2020
En lo más profundo del corazón
Mayo de 2020


11:33

En lo más profundo del corazón

El Señor nos está intentando ayudar, a todos nosotros, a que Su evangelio profundice más en nuestro corazón.

Hermanas y hermanos, ¡qué maravillosa es la época en la que vivimos! Al celebrar el comienzo de la Restauración, también resulta apropiado celebrar la Restauración continua de la que somos testigos. Me regocijo con ustedes por vivir en esta época1. El Señor continúa proporcionando todo lo necesario, por medio de Sus profetas, para ayudarnos a prepararnos para recibirlo2.

Una de esas necesidades es la nueva iniciativa Niños y Jóvenes. Muchos de ustedes saben que el programa se centra en fijar metas y que hay nuevos emblemas de pertenencia y conferencias Para la Fortaleza de la Juventud. Sin embargo, no debemos permitir que esos asuntos distraigan nuestra percepción de los principios en los que se basa el programa y en su propósito: ayudar a que el evangelio de Jesucristo se arraigue en el corazón de nuestros niños y jóvenes3.

Creo que, a medida que lleguemos a comprender estos principios con mayor claridad, lo consideraremos algo más que un programa para miembros de ocho a dieciocho años. Veremos que el Señor nos está intentando ayudar, a todos nosotros, a que Su evangelio profundice más en nuestro corazón. Ruego que el Espíritu Santo nos ayude a aprender juntos.

Relaciones: “Estar con ellos”4

El primer principio son las relaciones interpersonales. Debido a que son una parte tan natural de la Iglesia de Jesucristo, a veces nos olvidamos de la importancia de las relaciones en nuestra trayectoria continua hacia Cristo. No se espera que encontremos ni que recorramos solos la senda de los convenios. Necesitamos el amor y el apoyo de nuestros padres, otros familiares, amigos y líderes que también están andando por la senda.

Ese tipo de relaciones lleva tiempo; tiempo para estar juntos; tiempo para reír, jugar, aprender y servir juntos; tiempo para apreciar los intereses y desafíos mutuos; tiempo para ser abiertos y sinceros los unos con los otros a medida que nos esforzamos por mejorar juntos; Estas relaciones son uno de los propósitos principales de que nos reunamos en familias, cuórums, clases y congregaciones. Son el fundamento para la ministración eficaz5.

El élder Dale G. Renlund nos dio una clave para desarrollar estas relaciones cuando dijo: “… para servir a los demás de forma eficaz, debemos verlos […] a través de los ojos del Padre Celestial. Solo entonces podremos empezar a comprender el verdadero valor de un alma; solo entonces podemos percibir el amor que nuestro Padre Celestial tiene por todos Sus hijos”6.

Ver a los demás como Dios los ve es un don. Invito a todos nosotros a buscar ese don. Cuando nuestros ojos se abran para ver7, también podremos ayudar a otras personas a verse a sí mismas como Dios las ve8. El presidente Henry B. Eyring hizo hincapié en el poder que tiene esto cuando dijo: “Lo que más importará es lo que [otros] aprendan de [ustedes] sobre quiénes son ellos en realidad y quiénes pueden llegar a ser. Creo que no lo aprenderán con sermones, sino a través de sentimientos acerca de quiénes son ustedes, quiénes creen ustedes que son ellos y quiénes creen ustedes que ellos pueden llegar a ser”9. Ayudar a los demás a comprender su verdadera identidad y propósito es uno de los mayores dones que podemos brindar10. Ver a los demás y a nosotros mismos como Dios lo hace entrelaza nuestros corazones “con unidad y amor el uno para con el otro”11.

Con unas fuerzas seculares cada vez más intensas que influyen en nosotros, necesitamos la fortaleza que proviene de las relaciones afectivas. Así que, al planear actividades, reuniones y otras ocasiones de juntarnos, recordemos que el propósito principal de esas reuniones es edificar relaciones interpersonales amorosas que nos unan y consigan que el evangelio de Jesucristo se arraigue más en nuestro corazón12.

Revelación, albedrío y arrepentimiento: “Conectarlos con el cielo”13

Por supuesto, no basta tan solo con tener algo que nos una. Hay muchos grupos y organizaciones que logran la unidad por diversas causas. Sin embargo, la unidad que buscamos es ser uno en Cristo, para conectarnos con Él14. Para conectar nuestro corazón con el cielo, necesitamos experiencias espirituales personales como el élder Andersen nos habló hace un momento tan elocuentemente15. Esas experiencias llegan cuando el Espíritu Santo lleva la palabra y el amor de Dios a nuestra mente y a nuestro corazón16.

