Helamán 13–16

Comprender a los profetas del Señor

¿Cómo te has sentido al escuchar a personas expresar inquietudes o críticas en cuanto a los profetas? Cuando Samuel el Lamanita se subió a la muralla y llamó al pueblo al arrepentimiento, ellos tuvieron distintas reacciones a sus palabras. Las personas tienen reacciones similares a los profetas de nuestra época. Esta lección puede ayudarte a comprender la función de los profetas y cómo pueden ayudarnos.

Ayudar a los alumnos a responder a las preguntas con una actitud de fe. A medida que los alumnos piensen en sus propias preguntas y en las de otras personas acerca de la doctrina y las creencias de la Iglesia, invítelos a esforzarse por obtener la influencia del Espíritu Santo. Anime a los alumnos a recordar lo que ya saben y a escudriñar las Escrituras en busca de comprensión adicional. Deles tiempo para practicar lo que podrían decir a alguien que tuviera puntos de vista diferentes.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a acudir a clase preparados para explicar cómo saben que el Señor estaba con Sus profetas de la antigüedad y que ahora está con Sus profetas actuales.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Confiar en los profetas del Señor

A fin de preparar a los alumnos para que piensen en los profetas, podría dibujar el cuadro siguiente en la pizarra e intercambiar ideas de respuestas como clase. También podría invitarlos a dibujarlo en su diario de estudio y completarlo individualmente o en grupos pequeños.

Alrededor de la figura que representa a cada grupo, anota algunas razones por las que las personas creen en los profetas y los siguen, o no creen en ellos e incluso los critican.

Ya sea que los alumnos hayan realizado la actividad en grupos pequeños o de forma individual, invítelos a compartir sus ideas.

Dedica un momento a meditar sobre lo que ya hayas aprendido y sepas acerca de los profetas que pueda ayudarte a ti y ayudar a otras personas a creer que los profetas son llamados por Dios. Por ejemplo, tal vez hiciste una lista de verdades acerca de los profetas cuando estudiaste sobre Nefi en Helamán 7–10.

En Helamán 13, el Señor envió a otro profeta, Samuel el Lamanita. Esta lección es una reseña de sus enseñanzas (véanse Helamán 13–16). A medida que estudies, podrías agregar verdades a tu lista de verdades acerca de los profetas. Busca reflexiones que puedan ayudar a alguien que tenga dificultades para creer.

Según las necesidades de sus alumnos y las impresiones del Espíritu Santo, decida cómo van a realizar las actividades siguientes. Podría centrarse en una o dos actividades como clase y resumir las demás. Podría dividir a los alumnos en grupos, pedirles que hagan una de las tres actividades y que informen al resto de la clase. Podría describir cada actividad en una hoja de papel en diferentes lugares del salón de clases y pedir a los alumnos que vayan a cada lugar y estudien las tres actividades.

Actividad A: Samuel predica a los nefitas

Lee Helamán 13:1–7; 14:9, y busca lo que te impresiona acerca de Samuel.

• A partir del ejemplo de Samuel, ¿qué aprendiste acerca de los profetas? (Considera agregar a tu lista las verdades que encuentres).

Una de las verdades que tal vez hayas reconocido es la siguiente: El mensaje de un profeta no es su propio mensaje: proviene del Señor. Podrías marcar frases de Helamán 13:5, 7; 14:9 que respalden esta verdad. Si lo deseas, también podrías leer Helamán 7:29 y Doctrina y Convenios 1:38; 21:4–5, como pasajes correlacionados y vincularlos a los versículos de Helamán 13.

• ¿Cómo podría influir la comprensión de esta verdad en la forma en que escuchamos a los profetas?

• ¿Cómo podría ayudarnos cuando nos sentimos tentados a dudar de ellos o a criticarlos?

Considere la posibilidad de proporcionar algunos ejemplares de la revista Liahona de la conferencia general más reciente para que los alumnos completen la actividad siguiente.

