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24 febrero – 2 marzo: “El valor de las almas es grande”: Doctrina y Convenios 18


“24 febrero – 2 marzo, ‘El valor de las almas es grande’: Doctrina y Convenios 18”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Doctrina y Convenios 2025, (2025)

“Doctrina y Convenios 18”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2025

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Cristo abraza a una niña

24 febrero – 2 marzo: “El valor de las almas es grande”

Doctrina y Convenios 18

Hay muchas maneras diferentes de intentar medir el valor de una persona. El talento, la educación, la riqueza y la apariencia física pueden influir en la evaluación que hacemos de los demás y de nosotros mismos; pero a los ojos de Dios, nuestro valor es una cuestión mucho más simple, y se afirma claramente en Doctrina y Convenios 18: “Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios” (versículo 10). Esta simple verdad explica mucho de lo que Dios hace y por qué lo hace. ¿Por qué mandó a José Smith y a Oliver Cowdery que establecieran la Iglesia de Jesucristo en nuestros días? (Véanse los versículos 1–5). Porque el valor de las almas es grande. ¿Por qué “mand[a] a todos los hombres en todas partes que se arrepientan” y envía apóstoles a predicar el arrepentimiento? (Versículo 9). Porque el valor de las almas es grande. ¿Y por qué Jesucristo sufrió “la muerte en la carne” y “el dolor de todos los hombres”? (Versículo 11). Porque el valor de las almas es grande. Si incluso una sola de esas almas decide aceptar el regalo del Salvador, Él se regocija, porque “grande es su gozo por el alma que se arrepiente” (versículo 13).

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Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Doctrina y Convenios 18:1–5

“Edifica mi iglesia”.

En la sección 18, el Señor dio instrucciones a Oliver Cowdery para ayudar a asentar los cimientos de la Iglesia de Jesucristo. ¿Qué notas en el consejo que Él dio, especialmente en los versículos 1–5? Podrías considerar cómo este mismo consejo se aplica a ti a medida que “edificas” tu fe en Cristo. Por ejemplo:

  • ¿Qué “has deseado saber” del Señor? (Versículo 1).

  • ¿Qué significa para ti “conf[iar] en las cosas que están escritas”? (Versículo 3). ¿Cómo “te h[a] manifestado” el Espíritu que estas cosas son verdaderas? (Versículo 2; véase también Doctrina y Convenios 6:22–24).

  • ¿Cómo construyes tu vida sobre “el fundamento de[l] […] evangelio [del Salvador] y [Su] roca”? (Versículo 5).

Hacer preguntas. Doctrina y Convenios es prueba de que las preguntas llevan a la revelación. Al estudiar las Escrituras, anota las preguntas que surjan; luego, medita y ora para encontrar respuestas.

Doctrina y Convenios 18:10–13

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“El valor de las almas es grande a la vista de Dios”.

¿Cómo determinamos el valor de algo? Por ejemplo, ¿por qué un artículo en un mercado es más caro que otro? Mientras lees la sección 18 esta semana, especialmente los versículos 10–13, podrías contrastar la forma en que la gente suele determinar el valor con lo que hace que un alma sea valiosa a los ojos de Dios. Considera sustituir las palabras “el alma”, “las almas” y “todos los hombres” por tu nombre. ¿Cómo podrían ayudar esos versículos a alguien que cuestiona su valor?

Se indican a continuación otros pasajes que enseñan sobre el valor del alma: Lucas 15:1–10; Juan 3:16–17; 2 Nefi 26:24–28; Moisés 1:39. Según estos pasajes, ¿cómo resumirías lo que Dios siente por ti? En el mensaje del presidente Dieter F. Uchtdorf titulado “Ustedes son importantes para Él” (Liahona, noviembre de 2011, págs. 19–22), también puedes buscar palabras y frases que te ayuden a saber cuánto vales para Dios.

¿De qué manera te muestra Dios que eres de gran valor para Él? ¿De qué modo eso influye en cómo te sientes con respecto a ti mismo y a los demás?

Véanse también Joy D. Jones, “Un valor inconmensurable”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 13–15; Temas y preguntas, “Hijos de Dios”, Biblioteca del Evangelio.

Doctrina y Convenios 18:11–16

El Señor se regocija cuando me arrepiento.

