2023
Donde debíamos estar
Agosto de 2023


“Donde debíamos estar”, Liahona, agosto de 2023.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Donde debíamos estar

Estoy agradecido de que Dios haya dejado que nos perdiésemos para que pudiéramos encontrar a quien necesitaba guía.

Imagen
placeholder altText

Ilustración por Brian Call

Parecía que todos querían tener una casa de verano en la húmeda zona costera de Ilo, Perú, así que mi compañero de misión y yo siempre teníamos muchas puertas a las que llamar. Gran parte de los contactos en las puertas se producía en unas filas de idénticos edificios de tres pisos y doce apartamentos. Era fácil perderse.

Una noche, planeamos visitar a una mujer que habíamos conocido. Acertamos con su piso y número de apartamento, pero por error fuimos al complejo de apartamentos situado al lado del de ella. Llamamos y cuando un joven abrió la puerta, nos dimos cuenta de que nos habíamos equivocado de apartamento.

Antes de que pudiéramos explicar nuestro error, el joven dijo: “Ah, élderes, me alegro de verlos. Mi abuela ha ido a la tienda, pero regresará en unos instantes. Pasen”.

Algo confundidos, entramos y nos sentamos en el sofá. Cuando la abuela llegó unos minutos después, estaba encantada de vernos.

Aún confundidos, le preguntamos cómo había conocido a los misioneros. Ella explicó que le habían enseñado hacía dos años, pero conforme los días se tornaron demasiado ajetreados para ella, habían dejado de visitarla.

Aquella noche en particular en la que la visitamos, ella no podía sentir su valía. Toda la semana había sido difícil para ella. Estaba sobrecargada de trabajo y agotada, y sentía que nada de lo que hacía importaba. Entonces llegamos nosotros, le alegramos el día y le dimos una segunda oportunidad de conocer el evangelio de Jesucristo, que nos da propósito. Nuestra visita inesperada fue la señal que Dios le dio de que ella era importante para Él.

Habíamos ido al apartamento equivocado, pero estábamos exactamente donde debíamos estar. Perder el rumbo nos llevó a encontrar nuevamente a aquella hija de Dios. Mediante nuestra imperfección a la hora de orientarnos, Dios nos había dirigido hacia ella.

Después de irnos, encontramos a la mujer que habíamos planeado visitar. Ni siquiera se dio cuenta de que llegamos tarde. Pienso en lo que habría sucedido si hubiéramos encontrado el apartamento correcto desde el principio.

Si hubiéramos ido donde habíamos planeado, habríamos perdido una oportunidad muy necesaria de compartir el amor del Salvador, pero Dios obró a través de nuestra imperfección para señalarnos el camino que debíamos seguir. Agradezco que Él nos dejara perdernos para que pudiéramos encontrar a la persona que necesitaba guía.

Imprimir