Esa revelación llega a nosotros mediante las Escrituras, en especial el Libro de Mormón, a través de las palabras inspiradas de profetas vivientes y otros fieles discípulos, y por medio de la voz apacible y delicada17. Esas palabras son algo más que tinta en una página, más que ondas sonoras en nuestros oídos, más que pensamientos en la mente o más que sentimientos en el corazón. La palabra de Dios es poder espiritual18. Es verdad y luz19. ¡Es la manera que tenemos de oírlo! La palabra da comienzo a nuestra fe en Cristo y la incrementa; nos llena de un deseo de llegar a ser más semejantes al Salvador, es decir, de arrepentirnos y andar por la senda de los convenios20.

En abril del año pasado, el presidente Russell M. Nelson nos ayudó a comprender la función central del arrepentimiento en este trayecto de la revelación21. Él dijo: “Al escoger arrepentirnos, ¡escogemos cambiar! Permitimos que el Salvador nos transforme en la mejor versión de nosotros […], escogemos llegar a ser más semejantes a Jesucristo”22. Ese proceso de cambio, avivado por la palabra de Dios, es la forma en la que conectamos con el cielo.

El principio del albedrío es subyacente a la invitación del presidente Nelson a arrepentirnos. Debemos escoger el arrepentimiento por nosotros mismos. No se puede forzar el Evangelio en nuestro corazón. El élder Renlund lo expresó así: “La meta de nuestro Padre Celestial en la crianza de los hijos no es hacer que Sus hijos hagan lo correcto, sino que elijan hacer lo correcto”23.

En los programas reemplazados por Niños y Jóvenes había más de quinientos requisitos diferentes que completar para poder recibir diversos reconocimientos24. Hoy en día hay fundamentalmente uno: se trata de una invitación a escoger llegar a ser más semejantes al Salvador. Hacemos esto al recibir la palabra de Dios mediante el Espíritu Santo y permitir que Cristo nos cambie para ser la mejor versión de nosotros mismos.

Esto es mucho más que un ejercicio sobre fijar metas o superación personal. Las metas son simplemente una herramienta que nos ayuda a conectarnos con el cielo mediante la revelación, el albedrío y el arrepentimiento; a venir a Cristo y recibir Su evangelio más profundamente en el corazón.

Compromiso y sacrificio: “Permitir que ellos dirijan”25

Por último, para que el evangelio de Jesucristo se arraigue en nuestro corazón, debemos participar en él, es decir, dar nuestro tiempo y nuestros talentos y sacrificarnos por el Evangelio26. Todos deseamos tener una vida con sentido, algo que es particularmente cierto en la nueva generación. Ellos desean tener una causa.

El evangelio de Jesucristo es la mayor causa del mundo. El presidente Ezra Taft Benson enseñó: “Dios nos ha mandado llevar este Evangelio a todo el mundo; esa es la causa que debe unirnos en la actualidad. Solo el Evangelio salvará al mundo de la calamidad de su autodestrucción. Solo el Evangelio unirá a los hombres [y mujeres] de todas las razas y nacionalidades en paz. Solo el Evangelio brindará gozo, felicidad y salvación a la familia humana”27.

El élder David A. Bednar prometió: “A medida que demos poder a los jóvenes al invitarlos y permitir que actúen, la Iglesia seguirá adelante de maneras milagrosas”28. Con demasiada frecuencia no hemos invitado a los jóvenes ni les hemos permitido sacrificarse por esta gran causa de Cristo. El élder Neal A. Maxwell observó: “Si [nuestros] jóvenes no están entusiasmados con [la obra de Dios], es más probable que se entusiasmen con el mundo”29.

El programa Niños y Jóvenes se centra en dar poder a los jóvenes. Ellos escogen sus propias metas. Las presidencias de cuórum y de clase desempeñan su función apropiada. El consejo de barrio para la juventud, al igual que el consejo de barrio, se centra en la obra de salvación y exaltación30. Los cuórums y las clases comienzan sus reuniones deliberando en consejo sobre cómo hacer la obra que Dios les ha asignado31.