Observa con qué frecuencia se usan palabras como arrepentirse y arrepentimiento en Doctrina y Convenios 18. Reflexiona sobre lo que aprendes de estas palabras cada vez que se usan. Considera en particular los versículos 11–16. ¿En qué forma influyen esos versículos en lo que sientes sobre el arrepentimiento: tu propio arrepentimiento y el deber de invitar a los demás a arrepentirse y mejorar? Esta es una manera de registrar lo que aprendes: escribe varias formas de completar la frase “El arrepentimiento es ”.

Véanse también Alma 36:18–21; Guía para el Estudio de las Escrituras, “Arrepentimiento”, Biblioteca del Evangelio; Dale G. Renlund, “El arrepentimiento: Una gozosa elección”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 121–124.

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un padre abraza a su hijo

Detalle de El hijo pródigo, por Clark Kelley Price

Doctrina y Convenios 18:14–16

El gozo proviene de ayudar a otros a venir a Cristo.

Mientras lees los versículos 14–16, reflexiona sobre lo que significa “proclamar el arrepentimiento” y por qué produce tanto gozo. ¿Cuáles son algunas de las maneras que has encontrado de ayudar a otros a venir al Salvador y recibir el perdón? ¿De qué manera otras personas han hecho eso por ti?

Véase también Craig C. Christensen, “No puede haber cosa tan intensa y dulce como lo fue mi gozo”, Liahona, mayo de 2023, págs. 45–47.

Doctrina y Convenios 18:34–36

Puedo escuchar la voz del Señor en las Escrituras.

Si alguien te preguntara cómo es la voz del Señor, ¿qué le dirías? Piensa en esa pregunta al leer Doctrina y Convenios 18:34–36. ¿Qué has aprendido en cuanto a la voz del Señor al leer Doctrina y Convenios? ¿Qué puedes hacer para escuchar Su voz con mayor claridad?

Véase también “Al leer las Escrituras”, Himnos, nro. 180.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Personas, Lugares, Acontecimientos

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Ideas para enseñar a los niños

Doctrina y Convenios 18:10–13

Cada uno de nosotros es de gran valor para Dios.

  • Mientras tú y tus hijos leen Doctrina y Convenios 18:10–13, considera sustituir las palabras “el alma”, “las almas” y “todos los hombres” por los nombres de cada uno. Luego, podrían hablar sobre cómo esos versículos nos ayudan a comprender lo que siente el Padre Celestial por cada uno de nosotros.

  • También podrías preguntar a tus hijos sobre las cosas que las personas consideran valiosas o mostrarles algo que sea valioso para ti. ¿Cómo tratamos las cosas que son valiosas para nosotros? Luego, deja que se turnen para mirarse en un espejo. Mientras lo hacen, dile a cada niño que es hijo de Dios y que es de gran valor. ¿Cómo podemos mostrar a los demás que “el valor de [sus] almas es grande” a nuestra vista?

  • Para enfatizar que todas las personas son de gran valor para el Padre Celestial, tus hijos podrían mirar la ilustración al final de esta reseña mientras lees Doctrina y Convenios 18:10–13.

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Cristo sosteniendo a un niño

Detalle de Worth of a Soul [El valor de un alma], por Liz Lemon Swindle

Doctrina y Convenios 18:13–16

Compartir el Evangelio brinda gran gozo.

  • Para inspirar a tus hijos a compartir el Evangelio de Jesucristo, podrían conversar sobre experiencias en las que hayan encontrado algo que quisieron compartir con amigos o familiares. ¿Por qué quisiste compartirlo y cómo te sentiste al compartirlo? Luego, podrías leer Doctrina y Convenios 18:13, 16. ¿Qué le produce gozo al Señor? ¿Qué dice Él que nos traerá gozo? Tú y tus hijos podrían hablar de cualquier experiencia que hayan tenido al compartir el gozo del Evangelio del Salvador.

  • Alguna canción sobre compartir el Evangelio, tal como “Yo quiero ser un misionero ya” (Canciones para los niños, pág. 90), puede ayudar a tus hijos a pensar en maneras de compartir el Evangelio.

Doctrina y Convenios 18:34–36

Puedo escuchar la voz del Señor en las Escrituras.

  • Tus hijos podrían disfrutar de un juego en el que traten de identificar las voces de distintas personas, como familiares, amigos o líderes de la Iglesia. ¿Cómo reconocemos las voces de los demás? ¿Cómo reconocemos la voz del Señor? Podrían leer juntos Doctrina y Convenios 18:34–36 para analizar esa pregunta. También podrían conversar sobre cómo han escuchado la voz del Señor en las Escrituras.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

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