Objetivos: Por qué

Desarrollar la fe y profundizar la conversión

“En los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo” (Russell M. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96).

Las experiencias espirituales no se pueden forzar, pero los campamentos pueden crear un entorno alejado de las distracciones de la vida donde podría ser más fácil para los jóvenes sentir el Espíritu, aumentar su fe en Cristo y comprometerse a seguirlo.

Planifiquen actividades que susciten conversaciones o situaciones que ayuden a los jóvenes a convertirse más plenamente al evangelio de Jesucristo. Los asesores pueden ayudar a los jóvenes a reconocer el Espíritu al compartir experiencias y testificar de la verdad. Permitan a los jóvenes tener un tiempo personal de tranquilidad para meditar, reflexionar y escribir en sus diarios; a menudo este es el momento en el que el Espíritu les enseña, los guía y los consuela. Cuando los jóvenes tengan experiencias espirituales, consideren cómo podrían ayudarlos a reconocer lo que está sucediendo.

Recuerden que si aumentan la fe y la conversión de tan solo un joven, el campamento habrá sido un éxito. El Señor ministró uno por uno y cada campamento puede haber sido creado para ayudar a un solo joven.

Promover la hermandad y la unidad de los cuórums

“Y les mandó que no hubiera contenciones entre uno y otro, sino que fijasen su vista hacia adelante con una sola mira, teniendo una fe y un bautismo, teniendo entrelazados sus corazones con unidad y amor el uno para con el otro” (Mosíah 18:21).

Los campamentos brindan oportunidades de edificar la hermandad y la unidad de los cuórums. Si aquellos que sirven con ustedes sienten amor y confianza mutuos, la obra del Señor avanza.

Cuando planifiquen actividades del campamento, busquen maneras de que los jóvenes puedan trabajar juntos, lograr tareas desafiantes como grupo, promover amistades y desarrollar lealtad unos para con otros. Los asesores pueden alentar a los líderes de los jóvenes a hacer de la unidad una prioridad en cada actividad.

Desarrollar habilidades, resiliencia y responsabilidad

Habilidades

“Y todo esto para el beneficio de la iglesia del Dios viviente, a fin de que todo hombre mejore su talento, y cada uno gane otros talentos, sí, hasta cien tantos, para guardarlos en el almacén del Señor” (Doctrina y Convenios 82:18).

Planifiquen actividades para aumentar las habilidades de pensamiento crítico, edificar la resiliencia y fortalecer la responsabilidad personal. Consideren actividades que puedan enseñar habilidades tales como la comunicación con los demás, reparaciones generales del hogar y el automóvil, primeros auxilios, cocinar, etc. Los jóvenes necesitan desarrollar habilidades que les ayuden a prepararse para el futuro.

Busquen formas de ayudar a los jóvenes a desarrollar confianza brindándoles oportunidades de aprender y practicar nuevas habilidades en situaciones de la vida real. Mientras trabajan para desarrollar nuevas habilidades, enséñenles que no hay probabilidad de perfeccionarlas sin práctica y un esfuerzo significativo.

Resiliencia

“¿Por qué necesitamos una fe tan firme? Porque vienen tiempos difíciles; pocas veces, en el futuro, será fácil o popular ser un fiel Santo de los Últimos Días. Cada uno de nosotros será probado” (Russell M. Nelson, “Afrontar el futuro con fe”, Liahona, mayo de 2011, págs. 35–36).

La resiliencia es la habilidad para recuperarse de la adversidad o el cambio, o para adaptarse fácilmente a ellos. Planifiquen experiencias que desarrollen la resiliencia. Los jóvenes deben creer en sí mismos, que pueden influir en los resultados de su vida mediante la revelación, el esfuerzo, el trabajo en conjunto, la imaginación, el conocimiento y habilidades. Con esa actitud se concentran en lo que pueden hacer y no en lo que está fuera de su control.

Cuando los jóvenes resuelven juntos circunstancias físicamente desafiantes, desarrollan la flexibilidad para trabajar con ideas diferentes y aprender a recuperarse de los reveses. Se vuelven agradecidos por los placeres simples de la vida. Desarrollan una fe fuerte en que pueden avanzar con la ayuda de Dios, incluso ante los grandes desafíos de la vida.

Responsabilidad

“Dios no comienza preguntándonos acerca de nuestras habilidades, sino acerca de nuestra disposición, y si demostramos nuestra responsabilidad, Él aumentará nuestra capacidad” (Neal A. Maxwell, “It’s Service, Not Status, That Counts”, Ensign, julio de 1975, pág. 7).

Los campamentos y otras actividades son entornos donde los jóvenes pueden aprender a ser responsables mediante experiencias reales. Los jóvenes crecen al aceptar responsabilidades y completar asignaciones.

Al planificar actividades, los asesores pueden ayudar a determinar responsabilidades que se puedan delegar en los jóvenes. Los asesores deben aconsejar a las presidencias de los cuórums cuando delegan y hacen el seguimiento de las asignaciones. El seguimiento es crucial para enseñar responsabilidad. Ayuden a los líderes de los jóvenes a procurar oportunidades de incluir a cada joven. Permitan que los jóvenes lideren.

Lograr cosas difíciles enseña responsabilidad personal. Las experiencias en la naturaleza proporcionan grandes oportunidades para que los jóvenes hagan cosas difíciles. Los líderes y los asesores de los cuórums ayudan a los jóvenes a alcanzar más de lo que creían posible al ofrecerles aliento, amor y entusiasmo durante la tarea. No les quiten el desafío; solo ayúdenlos a tener éxito. Apóyenlos en las nuevas responsabilidades para ayudarlos a crecer.