del diablo” (D. y C. 10:43). Si tienes esos pensamientos inútiles, líbrate de ellos tratando de ayudar con amor a otra persona que lo necesite. Quizás ese consejo parezca cruel e insensible en estos momentos en que tanto anhelas sanar tu mismo, pero se basan en la verdad. Pablo enseñó lo siguiente:
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2).
El amor se siente aprendiendo a darlo a otra persona con un espíritu de confianza. Esto será difícil si no hay amor en tu vida. Sin embargo, el demostrar interés y apoyo constantes a los demás despertara en ellos su amor e interés por ti; sentirás que te necesitan; te convertirás en un instrumento por medio del cual el Señor pueda bendecir a otra persona. El Espíritu te hará sentir el interés que el Salvador tiene en ti, y luego la calidez y la fortaleza de Su amor. El presidente Spencer W. Kimball dijo:
“Dios nos tiene en cuenta y vela por nosotros. Pero generalmente, es por medio de otro ser mortal que El atiende a nuestras necesidades. Por lo tanto, es esencial que nos sirvamos unos a otros” (Teachings of Spencer W Kimball, ed. por Edward L. Kimball, Salt Lake City: Bookcraft, 1982, pág. 252).
Los desafíos de la vida nos vienen en forma de pruebas que nos envía un Padre sabio y omnisciente para darnos experiencia, a fin de que nos templemos, maduremos y progresemos en la comprensión y la aplicación de Sus verdades. Si eres digno, el desafío contribuirá a tu progreso en lugar de impedirlo.
No obstante, sea cual sea el origen de la dificultad y la forma en que busques alivioCpor medio de un profesional calificado, de un médico, de un líder del sacerdocio, de un amigo, de un padre dedicado o de otro ser. queridoC, sea cual sea el comienzo, esas soluciones nunca te darán la respuesta completa. Se sana finalmente por medio de la fe en Jesucristo y en Sus enseñanzas, del corazón quebrantado y el espíritu contrito y de la obediencia a Sus mandamientos. Por eso, la reacción humana a las dificultades de la vida que engendra el odio, el desanimo, la desconfianza, la ira y la revancha debe substituirse con las tiernas misericordias del Padre Celestial y de Su Hijo amado. Cuando la angustia proviene de las malas acciones de otras personas, debe haber un castigo y una corrección, pero no es al ofendido a quien le corresponde aplicarlos; debes dejarlo en manos de los que tienen esa responsabilidad. Aprender a perdonar, aunque sea sumamente difícil, te dejara libre y te abrirá la puerta a una renovación de tu vida. El tiempo que el ofendido emplee en asegurarse de que el ofensor sea castigado, es tiempo perdido en el proceso de sanar.
En resumen, haz lo que puedas, paso a paso; trata de entender los principios de ese proceso mediante las Escrituras y la oración; ayuda a otras personas; perdona. Sométete “alegre y pacientemente a toda la voluntad del Señor” (Mosíah 24:15). Y sobre todo, ejerce la fe en Jesucristo.
Testifico que la vía mas segura, mas eficaz y mas corta para sanar la hallaras mediante la aplicación de las enseñanzas de Jesucristo en tu vida; esta comienza con la comprensión y el aprecio de los principios, del albedrío moral y de la expiación de Jesucristo; y conduce a la fe en El y a la obediencia a Sus mandamientos, lo cual lleva a sanar.
Si te hallas estacionario en el proceso de sanar espiritualmente y no estas progresando, si te parece que dependes constantemente del apoyo de otra persona, vuélvete con fe hacia Jesucristo. Yo se que el Maestro te ama y te puede sanar según la fe que tengas en El. En el nombre de Jesucristo. Amén.