Moisés y la zarza ardiente, por Harry Anderson.

21 – 27 marzo

Éxodo 1–6

“Me he acordado de mi convenio”

Comience su estudio con una oración y pida ayuda para encontrar mensajes en Éxodo 1–6 que sean importantes para su vida y para su servicio en el Reino de Dios.

Anote sus impresiones

La invitación a vivir en Egipto salvó literalmente a la familia de Jacob. No obstante, tras cientos de años, sus descendientes fueron esclavizados y aterrorizados por un nuevo faraón “que no conocía a José” (Éxodo 1:8). Les habrá resultado natural a los israelitas preguntarse por qué Dios permitía que les sucediera eso a ellos, Su pueblo del convenio. ¿Se acordaba Él del convenio que había hecho con ellos? ¿Eran ellos todavía Su pueblo? ¿Veía Él cuánto estaban padeciendo?

Es posible que haya ocasiones en las que usted se plantee preguntas similares. Tal vez se pregunte: ¿Sabe Dios por lo que estoy pasando? ¿Escucha mis ruegos para suplicar ayuda? El relato que se encuentra en Éxodo sobre la liberación de Israel de Egipto contesta esas preguntas con claridad: Dios no olvida a Su pueblo. Él recuerda Sus convenios con nosotros y los cumplirá en Su propio tiempo y a Su propia manera (véase Doctrina y Convenios 88:68). El Señor declara: “os redimiré con brazo extendido y con grandes juicios”; “yo soy Jehová vuestro Dios, que os sac[a] de debajo de [vuestras] pesadas cargas” (Éxodo 6:6–7).

Para consultar una reseña del libro de Éxodo, véase “Éxodo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

Ideas para el estudio personal de las Escrituras

Éxodo 1–2

Jesucristo es mi Libertador.

Uno de los temas centrales del libro de Éxodo es que Dios tiene poder para liberar a Su pueblo del cautiverio. La esclavitud de los israelitas, tal como se describe en Éxodo 1, podría considerarse un símbolo de la cautividad que todos afrontamos a causa del pecado y de la muerte (véanse 2 Nefi 2:26–27; 9:10; Alma 36:28), y Moisés, el libertador de los israelitas, podría verse como un precursor o una representación de Jesucristo (véanse Deuteronomio 18:18–19; 1 Nefi 22:20–21). Lea Éxodo 1–2 teniendo presentes dichas comparaciones. Tal vez note, por ejemplo, que tanto Moisés como Jesús fueron preservados de la muerte cuando eran pequeñitos (véanse Éxodo 1:22–2:10; Mateo 2:13–16), y que ambos pasaron tiempo en el desierto antes de comenzar sus ministerios (véanse Éxodo 2:15–22; Mateo 4:1–2). ¿Qué otras nociones halla en Éxodo sobre el cautiverio espiritual? ¿Y acerca de la liberación del Salvador?

Véase D. Todd Christofferson, “Redención”, Liahona, mayo de 2013, págs. 109–112.

Moses in the Bulrushes [Moisés entre los juncos], © Providence Collection/licencia de goodsalt.com.

Éxodo 3–4

El Señor da poder a quienes Él llama a hacer Su obra.

Hoy en día, nosotros vemos a Moisés como un gran profeta y líder; no obstante, él no se veía a sí mismo de esa manera cuando el Señor lo llamó en un principio. Moisés se preguntó: “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón?” (Éxodo 3:11). Sin embargo, el Señor sabía quién era Moisés en verdad, y quién podía llegar a ser. Al leer Éxodo 3–4, observe cómo el Señor dio confianza a Moisés y respondió a sus inquietudes. ¿Qué encuentra en estos capítulos que pueda inspirarle cuando se sienta poco capaz? ¿De qué modo bendice el Señor a Sus siervos con mayor poder para que hagan Su voluntad? (Véanse Moisés 1:1–10, 24–39; 6:31–39, 47). ¿En qué ocasiones ha visto a Dios hacer Su obra mediante usted o mediante otras personas?

