Historia de la Iglesia
Una atmósfera de libertad


“Una atmósfera de libertad”, Historias mundiales: Suiza, 2021

“Una atmósfera de libertad”, Historias mundiales: Suiza

Una atmósfera de libertad

En la primavera de 1851, François Frédéric Roulet se unió a una multitud en Ginebra para asistir a una presentación sobre el “mormonismo” realizada por un reverendo calvinista. Cuando Roulet salió del salón, se encontró con un hombre que estaba repartiendo un folleto llamado “El antiguo Evangelio restaurado”. Aquel hombre, un misionero Santo de los Últimos Días escocés llamado Thomas B. H. Stenhouse, había estado alquilando una habitación a Roulet y ambos empezaron a conversar. Roulet sentía curiosidad sobre aquella nueva y controvertida religión y no tardó en convencerse de que había encontrado la verdad de Dios. El 4 de mayo, Stenhouse bautizó a Roulet en el lago Lemán, quien se convirtió en una de las primeras personas en bautizarse en Suiza.

Roulet fue bautizado cinco meses después de la llegada de los misioneros a Suiza. En octubre de 1849, el élder Lorenzo Snow, del Cuórum de los Doce Apóstoles, había sido llamado a una misión en Italia y las regiones vecinas. Durante su viaje, Snow hizo una parada en Inglaterra, donde conoció a Stenhouse y lo llamó a unirse a la misión. El 24 de noviembre de 1850 ascendieron al monte Castelluzzo —al cual ellos llamaban “monte Brigham”—, cerca de Piamonte, Italia, donde Snow, al darse cuenta del inusual grado de libertad religiosa que había en Suiza, ordenó sumo sacerdote a Stenhouse y lo asignó a predicar el Evangelio allí.

Ese diciembre, Stenhouse cruzó los Alpes hasta llegar a Ginebra. Dos meses después, lo siguió el élder Snow, quien cruzó los puertos de montaña durante una fuerte tormenta de nieve, “casi sin saber”, según dijo, “si estaba vivo o muerto. Una cosa es leer sobre viajar por la columna vertebral de Europa en pleno invierno, y otra muy distinta es hacerlo”.

Aquellos dos misioneros no tardaron en encontrarse con una encrucijada en Suiza. Debido a la mezcla de hablantes de italiano, francés y alemán que había en Suiza, los misioneros se dieron cuenta de que necesitaban literatura de la Iglesia en otros idiomas. Snow, resuelto en su compromiso de establecer la Iglesia en Europa, bendijo Suiza y regresó a Inglaterra a dirigir las traducciones de los folletos y las Escrituras. Stenhouse, quien se quedó y continuó predicando, encontró alojamiento en casa de Roulet.

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Stenhouse predicando

Ilustración de T. B. H. Stenhouse predicando a François Frédéric Roulet.

Luego de su bautismo, Roulet, quien hablaba francés y alemán, ayudó a difundir el Evangelio como élder viajante. Su madre, Marguerite, su esposa, Jennie, y su hermano, Charles, se unieron a la Iglesia. Stenhouse dio a conocer la Iglesia en Lausana, Suiza, donde fueron bautizados Serge Ballif, un hombre muy instruido y acaudalado, y su esposa, Elise. Ballif, de inmediato, utilizó su riqueza para apoyar a los misioneros, alimentar a los santos más pobres y financiar la publicación de Le Reflecteur, un periódico en lengua francesa, e incluso envió copias del Libro de Mormón con amigos que viajaban a Polonia.

A principios de 1853, Stenhouse, Roulet y Ballif se aventuraron a ir a Basilea, un cantón suizo de habla alemana. Escribieron a la misión en Alemania para pedir ayuda y, en marzo, llegó el élder George Mayer desde Hamburgo. El 31 de mayo, Mayer bautizó a Friedrich Schaffrath, a su esposa, Emley, y a su hija, Emley. En octubre, Basilea tenía una pequeña congregación. “El fuego del Evangelio parece haber prendido eficazmente en Basilea”, informaba un editorial en Millennial Star ese otoño, “y para alimentar la llama solo se requiere acceso a las muchas personas sinceras de corazón de la región”.

A finales de 1853 había al menos 110 Santos de los Últimos Días en Suiza. En 1854, muchos emigraron a Utah. Algunos de ellos, entre los que se encontraban Roulet y Ballif, regresarían más adelante a Suiza como misioneros.

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