El presidente Nelson dijo a los jóvenes de la Iglesia: “Y si eligen hacerlo, si lo desean, pueden formar gran parte de […] algo grandioso, algo espectacular, ¡algo majestuoso! […]. Ustedes están entre lo mejor que el Señor jamás ha enviado a este mundo. ¡Ustedes tienen la capacidad de ser más inteligentes y sabios y tener un impacto más grande en el mundo que cualquier generación anterior!”32. En otra ocasión, el presidente Nelson dijo a los jóvenes: “Confío plenamente en ustedes. Los amo y el Señor también los ama. Somos Su pueblo y participamos juntos en Su santa obra”33. Jóvenes, ¿sienten la confianza que el presidente Nelson ha puesto en ustedes y cuán importantes son ustedes para esta obra?

Padres y líderes adultos, los invito a ver a los jóvenes como el presidente Nelson los ve. A medida que los jóvenes sientan su amor y confianza, al alentarlos y enseñarles a dirigir —para después hacerse a un lado—, ellos les asombrarán con sus ideas, habilidades y compromiso con el Evangelio34. Sentirán el gozo de escoger participar en la causa de Cristo y sacrificarse por ella. Su evangelio se arraigará en su corazón y la obra seguirá adelante de maneras milagrosas.

Promesa y testimonio

Les prometo que, al centrarnos en estos principios —relaciones interpersonales, revelación, albedrío, arrepentimiento y sacrificio—, el evangelio de Jesucristo se arraigará más en el corazón de todos nosotros. Veremos que la Restauración sigue adelante hasta cumplir su propósito fundamental: la redención de Israel y el establecimiento de Sion35, donde Cristo reinará como el Rey de reyes.

Testifico que Dios sigue haciendo todo lo necesario para preparar a Su pueblo para ese día. Ruego que veamos Su mano en esta obra gloriosa a medida que todos procuremos “veni[r] a Cristo, y perfecciona[rn]os en él”36. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Véase Doctrina y Convenios 45:12. El presidente Nelson dijo: “Piensen en la emoción y la urgencia de todo: cada profeta, comenzando con Adán, ha visto nuestros días. Y cada profeta ha hablado sobre —nuestro día— en que Israel sería recogido y el mundo estaría preparado para la segunda venida del Salvador. ¡Piensen en ello! De todas las personas que han vivido en el planeta tierra, nosotros somos los que participaremos en este último y grandioso recogimiento. ¡Qué gran emoción!” (“Juventud de Israel”, devocional mundial para los jóvenes, 3 de junio de 2018, HopeofIsrael.ChurchofJesusChrist.org).

    El élder Jeffrey R. Holland enseñó:

    ¡Qué época fantástica para estar vivos!

    “… el evangelio de Jesucristo es el más cierto, el más seguro, el más fiable, y la verdad más gratificante en la tierra y en el cielo, en el tiempo y en la eternidad […]; nada, ni nadie, ni ninguna influencia impedirán a esta Iglesia cumplir su misión y llevar a cabo su destino declarado desde antes de la fundación del mundo […]; no tienen por qué temer, ni ser vacilantes ni indecisos acerca de su futuro […].

    “A diferencia de cualquier otra época antes que esta, esta dispensación no experimentará una apostasía institucional, no verá una pérdida de las llaves del sacerdocio ni sufrirá el cese de la revelación de la voz del Dios Todopoderoso […]. ¡Qué época en la que vivimos! […];

    “si no lo han notado, soy optimista en cuanto a los últimos días […]. Lo que deben hacer es creer, elevarse y ser fieles, y hacer lo mejor que puedan en la extraordinaria época en que vivimos” (véase publicación en Facebook, 27 de mayo de 2015; véase también “No temas, cree solamente”, discurso dirigido a los maestros de religión del Sistema Educativo de la Iglesia, 6 de febrero de 2015, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org).

  2. Véase Juan 1:12.

  3. Poco después de que fuéramos llamados como Presidencia General de los Hombres Jóvenes, el presidente Henry B. Eyring habló con nosotros sobre los desafíos y oportunidades únicos que enfrentan los jóvenes de la Iglesia en la actualidad. Nos aconsejó que nos centráramos en aquellas cosas que ayudarían a llevar el evangelio de Jesucristo a lo más profundo de su corazón. Ese consejo nos ha guiado como Presidencia de los Hombres Jóvenes.

  4. Véase “Be with Them” [Estar con ellos], ChurchofJesusChrist.org/callings/aaronic-priesthood-quorums/my-calling/leader-instruction/be-with-them.