Dedica unos minutos a repasar una parte de un discurso reciente del profeta en la conferencia general. Piensa en el Señor y en Sus preocupaciones acerca de ti. Esfuérzate por leer el discurso como si fuera un mensaje del Señor. Lleva a cabo una de las opciones siguientes:

• Busca una frase o una enseñanza específica que creas que fue inspirada por el Señor y explica por qué.

• Describe lo que podrías hacer para recibir un testimonio personal de que el mensaje del profeta es del Señor.

Actividad B: Los nefitas responden a los profetas

Lee Helamán 13:24–29; 14:10, en busca de la actitud de los nefitas hacia los profetas.

• ¿Qué verdades sobre los profetas puedes reconocer en estos versículos?

Tal vez encontraste una verdad similar a la siguiente: Los profetas del Señor no son populares entre los inicuos. Si lo deseas, anota esta verdad junto a estos versículos.

• ¿De qué maneras ves esta verdad en nuestra época?

• ¿De qué manera los que critican y se resisten a los profetas podrían ser “guías insensatos y ciegos”? (Helamán 13:29).

• Si no acudimos al Salvador para arrepentirnos y mejorar, ¿cómo se compararía eso con preferir “las tinieblas a la luz”? (Helamán 13:29).

El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) enseñó lo siguiente:

Los profetas […] no pueden modificar el mensaje del Señor tan solo para complacer al pueblo. Son demasiado buenos para hacer algo tan cruel. Estoy sumamente agradecido de que los profetas no anhelen la popularidad (véase Spencer W. Kimball, “Los profetas”, Liahona, agosto de 1978, pág. 122).

Imagina a alguien que cree que debería poder “hace[r] cuanto [su] corazón desee” (Helamán 13:27). Por ello, se molesta cuando los profetas lo invitan a arrepentirse. A partir de lo que has aprendido, prepara una respuesta a esta inquietud o crítica.

Podría invitar a los alumnos a compartir una parte de su respuesta con la clase. Luego, pregunte quién podría completar esa respuesta. Continúe hasta que la clase crea que ha ayudado con esa inquietud.

Actividad C: El Señor preserva a Samuel

Considere mostrar la imagen de Samuel el Lamanita hablando desde la muralla, la cual se encuentra al comienzo de la lección.

Observa detenidamente la imagen que se encuentra al comienzo de la lección. En ella, se representa lo que sucedió al final del sermón de Samuel.

Lee Helamán 16:1–8 en busca de evidencias de la verdad siguiente y márcalas: El poder de Dios está con Sus profetas. (Luego podrías agregar esta verdad a tu lista).

• ¿Qué evidencias viste de que Dios estaba con Samuel?

Aunque no todos los profetas son protegidos de esta manera, Dios sí protege a Sus profetas hasta que terminan su obra (véanse Mosíah 13:1–4; Doctrina y Convenios 122:9).

Si realizan esta actividad como clase, considere mostrar las imágenes siguientes. Si es necesario, explique brevemente los relatos correspondientes.

Selecciona a un profeta de las Escrituras o de la historia de la Iglesia y anota evidencias de que Dios estaba con ese profeta. Podrías consultar los ejemplos de Noé, Moisés, Pedro y José Smith que se encuentran a continuación.

(Véase Génesis 7:7, 10–13, 17, 23)

(Véase Éxodo 14:21–30)

(Véase Hechos 12:4–11)

(Véase José Smith—Historia 1:15–25)

A continuación, anota las evidencias de que Dios también está con Sus profetas actuales. Algunos ejemplos podrían incluir la forma en que las enseñanzas o las invitaciones de los profetas actuales nos han ayudado a transitar las dificultades de nuestra época.

Si fuera necesario, podría compartir uno o más de los ejemplos siguientes:

• La proclamación sobre la familia salió a luz antes de que muchos vieran su necesidad.

• El presidente Russell M. Nelson implementó los cursos de estudio Ven, sígueme, que presentaron un modelo centrado en el hogar y apoyado por la Iglesia para estudiar las Escrituras en octubre de 2018, antes de que la pandemia del COVID-19 obligara a muchas personas a adorar desde sus casas durante largos períodos de tiempo.

