Seminario
Éter 1: “Suplica al Señor”


“Éter 1: ‘Suplica al Señor’”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024

“Éter 1”, El Libro de Mormón: Manual del maestro

Éter 1

“Suplica al Señor”

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una joven orando

¿Cómo cambia tu comunicación con el Señor cuando te enfrentas a desafíos? Cuando los inicuos intentaron construir una torre para alcanzar el cielo, el Señor confundió su lengua a fin de que no pudieran entenderse entre sí (véase Génesis 11:1–9). El hermano de Jared clamó al Señor, suplicándole que librara a su familia y sus amigos de esa confusión (véase Éter 1:34–37). El Señor respondió a sus fervientes oraciones con compasión y misericordia. El objetivo de esta lección es inspirarte a orar de manera más sincera y coherente.

Enseñar conceptos básicos. Es posible que los alumnos oigan hablar con frecuencia acerca de los conceptos básicos del evangelio de Jesucristo (tal como la oración). Ayudar a los alumnos a darse cuenta de cómo esos conceptos básicos pueden bendecir su vida puede ayudarlos a seguir participando en lecciones en las que se enseñen esos conceptos básicos.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a leer Éter 1:34–37 y a marcar la expresión “Suplica al Señor”. Pídales que acudan a clase preparados a fin de compartir lo que esta frase significa para ellos y cómo podría ser diferente de las formas en que a veces oramos.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Acciones sinceras y constantes

Considere mostrar o escribir en la pizarra las declaraciones siguientes llenando los espacios en blanco. Invite a los alumnos a que se dividan de dos en dos o en grupos pequeños y que expliquen cómo podrían llenar los espacios en blanco.

Piensa en una acción que sea buena, tal como estudiar, hacer ejercicio o prestar servicio a los demás. Utiliza esa acción en los enunciados siguientes y completa las frases de una manera apropiada.

  • Si alguien (acción) de vez en cuando, entonces .

  • Si alguien (acción) sincera y constantemente durante mucho tiempo, entonces .

  • ¿Cómo podrías completar estos dos mismos enunciados con la acción de orar?

    Valore la posibilidad de escribir en la pizarra las respuestas de los alumnos a la pregunta siguiente.

  • ¿Cuáles son algunas de las razones por las que quizás no siempre seamos tan sinceros o constantes en nuestras oraciones como deseamos?

Invite a los alumnos a reflexionar sobre sus respuestas a las preguntas del párrafo siguiente. No los invite a compartir sus respuestas.

Tómate un momento para reflexionar sobre tus oraciones personales. ¿Qué te ayuda a ser sincero y constante? ¿Qué podría impedirte ser sincero y constante? ¿Por qué querrías mejorar?

Mientras estudias esta lección, busca verdades que puedan ayudarte con tus oraciones.

El libro de Éter

En ese punto del Libro de Mormón, Moroni incluyó el libro de Éter, que contiene la historia de los jareditas. Se tradujo de las veinticuatro planchas de oro que encontró el grupo enviado por Limhi (véanse Mosíah 8:7–11; Éter 1:1–2). Este libro comienza con el relato del hermano de Jared y sus oraciones al Señor. Fíjate en la siguiente cronología (las fechas son aproximadas) para ver cuándo vivió el hermano de Jared en comparación con otras personas que has estudiado en el Libro de Mormón este año:

Podría mostrar la cronología siguiente para ayudar a los alumnos a entender cuándo vivieron los jareditas. Entender este contexto de las Escrituras puede ayudar a los alumnos a obtener más conocimiento a medida que estudian.

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cronología del pueblo del Libro de Mormón desde el año 3000 a. C. hasta el 400 d. C.

Lee Éter 1:33 para ver lo que estaba sucediendo cuando comenzó la historia de los jareditas.

  • ¿Qué sabes acerca de la “gran torre” y de la ocasión en que “el Señor confundió el lenguaje del pueblo” (Éter 1:33)?

Escuche las respuestas de los alumnos y resuma el relato siguiente o muestre el video siguiente si cree que resultaría útil.

Si este relato no te resulta familiar, podrías mirar el video “La Torre de Babel” (0:58), que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org, o leer Génesis 11:1–9 (véase también el segundo párrafo de la portada del Libro de Mormón).

  • ¿Cómo pudo ser vivir en esa época?

