2013
El diezmo bendice a las familias
Marzo 2013


El diezmo bendice a las familias

Sandie Graham, Nueva York, EE. UU.

Me crié en la Iglesia, pero durante la adolescencia me alejé de ella. Cuando regresé, mi marido Dale me apoyó, pero no le interesaba reunirse con los misioneros.

Después de volver a la actividad, me entrevisté con el obispo a fin de recibir la recomendación para el templo. Me preguntó si pagaba un diezmo íntegro, y tuve la alegría de informarle que sí. El obispo me sorprendió al preguntarme: “¿Sabe tu esposo que pagas diezmos?”. Quedé anonadada; ¿qué importancia tenía? El obispo me pidió con cordialidad que regresara después de haberle dicho a Dale que yo pagaba el diezmo.

Un domingo por la mañana finalmente tuve el valor de decirle a mi marido que yo pagaba diezmos. Dale me sorprendió al contestar sencillamente: “Ya lo sé”. Ése fue el primero de muchos milagros relacionados con los diezmos.

Poco tiempo después, Dale me dejó a cargo de las finanzas familiares. Cuando le expliqué que iba a pagar un diezmo íntegro de todos nuestros ingresos, estuvo de acuerdo porque veía las bendiciones que podíamos recibir al pagar el diezmo.

Ahora tenemos las despensas siempre llenas, hacemos la oración familiar a diario, recibimos a los misioneros por lo menos una vez al mes, y mi marido participa de la noche de hogar. Creo que un día Dale se unirá a la Iglesia y que su conversión habrá tenido como punto de partida nuestra decisión de pagar juntos un diezmo íntegro.