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Helamán 13, Parte 1: La misericordia del Señor


“Helamán 13, Parte 1: La misericordia del Señor”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024

“Helamán 13, Parte 1”, El Libro de Mormón: Manual del maestro

Helamán 13, Parte 1

La misericordia del Señor

Jesucristo abrazando a una persona

¿Qué crees que siente Dios por nosotros cuando pecamos? Muchos nefitas se rebelaron contra Dios y Sus mandamientos, por lo que Dios les envió a Samuel el Lamanita con un mensaje claro de que se arrepintieran a fin de que pudieran ser perdonados. Esta lección puede ayudarte a comprender mejor la naturaleza misericordiosa del Señor y Su disposición a perdonar.

Centrarse en la naturaleza y el carácter del Padre Celestial y Jesucristo. La vida eterna es llegar a conocer al Padre Celestial y a Jesucristo (véase Juan 17:3). Invite a los alumnos a centrarse en lo que enseñan las Escrituras acerca de la naturaleza y el carácter del Padre Celestial y de Jesucristo. Comprender mejor Su naturaleza y carácter puede fortalecer la relación de los alumnos con Ellos.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a acudir a clase preparados para explicar cómo se sintieron después de experimentar en su vida la naturaleza misericordiosa del Señor y Su disposición a perdonar. Recuérdeles que no deben compartir información demasiado personal.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

La infelicidad que proviene del pecado

Tenga en cuenta que la lección siguiente se centrará en el arrepentimiento. Recuerde esto al determinar la mejor manera de enseñar esta lección.

Muestre o lea la declaración siguiente. Como alternativa, invite a los alumnos a crear una situación imaginaria, pero realista, de una persona que podría sentirse miserable o perdida debido al pecado, y a utilizarla en lugar del relato siguiente.

El presidente Russell M. Nelson contó el relato siguiente acerca de una mujer en circunstancias complejas. Piensa en lo que querrías que ella supiera acerca del Padre Celestial y de Jesucristo. Mira “El arrepentimiento y la conversión”, que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde 0:00 hasta 0:50, o lee la declaración siguiente.

2:3

[M]ientras el élder David S. Baxter y yo manejábamos rumbo a una conferencia de estaca, nos detuvimos en un restaurante. Después, al regresar al auto, una mujer nos llamó y se nos acercó; su apariencia nos sobresaltó y su arreglo personal (o falta de él) era lo que cortésmente llamaría “extremo”; entonces nos preguntó si éramos élderes de la Iglesia. Le dijimos que sí, y sin mucha reserva contó los eventos de su trágica vida anegada en el pecado. Ahora, a los veintiocho años de edad, era infeliz; sentía que no valía nada y que no tenía ninguna razón para vivir […]. En una súplica de lágrimas, preguntó si existía esperanza alguna para ella, alguna salida de esa desesperación (Russell M. Nelson, “El arrepentimiento y la conversión”, Liahona, mayo de 2007, pág. 102).

  • Si hablaras con esa mujer, ¿qué verdades sobre el Padre Celestial y Jesucristo querrías que ella supiera?

  • ¿Qué harías para intentar ayudar a esa mujer?

  • ¿Cómo podrían los sentimientos actuales de ella influir en su deseo de acudir al Salvador?

Tal vez tú o alguien a quien conozcas también hayan sentido que no valen nada o que no pueden ser perdonados. Medita sobre lo que realmente crees acerca del Padre Celestial, Jesucristo y el perdón.

Al estudiar esta lección, busca reflexiones sobre la naturaleza del Padre Celestial y de Jesucristo, y sobre qué sienten Ellos por nosotros, incluso cuando pecamos. Medita sobre la forma en que estas verdades podrían ayudarte a ti y ayudar a las personas que conoces.

Samuel el Lamanita

Al igual que esa mujer, los nefitas se habían afianzado en el pecado. Con amor, el Señor envió al profeta Samuel con un mensaje para ellos.

Muestre las referencias siguientes. Podría agrupar a los alumnos de dos en dos e invitar a un alumno a leer los versículos del capítulo 13 y al otro a leer los versículos de los capítulos 14 y 15. Después de darles suficiente tiempo, invite a los alumnos a enseñarse unos a otros lo que encontraron y a explicar por qué es importante para ellos.

Lee Helamán 13:5–8, 11, 39; 14:11–13; 15:3, y busca qué puedes aprender acerca del Señor, en especial reflexiones que puedan ayudarnos si hemos pecado. (Podría resultar útil saber que disciplinar [véase Helamán 15:3] significa corregir o castigar; véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Castigar, castigo”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org).

Invite a los alumnos a compartir lo que aprendieron. Escriba en la pizarra los principios verdaderos que compartan. Si resultara útil, podría plantear algunas de las preguntas siguientes.

  • ¿Por qué sería una bendición recibir una advertencia sobre las consecuencias negativas que afrontaremos si no nos arrepentimos? ¿De qué manera la corrección del Señor demuestra Su amor?

