“10 – 16 marzo: ‘El origen de la Iglesia de Cristo’: Doctrina y Convenios 20–22”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Doctrina y Convenios 2025, (2025)
“Doctrina y Convenios 20–22”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2025
10 – 16 marzo: “El origen de la Iglesia de Cristo”
Doctrina y Convenios 20–22
La obra del Salvador de sacar a luz el Libro de Mormón ya estaba completa, pero Su obra de Restauración acababa de comenzar. Además de restaurar la doctrina y la autoridad del sacerdocio, el Señor había dejado claro en revelaciones anteriores que también quería restaurar una organización formal: Su Iglesia (véanse Doctrina y Convenios 10:53; 18:5). El 6 de abril de 1830, más de cuarenta creyentes abarrotaron la casa de troncos de la familia Whitmer en Fayette, Nueva York, para ser testigos de la organización de la Iglesia de Jesucristo.
Algunas personas se preguntan por qué es necesaria una Iglesia organizada. La respuesta se encuentra, por lo menos en parte, en las revelaciones relacionadas con esa primera reunión de la Iglesia en 1830. En ellas, se describen bendiciones que no habrían sido posibles si la verdadera Iglesia de Jesucristo no hubiera sido “debidamente organizada y establecida” en los últimos días (Doctrina y Convenios 20:1).
Véanse también Santos, tomo I, págs. 84–87; “Edifica mi iglesia”, en Revelaciones en contexto, págs. 32–35.
Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia
Jesucristo ha restaurado Su Iglesia.
¿Por qué tenemos una Iglesia organizada? Quizás la mejor respuesta sea “porque Jesucristo organizó una”. Al estudiar Doctrina y Convenios 20–21, es posible que notes similitudes entre la Iglesia que Él estableció en la antigüedad y la que Él ha restaurado hoy. Utiliza los siguientes versículos para aprender sobre la Iglesia del Salvador en la antigüedad: Mateo 16:15–19; Juan 7:16–17; Efesios 2:19–22; 3 Nefi 11:23–26; Moroni 4–5. Utiliza estos versículos para aprender acerca de la Iglesia restaurada: Doctrina y Convenios 20:17–25, 60, 72–79; 21:1–2. Podrías registrar lo que halles en una tabla como esta:
Doctrina |
Ordenanzas |
Autoridad del sacerdocio |
Profetas | |
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La antigua Iglesia de Cristo | Doctrina | Ordenanzas | Autoridad del sacerdocio | Profetas |
La Iglesia restaurada de Cristo | Doctrina | Ordenanzas | Autoridad del sacerdocio | Profetas |
¿Qué aprendes en esta actividad acerca de la razón por la que Jesucristo estableció —y restauró— Su Iglesia?
Véase también Dallin H. Oaks, “La necesidad de una Iglesia”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 24–26.
Doctrina y Convenios 20:37, 75–79; 22
Las ordenanzas sagradas me ayudan a llegar a ser como el Salvador.
Cuando la Iglesia fue organizada, el Señor enseñó a Sus santos en cuanto a las ordenanzas sagradas, entre ellas el bautismo y la Santa Cena. Al leer acerca de esas ordenanzas, reflexiona sobre cómo te ayudan a sentirte conectado con el Salvador. Por ejemplo, ¿cómo te ayudan esas ordenanzas a mantener tu “determinación de servir [a Jesucristo] hasta el fin”? (Versículo 37). También podrías leer las oraciones sacramentales (versículos 77, 79) e imaginar que las escuchas por primera vez. ¿Qué reflexiones surgen en tu mente?
Véase también D. Todd Christofferson, “El porqué de la senda de los convenios”, Liahona, mayo de 2021, págs. 116–119.
El servicio en el sacerdocio bendice a los miembros de la Iglesia y a sus familias.
¿Alguna vez has pensado por qué era importante para el Salvador restaurar el sacerdocio en Su Iglesia? Leer lo que Él pide hacer a los poseedores del sacerdocio en Doctrina y Convenios 20:38–60 podría brindarte algunas ideas. ¿Cómo te ha bendecido el Salvador a ti y a tu familia mediante la obra que se describe en esos versículos?
Además de aquellos que son ordenadas al sacerdocio, las mujeres apartadas para servir en la Iglesia también ejercen la autoridad de Dios al participar en Su obra. Para saber cómo lo hacen, véase el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “Las llaves y la autoridad del sacerdocio” (Liahona, mayo de 2014, págs. 49–52).
Véase también Temas y preguntas, “Enseñanzas de José Smith sobre el sacerdocio, el templo, las mujeres”, Biblioteca del Evangelio.
