En sus escritos, el profeta Moroni compartió una carta que le había escrito su padre, Mormón, sobre el bautismo de los niños pequeños. Los escritos de Mormón sobre este tema provienen de una revelación que recibió de Jesucristo. La revelación demuestra el poder de la expiación del Salvador y su efecto en los niños pequeños. El objetivo de esta lección es ayudarte a comprender mejor por qué los niños pequeños no necesitan el bautismo y lo que eso nos enseña sobre el Padre Celestial y Jesucristo.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
¿Cómo responderías?
Lee el siguiente relato que compartió el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, o mira “Y un niño los pastoreará” desde 4:42 hasta 5:59, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org. Imagina que eres uno de los misioneros en esa situación.
16:55
Dos misioneros estaban trabajando en las montañas del sur de los Estados Unidos. Un día, desde la cima de una colina, vieron que varias personas se estaban reuniendo en un claro, más abajo. A menudo, los misioneros no tenían mucha gente a la que predicar, así que bajaron hacia el descampado.
Un niño se había ahogado e iba a haber un funeral. Sus padres habían llamado al ministro religioso para que “dijera unas palabras” de su hijo. Los misioneros se hicieron a un lado mientras el ministro viajante contemplaba al padre y a la madre desconsolados y empezó su sermón. Si los padres esperaban recibir consuelo de ese clérigo, se decepcionarían.
Él los reprendió severamente por no haber bautizado al niño; lo habían pospuesto por una u otra razón, y ahora era demasiado tarde y les dijo sin rodeos que su niño había ido al infierno y que eso era culpa de ellos; ellos eran los culpables del tormento sin fin del pequeño.
Después de que concluyó el sermón y se cubrió la tumba, los élderes se acercaron a los afligidos padres. “Somos siervos del Señor”, le dijeron a la madre, “y hemos venido con un mensaje para ustedes” (véase Boyd K. Packer, “Y un niño los pastoreará”, Liahona, mayo de 2012, pág. 7).
Valora tu respuesta a la siguiente pregunta en una escala del 1 al 4, en la que (1) significa nada seguro, (2) algo seguro, (3) seguro y (4) muy seguro.
¿Cuán seguro te sentirías enseñando y consolando a esos padres afligidos y ayudándolos a sentir el amor del Señor?
Al estudiar Moroni 8, piensa en cómo podrías ayudar a esos padres a comprender mejor la expiación de Jesucristo en relación con los niños pequeños. Piensa también en cómo las verdades de Moroni 8 podrían ayudarte a entender mejor la bondad y la misericordia del Padre Celestial y de Jesucristo.
Los niños pequeños son sanos
Poco después de haber sido llamado al ministerio de Jesucristo, Moroni recibió una carta de su padre. Mormón escribió a su “amado hijo” (Moroni 8:2) que siempre “[lo] ten[ía] presente en [sus] oraciones” (Moroni 8:3), y aconsejó a Moroni en cuanto a las disputas que habían surgido entre los nefitas en relación con el bautismo de los niños pequeños. Más adelante en su vida, Moroni agregó esa carta a su registro en las planchas de oro.
Lee Moroni 8:4–8 para saber cómo reaccionó Mormón cuando se enteró de la disputa.
Por qué los niños pequeños no necesitan el bautismo
Lo que aprendemos sobre el Padre Celestial y Jesucristo
Una verdad que podemos aprender de esos versículos es la siguiente: Los niños pequeños son sanos mediante la expiación de Jesucristo.
Una herramienta útil para el estudio de las Escrituras es utilizar las notas al pie de página. Fíjate en la nota c al pie de página junto a la palabra “sanos” en el versículo 8.
Lee al menos uno de los pasajes siguientes para saber por qué los niños pequeños son sanos:
¿Qué significa en Moroni 8:8 que “los niños pequeños son sanos”?
Los niños pequeños no necesitan el bautismo
Mormón dio más información que nos ayuda a aprender más acerca del Padre Celestial y de Jesucristo a partir de esta doctrina relativa a los niños. Lee los versículos siguientes y busca lo que puedes agregar a ambos lados del cuadro.