El jardín de Getsemaní, por Derek Hegsted

12 – 18 junio

Lucas 22; Juan 18

“No se haga mi voluntad, sino la tuya”

El aprender de Lucas 22 y Juan 18 con los niños es una oportunidad para ayudarles a profundizar su amor por Jesucristo y su fe en Él. Considere con espíritu de oración cómo lo hará.

Invitar a compartir

Muestre láminas de los acontecimientos de estos capítulos, tales como Jesús ora en Getsemaní (Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 56) y las láminas que se encuentran en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar. Invite a los niños a decir lo que está sucediendo en las imágenes.

Enseñar la doctrina: Niños pequeños

Lucas 22:39–46

Jesús padeció por mí porque me ama

Considere cómo puede ayudar a los niños a que sientan el amor que Jesús les tiene cuando analicen el relato de Su padecimiento en Getsemaní.

Posibles actividades

• Relate la historia de Lucas 22:39–46 a los niños, para lo cual podría utilizar “Capítulo 51: Jesús padece en el jardín de Getsemaní” (en Relatos del Nuevo Testamento, págs. 129–132, o el video correspondiente en LaIglesiadeJesucristo.org). Explique que Jesús sintió todo el dolor y la tristeza que todas las personas han sentido. Pregunte a los niños qué pudiera hacer que una persona se sienta triste, herida o molesta. Testifique que cuando nos sentimos así, Jesús nos puede ayudar a sentirnos mejor.

• Pase entre los niños una lámina del Salvador en Getsemaní (como la que se encuentra en la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar). Conforme cada niño sostenga la lámina, diga: “Jesús sufrió porque ama a [nombre del niño]”. Invite a los niños a repetir esas palabras con usted.

• Entone con los niños una canción que hable del amor que Jesucristo nos tiene, como “Siento el amor de mi Salvador” (Canciones para los niños, págs. 42–43). Ayúdeles a pensar en maneras en las que hayan sentido el amor de Jesús.

Lucas 22:41–43

Puedo orar cuando necesito ayuda

Cuando Jesús oró en Getsemaní, un ángel se apareció para fortalecerlo. ¿Cómo puede ayudar a los niños a quienes enseña a entender que ellos también pueden orar al Padre Celestial para pedirle fortaleza?

Posibles actividades

• Resuma Lucas 22:41–43 para los niños. Relate una experiencia en la que haya orado pidiendo ayuda y el Padre Celestial le haya fortalecido mediante el Espíritu Santo o le haya enviado a alguien para que le ayudara.

• En tiras de papel, anote algunas cosas que podríamos decir al orar, como “Padre Celestial”, “te doy gracias”, “te pido” y “en el nombre de Jesucristo. Amén”. Coloque las tiras en el suelo en orden aleatorio y ayude a los niños a ponerlas en el orden en que podríamos decirlas en una oración. ¿Qué le podemos agradecer al Padre Celestial? ¿Qué más podemos decirle? Testifique que los niños pueden orar al Padre Celestial en cualquier lugar y en cualquier momento.

Cristo orando en el jardín de Getsemaní, por Hermann Clementz

Enseñar la doctrina: Niños mayores

Lucas 22:39–46

En Getsemaní, Jesucristo tomó sobre Sí mis pecados y mi dolor

El saber lo que Jesús hizo por nosotros en Getsemaní puede ayudar a los niños a arrepentirse de sus pecados y a acudir al Salvador cuando pasen por pruebas difíciles.

Posibles actividades

• Invite a los niños a leer Lucas 22:39–46 en busca de palabras o frases que describan cómo se sintió Jesús en Getsemaní. ¿Qué experimentó Jesús que lo hizo sentir así? (véase Doctrina y Convenios 19:16–19). Conceda a los niños la oportunidad de compartir sus sentimientos sobre Jesús y Su sacrificio por nosotros.

• Invite a los niños a hablar sobre alguna ocasión en la que hayan sentido tristeza o dolor. Pregúnteles si conocen a alguien que haya sentido lo mismo. Invítelos a leer Alma 7:11–12. ¿Qué nos enseñan esos versículos sobre Jesucristo y Su padecimiento por nosotros?

• Entregue a un niño un palo que sea más largo que el ancho de la puerta del salón y pídale que lo sostenga en forma horizontal y que trate de pasar por la puerta. Explique que el palo representa nuestros pecados, los cuales nos impiden entrar al Reino de Dios. Pídale que le entregue el palo para demostrar que Jesús tomó sobre Sí nuestros pecados a fin de que podamos ser perdonados cuando nos arrepentimos.

Lucas 22:39–44

Puedo seguir el ejemplo de Jesús al ser obediente al Padre Celestial

Jesús demostró obediencia al Padre cuando dijo: “… [N]o se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). ¿Cómo puede ayudar a los niños a aprender del ejemplo de Jesús?

Posibles actividades

• Ayude a los niños a memorizar la frase “no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42) y analicen lo que significa. ¿Qué podemos hacer para obedecer la voluntad del Padre Celestial?

• Ayude a los niños a nombrar algunas razones por las que en ocasiones es difícil hacer lo que el Padre Celestial desea. ¿Qué bendiciones hemos recibido por ser obedientes al Padre Celestial, aun cuando haya sido difícil?

Lucas 22:50–51

Jesús amaba a Sus enemigos

Aprender a ser pacificador no es fácil, especialmente cuando los demás no son bondadosos con nosotros. ¿Cómo podría el relato que se encuentra en Lucas 22:50–51 inspirar a los niños a quienes enseña a ser bondadosos en toda circunstancia?

Posibles actividades

• Invite a los niños a leer Lucas 22:50–51. ¿Qué aprendemos acerca de Jesús en este relato? Durante la semana, pida a los padres de algunos de los niños que le cuenten de ocasiones en las que sus hijos demostraron bondad, aun cuando fue difícil. Comparta esos relatos con los niños. (Recuerde a los niños que ser bondadosos no quiere decir permitir que otras personas les hagan daño; deben hablar con sus padres o con otro adulto de confianza si alguien los está lastimando).

• Entonen una canción que hable de ser bondadosos, tal como “La bondad por mí empieza” (Canciones para los niños, pág. 83). ¿Qué nos enseña esa canción sobre la bondad? ¿De qué manera podemos demostrar bondad a los demás como el Salvador lo hizo?

Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a compartir su testimonio del Salvador con su familia. También podrían pedir a sus familiares que compartan su testimonio de Él.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Invite a los niños a que compartan lo que sepan. “… [P]ídales que compartan con usted las ideas, los sentimientos y las experiencias que tengan con respecto a los principios que les esté enseñando. Se dará cuenta de que sus perspectivas son sencillas, puras y poderosas” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 26).