  5. Véanse Mosíah 18:25; Moroni 6:5.

  6. Dale G. Renlund, “A través de los ojos de Dios”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 94; véase también Moisés 1:4–6.

    El presidente Thomas S. Monson enseñó: “… tenemos la responsabilidad de ver a las personas no como son, sino más bien como pueden llegar a ser. Les ruego que piensen en ellos de ese modo” (“Ver a los demás como lo que pueden llegar a ser”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 71).

    El élder Neal A. Maxwell enseñó: “Con demasiada frecuencia, el incumplimiento obvio de las normas de la Iglesia por parte de un joven, o sus preguntas aparentemente confrontativas, o las dudas que expresa, hacen que sea etiquetado rápidamente. Las consecuencias pueden ser la distancia y, a veces, la desafiliación. ¡Al verdadero amor no le gustan las etiquetas!” (“Unto the Rising Generation”, Ensign, abril de 1985, pág. 9).

  7. Véase 2 Reyes 6:17.

  8. Como miembro de la Primera Presidencia, Stephen L. Richards dijo: “El grado más elevado de discernimiento es aquel que, aplicado a los demás, percibe y revela en ellos lo mejor de su naturaleza, el bien que hay en su interior” (en Conference Report, abril de 1950, pág. 162; en David A. Bednar, “Prestos para observar”, Liahona, diciembre de 2006, pág. 19). Véase también 2 Reyes 6:17.

  9. Henry B. Eyring, “Teaching Is a Moral Act” (discurso en Brigham Young University, 27 de agosto de 1991), pág. 3, speeches.byu.edu; cursiva agregada; véase también Henry B. Eyring, “Ayúndenlos a fijar metas elevadas”, Liahona, noviembre de 2012, págs. 60–67.

  10. Véase Moisés 1:3–6.

  11. Mosíah 18:21; véase también Moisés 7:18.

  12. “Los hombres jóvenes que tienen relaciones interpersonales fuertes y positivas con una familia, compañeros y líderes [Santos de los Últimos Días] activos, que los ayudan a desarrollar una relación con su Padre Celestial, tienen más probabilidades de mantenerse activos. Los elementos específicos del programa, como los cursos de estudio dominicales, el programa de actividades [de los Hombres Jóvenes] o las expectativas de logros personales […] pueden tener poco efecto, independientemente de esas relaciones […]. La pregunta importante no es cómo se implementan elementos del programa que son plenamente específicos, sino cómo contribuyen a las relaciones positivas que fortalecen la identidad religiosa de los jóvenes [Santos de los Últimos Días]” (“Be with Them” [Estar con ellos], ChurchofJesusChrist.org/callings/aaronic-priesthood-quorums/my-calling/leader-instruction/be-with-them).

  13. Véase “Conectarlos con el cielo”, ChurchofJesusChrist.org/callings/aaronic-priesthood-quorums/my-calling/leader-instruction/connect-them-with-heaven.

  14. Véanse Juan 15:1–5; 17:11; Filipenses 4:13; 1 Juan 2:6; Jacob 1:7; Omni 1:26; Moroni 10:32.

  15. Las Escrituras están repletas de ejemplos; estos son dos de ellos: 1 Nefi 2:16; Enós 1:1–4.

  16. Véanse Lucas 24:32; 2 Nefi 33:1–2; Jacob 3:2; Moroni 8:26; Doctrina y Convenios 8:2–3.

  17. Véanse 2 Timoteo 3:15–16; Doctrina y Convenios 68:3–4; 88:66; 113:10.

  18. Véanse 1 Tesalonicenses 1:5; Alma 26:13; 31:5; Helamán 3:29; 5:17; Doctrina y Convenios 21:4–6; 42:61; 43:8–10; 50:17–22; 68:4.

  19. Véanse Juan 6:63; 17:17; Alma 5:7; Doctrina y Convenios 84:43–45; 88:66; 93:36.

  20. Véanse Juan 15:3; 1 Pedro 1:23; Mosíah 1:5; Alma 5:7, 11–13; 32:28, 41–42; 36:26; 62:45; Helamán 14:13.

  21. Véanse 2 Nefi 31:19–21; 32:3, 5.

  22. Russell M. Nelson, “Podemos actuar mejor y ser mejores”, Liahona, mayo de 2019, pág. 67.

  23. Dale G Renlund, “Escogeos hoy”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 104.

  24. Esta cifra incluye los requisitos de los programas de escultismo, que hasta hace poco formaban parte del programa de actividades de la Iglesia para niños y hombres jóvenes, principalmente en los Estados Unidos y Canadá. En los lugares que no participaban en escultismo, el número de requisitos superaba los doscientos. Asimismo, los diversos programas de actividades para niños, niñas, hombres jóvenes y mujeres jóvenes se estructuraron de manera diferente, lo que complicaba esa experiencia para las familias.