• ¿Por qué resultaría útil recordar estas evidencias?

Al igual que el pueblo de Nefi, tenemos poder para escoger si aceptamos las enseñanzas del profeta o reaccionamos con críticas y enojo. Anota en tu diario de estudio lo que aprendiste acerca de los profetas y lo que sientes por ellos. A medida que esta semana continúes estudiando lo que Samuel el Lamanita enseñó, procura aprender y poner en práctica sus enseñanzas inspiradas con espíritu de oración.

Testifique del Señor y Sus profetas. Considere invitar también a los alumnos que así lo deseen a compartir su testimonio.

Comentarios e información de contexto

¿Cómo habla el Señor por medio de Sus profetas y de otras personas en la actualidad?

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio el testimonio siguiente:

Les testifico que Jesús es el Cristo, que Él guía los asuntos de esta obra sagrada y que la conferencia general es uno de los momentos sumamente importantes en los que Él da dirección a Su Iglesia y a nosotros en forma personal […].

[E]speramos escuchar “la voluntad del Señor […,] la intención del Señor […], la voz del Señor y el poder de Dios para salvación” (Doctrina y Convenios 68:4). Confiamos en la promesa del Señor: “… sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo” (Doctrina y Convenios 1:38) […].

Les prometo que, si preparan su espíritu y vienen con la expectativa de escuchar la voz del Señor, acudirán a su mente pensamientos y sentimientos personalizados especialmente para ustedes (véase Neil L. Andersen, “Escuchar la voz del Señor en la conferencia general” [artículo solo para la versión digital], Liahona, marzo de 2019, LaIglesiadeJesucristo.org).

El élder Robert D. Hales (1932–2017), del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló de las palabras de Samuel y las comparó con las palabras de los profetas vivientes.

¿Por qué es peligroso rechazar las palabras de los profetas?

El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, enseñó lo siguiente:

Cuando desechamos el consejo que proviene de Dios, no estamos escogiendo ser independientes de las influencias externas, sino que estamos eligiendo otra influencia. Desechamos la protección de un Padre Celestial perfectamente amoroso, todopoderoso, que todo lo sabe, cuyo único objetivo, el mismo que el de Su Hijo Amado, es darnos la vida eterna, darnos todo lo que Él tiene y llevarnos de nuevo al hogar, en familia, a los brazos de Su amor. Al rechazar Su consejo, elegimos la influencia de otro poder, cuyo propósito es hacernos miserables y cuyo motivo es el odio (véase Henry B. Eyring, “Busquemos seguridad en el consejo”, Liahona, julio de 1997, pág. 28).

Actividades de aprendizaje complementarias

Actividad adicional

Si cree que resultaría útil para su clase, podría incluir la actividad siguiente:

Actividad D: Muchos nefitas rechazan las palabras de los profetas

Otra manera de lidiar con las dudas o las críticas sobre los profetas es meditar sobre adónde podrían conducirnos. A pesar del testimonio y las enseñanzas impactantes de Samuel el Lamanita, muchos no creyeron. Lee los versículos siguientes y responde las preguntas correspondientes para descubrir lo que sucedió después de que Samuel se fuera:

• Helamán 16:13–14. ¿Qué dos cosas comenzaron a cumplirse?

• Helamán 16:15–20. ¿Por qué el pueblo no creyó las profecías de los profetas sobre Jesucristo?

• Helamán 16:21–23. ¿Adónde los condujo su incredulidad?

Un principio que podemos aprender es el siguiente: Cuando rechazamos a los testigos del Señor, permitimos que Satanás logre poder sobre nuestro corazón.

Para comprender este principio, lee la declaración del presidente Henry B. Eyring que se encuentra en “Comentarios e información de contexto”.

Crea dos situaciones hipotéticas. En una, escribe acerca de alguien que decide obedecer las palabras de los profetas con diligencia y sinceridad. En la otra, escribe acerca de alguien que decide rechazar las palabras de los profetas. Incluye adónde crees que estas decisiones conducirán a estas personas.