Para obtener más información sobre la vida y el ministerio de Moisés, véase “Moisés” en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

Éxodo 5–6

Los propósitos del Señor se cumplirán en Su propio tiempo.

Aunque Moisés se presentó con valentía ante Faraón, tal como Dios había mandado, y le dijo que liberara a los israelitas, Faraón se negó. De hecho, hizo que la vida de los israelitas fuera más difícil. Moisés y los israelitas deben haberse preguntado por qué las cosas no marchaban bien, si este estaba haciendo lo que Dios le había pedido que hiciera (véase Éxodo 5:22–23).

¿Ha sentido alguna vez que, aunque estaba haciendo la voluntad de Dios, no alcanzaba el éxito que esperaba? Lea Éxodo 6:1–8 para conocer lo que el Señor dijo a fin de ayudar a Moisés a perseverar. ¿De qué modo le ha ayudado el Señor a persistir en hacer Su voluntad?

Éxodo 6:3

¿Quién es Jehová?

Jehová es uno de los nombres de Jesucristo, y hace referencia al Salvador preterrenal. La Traducción de José Smith deja en claro que los profetas Abraham, Isaac y Jacob conocían al Señor por ese nombre (véase Éxodo 6:3, nota b al pie de página). Por lo general, cuando aparece la frase “el Señor” en el Antiguo Testamento, se refiere a Jehová. En Éxodo 3:13–15, el título “YO SOY” también hace referencia a Jehová (véase también Doctrina y Convenios 38:1; 39:1).

Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar

Éxodo 1–2.Varias mujeres desempeñaron funciones cruciales en el plan de Dios de levantar un libertador para los israelitas. En familia, podrían leer sobre las parteras Sifra y Fúa (Éxodo 1:15–20); sobre la madre y la hermana de Moisés, Jocabed y María, respectivamente (Éxodo 2:2–9; Números 26:59); la hija de Faraón (Éxodo 2:5–6, 10); y la esposa de Moisés, Séfora (Éxodo 2:16–21). ¿De qué manera aquellas mujeres hicieron avanzar el plan de Dios? ¿De qué modo las experiencias de ellas nos recuerdan la misión de Jesucristo? También podría reunir algunas fotografías de parientes y antepasados femeninos, y compartir relatos sobre ellas. ¿En qué forma ha sido bendecido por medio de mujeres rectas? El mensaje del presidente Russell M. Nelson, “Una súplica a mis hermanas”, (Liahona, noviembre de 2015, págs. 95–98) puede enriquecer el análisis.

Éxodo 3:1–6.Cuando Moisés se acercó a la zarza ardiente, Jehová le pidió que se quitara el calzado en señal de respeto. ¿Cómo podemos mostrar reverencia hacia los lugares sagrados? Por ejemplo, ¿qué podemos hacer para que nuestro hogar sea un lugar sagrado donde pueda morar el Espíritu del Señor? ¿Cómo podríamos mostrar mayor reverencia en otros lugares sagrados?

Éxodo 4:1–9.El Señor dio a Moisés el poder para efectuar tres milagros como señales a fin de demostrar a los hijos de Israel que Él lo había enviado. ¿Qué nos enseñan esas señales sobre Jesucristo?

Éxodo 5:2.¿Qué podría significar para nosotros “cono[cer]” al Señor? ¿Cómo llegamos a conocerle? (Por ejemplo, véase Alma 22:15–18). ¿Cómo influye nuestra relación con Él en nuestro deseo de obedecerle? (Véanse también Juan 17:3; Mosíah 5:13).

Para consultar más ideas sobre cómo enseñar a los niños, véase la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.

Canción que se sugiere: “La reverencia es amor”, Canciones para los niños, pág. 12.

Cómo mejorar nuestro aprendizaje

Lleve un diario de estudio. Podría resultarle útil emplear un diario o un cuaderno para anotar los pensamientos, las ideas, las preguntas o las impresiones que tenga mientras estudia.

La hija de Faraón encuentra a Moisés entre los juncos, por George Soper.