Ideas para la noche de hogar
Este ejemplar contiene artículos y actividades que se podrían usar para la noche de hogar. A continuación encontrarán dos ejemplos:
“Optar por no decir chismes”, pág. 59: Considere la posibilidad de leer este artículo y la sección de Para la Fortaleza de la Juventud sobre el lenguaje (pág. 20). Hable sobre cómo determinar si vale la pena o no contar a otras personas algo que se ha oído. Las siguientes preguntas podrían formar parte de ese análisis: ¿Es cierta la información? ¿Es necesario repetir esa información a alguien? ¿Sería bueno compartir lo que han oído? Como actividad, podría tener a mano una hoja de papel para cada uno de los miembros de la familia y anotar sus nombres en la parte de arriba; después, pase las hojas entre ellos y pida que escriban lo que aprecian y lo que les gusta de cada uno de los integrantes de la familia.
“¡Se escaparon las alpacas!”, pág. 67, “Mi Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones”, pág. 70, y “Nuestra respuesta”, pág. 75: Analicen estas historias y hablen sobre algunas de las razones por las que oramos. Si siente la inspiración de hacerlo, comparta una experiencia que haya tenido con la oración. ¿Han recibido ayuda como la recibió Romney? ¿Desearon alguna vez saber la verdad, al igual que Tatiana? Después de leer esos relatos, podría compartir algunos pasajes de las Escrituras sobre la oración, como por ejemplo: 2 Nefi 32:8–9 y Doctrina y Convenios 10:5. Invite a cada uno de los miembros de la familia a que se fije la meta de mejorar sus oraciones personales. Para terminar, podrían cantar un himno sobre la oración, como “Oh dulce, grata oración”, (Himnos, Nº 78).
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