“Un espíritu pionero”, Historias mundiales: Suiza, 2021
“Un espíritu pionero”, Historias mundiales: Suiza
Un espíritu pionero
En diciembre de 1853, el primer grupo de santos suizos se preparaba para emigrar. Treinta y seis miembros de nueve familias, que se habían presentado la Iglesia unos a otros, dejaban sus verdes montañas y valles para construir Sion en Utah. “La obra del Señor en Italia y Suiza sentirá enormemente la ausencia de estos buenos hombres [y mujeres]”, escribió el élder T. B. H. Stenhouse. El 6 de marzo de 1854, se unieron a santos italianos y británicos a bordo del John M. Wood en Liverpool y llegaron a Nueva Orleans el 2 de mayo.
El de 1854 fue el primer grupo de lo que sería un flujo constante de emigrantes hasta el siglo siguiente. La posada Rothen Ochsen, en Basilea, era el lugar de reunión. Desde allí comenzaban su largo viaje por tren, en barco y a pie hacia los valles de las Montañas Rocosas. “Allí donde se pone el sol, vive un pueblo que conoce a Dios [y] se llama a sí mismo por Su nombre”, escribió un migrante, Johannes Huber.
Los santos suizos se establecieron en Utah y Nevada. En la Conferencia General de octubre de 1861, el Presidente de la Iglesia, Brigham Young, llamó a Daniel Bonelli para guiar a ochenta y cinco santos suizos —entre los que se encontraban la hermana de Daniel, Maria, y su esposo, Henry Eyring— al sur de Utah. A partir de refugios improvisados, construyeron un dique y casas, y plantaron jardines, huertos frutales y viñedos. Los santos sobrevivieron a la aridez y también a la inundación devastadora de 1862 para construir Santa Clara, y ayudaron a construir el Templo de St. George, Utah, el primer templo completado después del Templo de Nauvoo, Illinois. Otro grupo se estableció en Midway, Utah, a veces conocida como “Pequeña Suiza”.