“La edificación de un templo en Colombia”, Historias mundiales: Colombia, 2022
“La edificación de un templo en Colombia”, Historias mundiales: Colombia
La edificación de un templo en Colombia
El 7 de abril de 1984, durante la conferencia general anual de la Iglesia, se anunció la construcción de un templo en Bogotá. Los santos de Colombia se regocijaron con la noticia. Alejandro Portal, representante regional en Colombia, expresó su aprecio al Padre Celestial y prometió el apoyo de los santos de Colombia al proyecto. “Estamos dispuestos a poner todo nuestro corazón en esta obra”, dijo él. A medida que avanzaban los planes para el templo, sin embargo, surgieron dificultades para adquirir el terreno y asegurar los permisos necesarios para la construcción.
Por más de una década, no hubo progreso. Durante la demora, los miembros locales continuaron trabajando para abrir el camino para que se construyera el templo, compartiendo el Evangelio con sus vecinos y haciendo viajes ocasionales al Templo de Perú para participar en las ordenanzas. Finalmente, el 26 de junio de 1993, se realizó la ceremonia de la palada inicial para el Templo de Bogotá, Colombia. “Pienso en la gran cantidad de personas y los muchos años que han sido necesarios para que llegara este momento”, dijo el élder Julio Dávila, de los Setenta, originario de Colombia. A medida que avanzaba la construcción del templo, muchos miembros locales contribuyeron con su tiempo y talentos al diseño y a la construcción.
Cuatro años más tarde, en abril de 1999, el templo fue dedicado por el Presidente de la Iglesia, Gordon B. Hinckley. “Desde el anuncio inicial de este templo hasta ahora, han pasado 15 años”, dijo el presidente Hinckley. “Hemos tenido alguno que otro problema —la ubicación, el sitio, tratar de conseguir una propiedad y muchos otros factores—, pero finalmente ha sucedido”. Durante el programa de puertas abiertas, muchos de los visitantes comentaron sobre la belleza de la arquitectura y la exquisita mampostería. “Y qué hermoso edificio es, la calidad del trabajo es soberbia”, dijo el presidente Hinckley con gratitud. “Es hermoso, un monumento apropiado para las buenas personas de Colombia”.
En el primer día de funcionamiento del templo, había programadas 36 citas para ordenanzas de sellamiento. Sin embargo, muchos otros que no habían programado citas llegaron pidiendo recibir la ordenanza. La presidencia y los obreros del templo continuaron realizando ordenanzas para atender a todos los que habían llegado. A la hora en que cerró el templo tarde esa noche, se habían sellado 82 matrimonios. Una hermana, que estaba en las últimas etapas del cáncer, fue ingresada en una camilla de hospital para recibir sus investiduras y ser sellada a su esposo. Antes de que terminara la semana, esta hermana falleció, ahora sellada a su familia por la eternidad.
Desde ese primer momento, los santos de Colombia han sacado el máximo provecho de tener un templo entre ellos. El bautisterio está casi siempre lleno al máximo con grupos de jóvenes que realizan bautismos por los muertos. A menudo, se les pide a hombres y mujeres jóvenes que ayuden con proyectos en el terreno del templo y en el parque cercano mientras esperan su turno en el bautisterio. Durante los primeros años de funcionamiento del templo, autobuses llenos de santos recorrían largas distancias a través de todo el país para estar en el templo, algunos arriesgando su propia seguridad al pasar por regiones controladas por los carteles locales. “Los miembros hacen actividades y venden cosas para reunir fondos para ir al templo al menos una vez al año”, dijo Miriam Muñoz Santacruz, una miembro de Cali. “Han hallado una gran fuerza espiritual”.