  25. Véase “Let Them Lead” [Permitir que ellos dirijan], ChurchofJesusChrist.org/callings/aaronic-priesthood-quorums/my-calling/leader-instruction/let-them-lead.

  26. Véanse Omni 1:26; 3 Nefi 9:20; 12:19; Doctrina y Convenios 64:34. “Una religión que no requiera el sacrificio de todas las cosas jamás tendrá el poder suficiente para producir la fe necesaria para vida y salvación” (Lectures on Faith, 1985, pág. 69).

  27. Ezra Taft Benson, The Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pág. 167; en Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2019, pág. 13; véase también Russell M. Nelson, “Juventud de Israel,” HopeofIsrael.ChurchofJesusChrist.org.

  28. Reunión con el élder David A. Bednar; véase también “Instrucción para líderes de templo e historia familiar 2020”, 27 de febrero de 2020, ChurchofJesusChrist.org/family-history.

  29. Neal A. Maxwell, “Unto the Rising Generation”, pág. 11. El élder Maxwell continuó así: “Funcionalmente, ¿cuántas presidencias de cuórum de diáconos y maestros consisten simplemente en llamar a alguien para ofrecer una oración o repartir la Santa Cena? Hermanos, estos realmente son espíritus especiales ¡y pueden hacer cosas importantes si se les da la oportunidad!”.

  30. Véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2.2, ChurchofJesusChrist.org.

  31. Hay varios recursos disponibles en la Biblioteca del Evangelio para ayudar a los jóvenes a dirigir, incluidos los siguientes: “Recursos para las presidencias de cuórum y de clase”, “Cómo utilizar Ven, sígueme — Para cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes”, y en los recursos para las clases de las Mujeres Jóvenes y los cuórums del Sacerdocio Aarónico bajo “Llamamientos de barrio y rama”.

  32. Russell M. Nelson, “Juventud de Israel”, HopeofIsrael.ChurchofJesusChrist.org. Durante el mismo devocional, el presidente Nelson dijo: “Nuestro Padre Celestial ha reservado a muchos de Sus espíritus más nobles —quizás podría decir Su mejor equipo— para esta fase final. Esos nobles espíritus —esos excelentes jugadores, esos héroes— ¡son ustedes!”.

  33. Russell M. Nelson, palabras de introducción en “Niños y jóvenes: Un evento Cara a Cara con el élder Gerrit W. Gong”, 17 de noviembre de 2019, https://www.churchofjesuschrist.org/broadcasts/face-to-face/children-and-youth-gerrit-w-gong?lang=spa

  34. El presidente Nelson dijo: “Tenemos que dejar que los jóvenes lideren, particularmente aquellos que han sido llamados y apartados para servir en las presidencias de clase y de cuórum. Se les habrá delegado la autoridad del sacerdocio y aprenderán cómo recibir inspiración para dirigir su clase o cuórum” (en “Presentación del video de introducción de Niños y Jóvenes”, 29 de septiembre de 2019, ChurchofJesusChrist.org).

    El élder Quentin L. Cook dijo: “Se está pidiendo a nuestros jóvenes que asuman una mayor responsabilidad individual a más temprana edad, sin que los padres ni los líderes se hagan cargo de lo que los jóvenes pueden hacer por sí mismos” (“Ajustes para fortalecer a los jóvenes”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 40).

  35. El presidente George Q. Cannon enseñó: “Dios ha reservado espíritus para esta dispensación que tienen el valor y la determinación de enfrentar el mundo y todos los poderes del maligno, visibles e invisibles, de proclamar el Evangelio y mantener la verdad y establecer y edificar la Sion de nuestro Dios sin temor a todas las consecuencias. Ha enviado estos espíritus durante esta generación a fin de establecer los cimientos de Sion para que nunca más sea derrocada y para levantar simiente justa que honrará a Dios y que lo honrará de forma suprema y será obediente a Él en toda circunstancia” (“Remarks”, Deseret News, 31 de mayo de 1866, pág. 203); véase también Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 195.

  36. Moroni 10:32.