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“Mi alma se deleita en las palabras de Isaías”
2 Nefi 11–25
Antes de comenzar a estudiar las enseñanzas de Isaías que se encuentran en 2 Nefi 11–25, lea la declaración del élder Boyd K. Packer que figura a continuación:
“El Libro de Mormón es un libro de Escritura. Es otro testamento de Jesucristo; está escrito en lenguaje bíblico, el lenguaje de los profetas.
“En su mayor parte, se escribió en el lenguaje fluido del ‘Nuevo Testamento’, con palabras como he aquí, y aconteció y vosotros.
“Después de leer algunas páginas, ustedes percibirán la cadencia de ese lenguaje, y la narración será fácil de comprender. De hecho, la mayoría de los adolescentes comprenden fácilmente la narración del Libro de Mormón.
“Pero después, cuando apenas se sientan cómodos y estén listos para seguir adelante, se toparán con una barrera. El estilo del lenguaje cambia al estilo profético del Antiguo Testamento, porque, intercalados entre la narración, se encuentran capítulos que recitan las profecías de Isaías, profeta del Antiguo Testamento. Estos forman una especie de barrera, más allá de la cual usualmente no leerá el lector curioso que no le da la importancia que merece.
“Tal vez ustedes también se sientan tentados a detener allí su lectura, ¡pero no lo hagan! Sigan adelante y lean esos capítulos de profecías del Antiguo Testamento tan difíciles de comprender, aunque sólo comprendan un poco de lo que dicen. Sigan adelante, aunque sólo lean rápidamente y capten una que otra impresión. Sigan adelante, aunque sólo miren las palabras…
“… El Señor tenía un propósito al preservar las profecías de Isaías en el Libro de Mormón, a pesar de que representen una barrera para el lector casual.
“Los que nunca leen más allá de los capítulos de Isaías se pierden los tesoros personales que podrían encontrarse por el camino” (véase “Las cosas de mi alma”, Liahona, julio de 1986, pág. 53).