Obedecer la palabra de Dios, expresada por Sus profetas, me brindará protección divina.
Doctrina y Convenios 21:4–9 contiene invitaciones a seguir al profeta del Señor y poderosas promesas para las personas que lo hacen. Las siguientes ideas pueden ayudarte a reflexionar sobre esos versículos:
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¿Qué palabras de los versículos 4–5 describen lo que el Salvador desea que hagas con las palabras de Su profeta viviente? ¿Por qué crees que se necesita “fe y paciencia” para lograrlo?
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Medita en las imágenes que el Salvador usa en el versículo 6 para describir las bendiciones de seguir a Su profeta. ¿Qué crees que significa “las puertas del infierno”? ¿Cómo “dispers[a] el Señor los poderes de las tinieblas” por ti? ¿Qué significa “sacudir los cielos para [tu] bien”?
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¿Qué te pide el Señor, por medio del actual Presidente de la Iglesia, que hagas? ¿Cómo ha cumplido el Señor Sus promesas cuando has seguido Sus consejos?
Anota las reflexiones adicionales que tengas a partir de las siguientes secciones del mensaje del élder Neil L. Andersen titulado “El profeta de Dios” (Liahona, mayo de 2018, págs. 24–27).
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Por qué seguimos al Profeta:
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Un atalaya en la torre:
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No se sorprendan:
Véanse también “Los atalayas en la torre”, video, LaIglesiadeJesucristo.org; Temas y preguntas, “Profetas”, Biblioteca del Evangelio; “Cuando oímos al profeta”, Liahona, octubre de 2000, sección Amigos, pág. 7.
Ideas para enseñar a los niños
La Iglesia de Jesucristo se ha restaurado.
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Considera usar el encabezado de la sección de Doctrina y Convenios 21, el capítulo 9 de Relatos de Doctrina y Convenios, o el video “La organización de la Iglesia” (LaIglesiadeJesucristo.org) para ayudar a tus hijos a comprender lo que sucedió el día en que se organizó la Iglesia.
2:37 -
Quizás tus hijos podrían hacer corresponder ilustraciones de Jesucristo, alguien ministrando, un bautismo y la Santa Cena con los versículos de la sección 20 (véanse los versículos 21–23, 47, 72–74, 75–79). Utiliza esas ilustraciones y versículos para analizar las bendiciones que tenemos gracias a que Jesucristo restauró Su Iglesia.
Doctrina y Convenios 20:37, 41, 71–74
Cuando me bautizo y confirmo, prometo seguir a Jesucristo.
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Tus hijos podrían disfrutar de ver una ilustración de un niño siendo bautizado y confirmado. Pueden señalar cómo coincide con las instrucciones dadas en Doctrina y Convenios 20:41, 71–74. ¿Qué aprendemos de Doctrina y Convenios 20:37 sobre las personas que desean bautizarse? También podrían cantar juntos “Cuando me bautice” (Canciones para los niños, pág. 53) o ver el video “El bautismo de Jesús” (Biblioteca del Evangelio).
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Si tus hijos ya han sido bautizados y confirmados, pregúntales sobre su experiencia. ¿Tienen fotos que puedan compartir? Habla con ellos sobre lo que están haciendo para seguir a Jesucristo y cómo Él los está bendiciendo.
Puedo tomar sobre mí el nombre de Jesús y recordarle siempre.
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Tus hijos podrían buscar la palabra “dispuestos” tanto en Doctrina y Convenios 20:37 (sobre el bautismo) como en el versículo 77 (la oración sacramental). ¿Qué quiere Jesucristo que estemos dispuestos a hacer? Tal vez tus hijos podrían fijarse en algo que lleve un nombre (como el nombre de una marca o el de una persona). ¿Qué nos dice el nombre acerca del objeto? ¿Qué significa tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo?
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Podrían leer juntos Doctrina y Convenios 20:77, y pudieras pedirle a tus hijos que señalen las promesas que hacemos como parte de la Santa Cena. Tal vez podrían turnarse para representar algo que puedan hacer para “recordar siempre” al Salvador y adivinar qué representan las acciones de cada uno. Según el versículo 77, ¿de qué manera nos bendice el hecho de recordar siempre al Salvador?
Jesús me bendice cuando sigo a Su profeta.
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Después de descubrir las invitaciones y promesas de Doctrina y Convenios 21:4–6, tus hijos podrían mirar una foto del profeta actual y compartir algo que hayan aprendido o escuchado de él. Conversen acerca de las diversas maneras en que Jesucristo los haya bendecido por seguir a Su profeta.