10 de diciembre

¿Cómo hace posible Jesucristo el plan del Padre Celestial?

Apocalipsis 1–5

Deliberar en consejo

Dirigido por un miembro de la presidencia de clase o de cuórum; 10–20 minutos aproximadamente

Al principio de la reunión, repitan juntos el Lema de las Mujeres Jóvenes o el Lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico. Después, dirijan un análisis sobre la obra de salvación y exaltación utilizando una o más de las preguntas que figuran a continuación o sus propias preguntas (véase Manual General, 10.2, 11.2). Planifiquen maneras de actuar de conformidad con lo que hayan analizado.

• Vivir el Evangelio. ¿De qué manera hemos visto la mano del Señor en nuestra vida?

• Cuidar de los necesitados. ¿Cómo podemos apoyarnos unos a otros en lo que estamos afrontando?

• Invitar a todos a recibir el Evangelio. ¿Cómo podemos utilizar mejor la tecnología como herramienta para compartir el Evangelio?

• Unir a las familias por la eternidad. ¿Qué estamos haciendo para ayudar a nuestra familia a venir a Cristo?

Según sea apropiado, hagan lo siguiente al terminar la lección:

• Testificar de los principios que se enseñaron.

• Recordar a los miembros de la clase o del cuórum en cuanto a los planes y las invitaciones que se hicieron durante la reunión.

Enseñar la doctrina

Dirigido por un líder adulto o un joven; 25–35 minutos aproximadamente

Prepárate espiritualmente

En una visión, Juan el Revelador vio un libro que “ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra” era digno de abrir, y eso lo hizo llorar (véase Apocalipsis 5:3–4). El libro representaba “las obras […] de Dios” e incluía Su plan para nuestra inmortalidad y vida eterna (véanse Doctrina y Convenios 77:6; Moisés 1:39). Pero luego, en la visión de Juan, un Cordero fue hallado “[d]igno […] de tomar el libro y de abrir sus sellos” (Apocalipsis 5:9). Esa gloriosa noticia hizo que “millares de millares y millones de millones” de ángeles cantaran y dieran voces de alegría (Apocalipsis 5:11). Jesucristo, el Cordero de Dios, “con [s]u sangre nos h[a] redimido para Dios” (Apocalipsis 5:9) e hizo posibles las bendiciones del plan de nuestro Padre Celestial.

Medita sobre lo que el Salvador ha hecho por ti. ¿Alguna vez te has sentido como aquellos en la visión de Juan que “se postraron sobre sus rostros y [lo] adoraron”? (Apocalipsis 5:14). Considera cómo puedes ayudar a los miembros de tu clase o cuórum a comprender mejor la función central de Jesucristo en el plan del Padre Celestial. Además de Apocalipsis 1–5, también podrías leer 2 Nefi 9; “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” (LaIglesiadeJesucristo.org) y el mensaje del élder Ulisses Soares titulado “Jesucristo: El Cuidador de nuestra alma” (Liahona, mayo de 2021, págs. 82–84).

Aprender juntos

A los miembros de tu clase o cuórum les podría gustar simular que son productores de cine a quienes se les pide que hagan una película sobre la visión de Juan en Apocalipsis 5. Concédeles unos minutos para que repasen el capítulo y determinen qué escenas les gustaría filmar. ¿Cuáles creen ellos que serían los momentos más impactantes? ¿Cómo ayudaría esta película a edificar la fe en el Salvador? Para seguir ayudando a tu clase o cuórum a aprender acerca de la función de Jesucristo en el plan de salvación del Padre Celestial, a continuación se dan varias sugerencias:

• Podrías escribir en la pizarra los siguientes encabezamientos: La vida preterrenal, La vida terrenal y La vida después de la muerte. Invita a los jóvenes a repasar los pasajes de las Escrituras que se hallan en “Recursos de apoyo” para aprender cómo la misión del Salvador durante Su vida preterrenal, durante Su vida terrenal y después de Su resurrección hace posible el plan del Padre. Debajo de los encabezamientos de la pizarra podrían resumir lo que encuentren. Da a los miembros de tu clase o cuórum la oportunidad de expresar sus sentimientos en cuanto a lo que el Salvador ha hecho por ellos.

• Para ayudar a los jóvenes a quienes enseñas a comprender mejor lo que hizo Jesucristo para que el plan del Padre Celestial fuera posible, dibuja un camino en la pizarra que represente nuestro trayecto de regreso a nuestro Padre Celestial. Dibuja obstáculos en el camino e identifícalos como muerte física y muerte espiritual. (Si fuera necesario, los jóvenes podrían leer las definiciones bajo “Muerte física” y “Muerte espiritual” en la Guía para el Estudio de las Escrituras [scriptures.ChurchofJesusChrist.org]). ¿Cómo ha hecho posible el Salvador que superemos esos obstáculos? (véase 2 Nefi 9:7–10). Los jóvenes podrían repasar el mensaje del élder Ulisses Soares titulado “Jesucristo: El Cuidador de nuestra alma” y escribir junto al camino frases del mensaje que muestren la manera en que Jesús nos ayuda a regresar a Dios.

• Cuando otras personas nos hacen preguntas sobre nuestras creencias y las decisiones que tomamos, podemos aprovechar la oportunidad para expresar por qué Jesucristo es importante para nosotros. Una manera de preparar a los jóvenes para tales oportunidades es invitarlos a repasar el mensaje del élder Dieter F. Uchtdorf titulado “¡He aquí el Hombre!” (Liahona, mayo de 2018, págs. 107–110) en busca de verdades que puedan compartir acerca de Jesucristo. Si lo deseas, haz una lista de algunas de esas verdades en la pizarra. Luego podrías darles tiempo a los jóvenes para que practiquen cómo explicarse unos a otros por qué necesitamos a Jesucristo y de qué manera su vida ha sido bendecida porque conocen al Salvador.

The Crucifixion of Christ [La crucifixión de Cristo], por Louise Parker

Actuar con fe

Insta a los miembros de la clase o del cuórum a que mediten y anoten lo que harán para actuar de conformidad con las impresiones que hayan recibido el día de hoy. Si lo desean, podrían compartir sus ideas. Invítalos a pensar sobre la forma en que actuar de acuerdo con sus impresiones fortalecerá su relación con el Padre Celestial y con Jesucristo.

Recursos de apoyo

• Juan 1:1–3, 10; Éter 3:14; Moisés 4:1–2 (La misión del Salvador en la vida preterrenal).

• Mosíah 3:5–11; Alma 7:11–13; Doctrina y Convenios 19:16–19 (La misión del Salvador durante Su vida terrenal).

• Juan 14:2–3; 2 Nefi 9:15–17; Doctrina y Convenios 45:3–5; 138:28–31 (La misión del Salvador después de Su muerte y resurrección).

Enseñar a la manera del Salvador

Cada persona de tu clase es una fuente rica de testimonio, perspectivas y experiencias al procurar vivir el Evangelio. Invítalos a compartir todo ello con los demás y a edificarse unos a otros.