  • ¿Por qué el mensaje de la venida de Jesucristo al mundo, junto con nuestra capacidad de arrepentirnos, serían “buenas nuevas”? (Helamán 13:7).

  • ¿Qué frases demuestran la disposición del Señor a perdonar a los nefitas si se arrepentían, aunque hubieran cometido pecados graves?

A medida que los alumnos compartan frases, asegúrese de que quede claro en qué versículo se encuentran para que los demás también puedan marcarlas.

La misericordia y el perdón del Señor

Una verdad que aprendemos de estos pasajes es la siguiente: El Señor advierte con misericordia a las personas sobre las consecuencias del pecado y perdona a los que se arrepienten.

El profeta José Smith (1805–1844) testificó que “todos están al alcance de la misericordia y el perdón” (“Discourse, 3 October 1841, as Published in Times and Seasons”, pág. 577, josephsmithpapers.org).

  • ¿De qué manera la comprensión de la naturaleza misericordiosa y la disposición a perdonar del Señor podría influir en lo que sentimos acerca de nuestros pecados y el arrepentimiento?

Es importante comprender que, aunque el Señor es misericordioso, también es perfectamente justo. Él no ignora ni desestima las consecuencias de nuestros pecados; sin embargo, debido a que el Salvador pagó por nuestros pecados en Su expiación y “satisf[izo] las exigencias de la justicia” (Mosíah 15:9), Él nos ofrece el perdón cuando nos arrepentimos.

  • ¿Cómo podría la comprensión de la justicia y la misericordia perfectas del Señor influir en tu relación con Él?

Imagínate la diferencia que podría marcar una mayor comprensión del Señor en la mujer de la que habló el presidente Nelson al comienzo de la lección. A fin de preparar una explicación para ella, haz lo siguiente:

Recuerde a los alumnos que deben utilizar su preparación para la clase en la actividad siguiente. Podrían completar la actividad de dos en dos. Un alumno podría completar la actividad A y el otro, la actividad B. Podrían hablar entre ellos de lo que hicieron y luego completar la actividad C juntos.

En la actividad C, los alumnos podrían hacer una dramatización en la que enseñen a la mujer. Camine por el salón de clases y escuche lo que enseñan. Determine si necesitan más ayuda para comprender el mensaje de Samuel. Si necesitan ayuda, podría señalarles palabras o frases específicas de los pasajes para ayudarlos con la actividad A.

Si lo desea, podría mostrar las instrucciones de cada una de las actividades.

  1. Selecciona al menos dos frases de los versículos que leíste en Helamán o busca otros pasajes que ilustren la disposición a perdonar del Señor cuando nos arrepentimos, por ejemplo, Mosíah 26:30 o Moroni 6:8. ¿Cómo podrían estas frases ayudar a la mujer?

  2. Sin compartir detalles en cuanto a pecados del pasado, da un ejemplo de tu vida, de la vida de otras personas o de las Escrituras en las que resulten evidentes la naturaleza misericordiosa y la disposición a perdonar del Señor. Para ver algunos ejemplos, podrías repasar Lucas 7:36–50 o Enós 1:1–8, o mirar “Un callejón sin salida” (3:41). Este video se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

    3:41
  3. A partir de los pasajes o el ejemplo que reconociste, ayuda a la mujer a comprender que el Señor nos extiende Su misericordia y perdón cuando nos arrepentimos.

Considere compartir frases o experiencias usted también.

El presidente Nelson relató lo que sucedió con esa mujer. Mira “El arrepentimiento y la conversión”, desde 0:50 hasta 1:27, que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, o lee la declaración siguiente.

2:3

Al hablar, la dulzura de su alma comenzó a emerger. En una súplica de lágrimas, preguntó si existía esperanza alguna para ella, alguna salida de esa desesperación.

“Sí”, respondimos, “hay esperanza. La esperanza está vinculada al arrepentimiento. Puedes cambiar; puedes: ‘veni[r] a Cristo y perfecciona[rte] en él’ [Moroni 10:32]”, y la instamos a no demorar [véanse Alma 13:27; 34:33]. Ella sollozó humildemente y nos agradeció con sinceridad (Russell M. Nelson, “El arrepentimiento y la conversión”, Liahona, mayo de 2007, pág. 102).

Testifique sobre la misericordia y el perdón del Señor. Anime a los alumnos a meditar con sinceridad en las preguntas siguientes.

La lección siguiente se centrará en el arrepentimiento y en cómo podemos superar los obstáculos que nos dificulten arrepentirnos.

Dedica tiempo a meditar sinceramente sobre la forma en que una mejor comprensión del Señor puede ayudarte cuando hayas pecado. Anota qué fue lo más significativo que aprendiste y sentiste hoy, y explica por qué. Piensa en la forma en que una mejor comprensión de la naturaleza misericordiosa del Señor y Su disposición a perdonarnos, así como el arrepentimiento frecuente, podrían brindar más paz a tu vida.

Si lo deseas, comparte lo que aprendiste y sentiste hoy con un ser querido.