Suplicar a Dios con fe

En ocasiones, las Escrituras incluyen frases repetidas para darles más énfasis o importancia. Buscar esas frases repetidas puede ayudarnos a entender mejor lo que el autor inspirado estaba tratando de enseñar.

Lee Éter 1:34–37 para ver cómo Jared y su hermano procuraron resolver sus problemas. Podrías marcar las frases repetidas que reflejan cómo oró el hermano de Jared y cómo respondió el Señor.

  • ¿Qué aprendiste de las frases que marcaste?

Escuche atentamente a medida que los alumnos respondan y escriba en la pizarra los principios verdaderos que compartan.

Un principio que aprendemos de este relato es el siguiente: Si suplicamos a Dios con fe, Él tendrá compasión de nosotros.

Invite a los alumnos a recordar su preparación para la clase. Después de que los alumnos hayan escrito sus reflexiones sobre las preguntas siguientes, valore la posibilidad de dividirlos de dos en dos e invitarlos a compartir sus respuestas.

Escribe cómo explicarías ese principio a alguien. Incluye los puntos siguientes en tu explicación:

  • Lo que crees que significa suplicar al Señor con fe y cómo esto puede ser diferente de cómo oramos a veces.

  • Lo que las respuestas del Señor al hermano de Jared te enseñan sobre Él.

  • Algunas maneras en que el Señor podría contestar nuestras oraciones con compasión.

Para ver un ejemplo actual de cómo el Señor responde con compasión a la oración sincera y constante, mira “Respuestas a las oraciones”, desde 2:17 hasta 4:32, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

Es importante darse cuenta de que no sabemos cuánto tiempo tardó el hermano de Jared en recibir sus respuestas. El élder Brook P. Hales, de los Setenta, compartió lo siguiente:

El Padre está al tanto de nosotros, conoce nuestras necesidades y nos ayudará de manera perfecta. A veces, esa ayuda se da en el momento exacto —o al menos poco después— en que pedimos la ayuda divina. Otras veces, nuestros deseos más fervientes y dignos no se responden de la manera que esperamos, pero descubrimos que Dios tiene mayores bendiciones reservadas para nosotros. Y en ocasiones, nuestros deseos justos no se nos conceden en esta vida (Brook P. Hales, “Respuestas a las oraciones”, Liahona, mayo de 2019, pág. 12).

  • ¿Por qué crees que es importante que recordemos estas enseñanzas?

    Si cree que los alumnos se beneficiarían de estudiar más acerca de cómo responde Dios a las oraciones, valore la posibilidad de realizar la actividad complementaria titulada “Respuestas a las oraciones” en este momento de la lección.

Si sus respuestas no son demasiado personales, podría invitar a los alumnos a compartir algunas formas en que el Señor ha mostrado compasión por ellos cuando han orado. Usted también podría añadir sus propias experiencias.

Constancia en la oración

Lee Éter 1:38–43; 2:5, 13–15, y busca más ideas sobre la oración y las respuestas del Señor.

Invite a los alumnos a compartir lo que aprendieron. Si resultara útil, haga algunas de las preguntas siguientes:

  • ¿Qué frases de Éter 1:43 y 2:14 muestran cómo se siente el Señor en cuanto a nuestra constancia en la oración? ¿Por qué crees que Él desea que le oremos constantemente?

  • El hermano de Jared tuvo una época en la que fue menos constante en sus oraciones (véase Éter 2:14). ¿Cuáles son algunas de las razones por las que hoy podríamos ser menos constantes en nuestras oraciones?

Mejorar la oración

Imagina que estás en unas deliberaciones de mesa redonda para jóvenes sobre cómo ayudarlos a mejorar sus oraciones.

Podría invitar a varios alumnos a pasar al frente de la sala para participar en unas deliberaciones de mesa redonda. Los alumnos podrían formular sus propias preguntas para el panel o utilizar las preguntas siguientes.

  • ¿Qué has hecho o podrías hacer para que tus oraciones sean más significativas o sinceras?

  • ¿Qué has hecho que te ayude a orar constantemente? ¿Qué otras cosas podrías hacer?

  • ¿Cómo puede influir en la constancia y sinceridad de tus oraciones el hecho de pensar en tu relación con el Padre Celestial? (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Oración”).

Busca la inspiración del Espíritu Santo y medita sobre cualquier cambio que creas que debes hacer en tus oraciones. Fija una meta específica y comprométete a actuar de acuerdo con las impresiones que recibas.

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