“Cómo hablan en ucraniano”, Historias mundiales: Ucrania, 2018
“Cómo hablan en ucraniano”, Historias mundiales: Ucrania
“Cómo hablan en ucraniano”
Zoya y Vyacheslav Gulko llevaban solo unos meses como miembros de la Iglesia a principios de 1992, cuando los líderes se dirigieron a Zoya. Steven y Jennie Struk, misioneros mayores provenientes de Canadá y de origen ucraniano, habían recibido el encargo de organizar un grupo para traducir literatura de la Iglesia al ucraniano. Como respetada maestra de escuela que sabía inglés, Zoya era la candidata ideal. Después de conocerla, el élder Struk sintió que ella debía ser la traductora principal del Libro de Mormón.
“Fue una noticia impactante”, recuerda Zoya, y se sintió preocupada. No solo no sabía utilizar una computadora, algo que era necesario, sino que, como recién conversa, ni siquiera había terminado de leer el Libro de Mormón ella misma. No obstante, confió en Dios, aceptó el llamamiento y dedicó tiempo cada día a traducir sin dejar su trabajo de maestra. Compaginar las exigencias de la familia, el trabajo y la traducción resultaba agotador, y a menudo se perdía actividades de la Iglesia y actos sociales.
A veces iba a la oficina de traducción por la tarde y se quedaba toda la noche intentando encontrar la traducción exacta de un pasaje, ayudando a los antiguos profetas y reyes a hablar desde el polvo (véase 2 Nefi 33:13). “Cuando traducía las palabras directas de alguien”, recordaba, “intentaba escuchar cómo hablarían en ucraniano”. Mientras oraba para obtener guía, recibió ayuda divina. “No tengo visiones”, explicó más adelante. “No tengo sueños especiales por la noche, como algunas de nuestras hermanas, pero en esos momentos recuerdo haber oído cómo hablaban en ucraniano”.
Zoya terminó la traducción inicial en diecinueve meses. Aunque se necesitaron varios años más para que otras personas hicieran las revisiones y correcciones necesarias, el Libro de Mormón en ucraniano se publicó en 1997, justo cuando los misioneros comenzaron a predicar en ucraniano. Más adelante, Zoya y Vyacheslav ayudaron a que otros materiales de la Iglesia estuvieran disponibles en ucraniano, permitiendo así a los Santos de los Últimos Días estudiar la palabra de Dios en su lengua materna.