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17 – 23 agosto. Helamán 1–6: “La roca de nuestro Redentor”


“17 – 23 agosto. Helamán 1–6: ‘La roca de nuestro Redentor’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Libro de Mormón 2020 (2020)

“17 – 23 agosto. Helamán 1–6”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2020

Olas que se rompen en rocas

17 – 23 agosto

Helamán 1–6

“La roca de nuestro Redentor”

¿Realmente conoce a su clase? Trate de conocer mejor a un miembro de la clase cada semana. A medida que lo haga, podrá tener en mente sus necesidades conforme se prepare para enseñar.

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Considere invitar a los miembros de la clase a que vayan preparados para mostrar un objeto que podrían utilizar para enseñar sobre un principio que aprendieron en estos capítulos. ¿De qué otras maneras podemos enseñar estos principios a otras personas?

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Enseñar la doctrina

Helamán 1–6

El orgullo nos separa del Espíritu y de la fortaleza del Señor.

  • En la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar se describe un “ciclo de orgullo” que afectó a los nefitas. Tal vez una persona de la clase podría dibujar un diagrama de ese ciclo en la pizarra. Después, lo miembros de la clase podrían encontrar en Helamán 1–6 lo que sientan que ilustran las distintas partes del ciclo y escribirlo junto a las partes correspondientes en el diagrama. (Si los miembros de la clase necesitan ayuda, podría sugerirles que busquen en Helamán 3:24–36; 4:11–26). ¿En qué sentido somos como los nefitas algunas veces? ¿Cómo podemos evitar esa tendencia que ellos tenían hacia el orgullo? También podría compartir partes del “Capítulo 18: Cuidaos del orgullo” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 251–261).

    El ciclo del orgullo

    El “ciclo del orgullo”.

  • Podría invitar a los miembros de la clase a que lean Helamán 4:13 y 24–26 y encuentren un himno que enseñe sobre nuestra dependencia de Dios, tal como “Señor, te necesito” (Himnos, nro. 49). ¿De qué manera nos separa el orgullo de Dios? ¿Cómo podemos reconocer nuestra dependencia de Dios? Los miembros de la clase podrían compartir la forma en que hayan sido fortalecidos por el Espíritu y el poder del Señor gracias a que fueron humildes.

  • Los miembros de la Iglesia que se describen en Helamán 3:33–34 perseguían a otros miembros de la Iglesia. A causa de su orgullo, oprimían a los pobres y cometían todo tipo de otros pecados (véase Helamán 4:11–13). Considere leer juntos Helamán 3:33–34 y 4:11–13, y pedir a los miembros de la clase que analicen maneras en las que podemos mostrar mayor bondad y respeto hacia los demás, incluyendo a aquellos miembros de la Iglesia que pudieran ser distintos a nosotros. También podría invitarlos a que piensen en alguien a quien conozcan y que pudiera estar sufriendo debido a actos hirientes de otras personas, y que piensen en la forma en que podrían ayudar a fortalecer y alentar a esa persona.

Helamán 3:33–35

La santificación viene cuando entregamos el corazón a Dios.

  • El pasaje Helamán 3:33–35 podría brindar consuelo a los miembros de la clase que sufran “persecuciones… [o] muchas aflicciones” (versículo 34). Tal vez podría invitar a los miembros de la clase a que escudriñen esos versículos para buscar consejos que podrían darle a alguien que sufra persecución. O bien, ellos podrían compartir cómo encontraron “gozo y… consolación” en épocas de aflicción debido a que hicieron lo que se describe en el versículo 35.

  • Considere invitar a la clase a estudiar tanto Helamán 3:33–35 como las declaraciones y referencias sobre llegar a santificarse que se encuentran en “Recursos adicionales”. ¿Qué enseñan esos versículos y declaraciones sobre la santificación? ¿De qué manera el hecho de ayunar y orar brinda las bendiciones descritas en Helamán 3:35? ¿Cómo entregamos el corazón a Dios? (véase Helamán 3:35). ¿Cómo nos puede ayudar eso a llegar a ser santificados? También podría preparar y distribuir tiras de papel con uno de los enunciados o las referencias que se encuentran en “Recursos adicionales” escritos en ellas, e invitar a los miembros de la clase a tomar una al azar para su estudio. Después podrían compartir entre ellos lo que hayan aprendido sobre la santificación.

Helamán 5:12

Si hacemos de Jesucristo nuestro fundamento, no podemos fracasar.

  • Satanás lanza “sus impetuosos vientos” hacia la vida de todos. Muchas personas de su clase ya han vivido eso y es probable que en el futuro haya más tormentas. ¿Qué puede hacer usted a fin de ayudar a los miembros de su clase a prepararse para esas tormentas edificando su vida en Jesucristo?

    Para comenzar un análisis, podría mostrar imágenes de templos u otros edificios, y comparar nuestra vida con un edificio. ¿Qué decisiones debe tomar el constructor? ¿Qué decisiones tomamos nosotros que tienen efecto en la forma en que edificamos nuestra vida? Después podrían leer juntos Helamán 5:12 y analizar lo que significa edificar nuestra vida sobre Jesucristo. ¿De qué forma el hecho de tenerlo a Él como nuestro fundamento influye en otras decisiones que tomamos a medida que edificamos nuestra vida?

    Los miembros de la clase podrían compartir la manera en que tener al Salvador como su fundamento los ha ayudado a sobrellevar las tormentas de la vida. Concédales tiempo para que mediten sobre el tipo de vida que están edificando y cómo pueden asegurarse de estar fundados con firmeza en Cristo. El relato sobre el Templo de Salt Lake que se encuentra en “Recursos adicionales” podría ayudar con el análisis.

Helamán 5:14–50

Nuestra fe se fortalece a causa de “la grandeza de las evidencias que [hemos] recibido”.

  • Una de las bendiciones de reunirse en la Escuela Dominical es la oportunidad de fortalecernos mutuamente en la fe, del mismo modo que los lamanitas lo hicieron en Helamán 5:50. Tal vez podrían leer juntos Helamán 5:50 y pedir a los miembros de clase que encuentren “las cosas que [los lamanitas] habían oído y visto” en los versículos 20–49. Después ellos podrían compartir entre sí algunas experiencias espirituales que los hayan convencido de que el Evangelio es verdadero, a pesar de que no hayan visto ángeles ni pilares de fuego. ¿Qué evidencias convincentes han visto del evangelio restaurado de Jesucristo?

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Alentar el aprendizaje en el hogar

En los capítulos Helamán 7–12 se describe la forma en que Nefi se ganó la confianza del Señor y recibió gran poder. Podría sugerir a los miembros de su clase que al leer esos capítulos, ellos pueden aprender a recibir más de la confianza de Dios en su vida.

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Recursos adicionales

Llegar a ser santificados mediante Jesucristo.

  • La santificación es “el proceso por el cual la persona se libra del pecado y se vuelve pura, limpia y santa mediante la expiación de Jesucristo” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Santificación”, escrituras.churchofjesuschrist.org).

  • “Una vez que nos hayamos arrepentido verdaderamente, Cristo nos librará de la carga de la culpabilidad de nuestros pecados. Sabremos por nosotros mismos que se nos ha perdonado y hecho limpios. El Espíritu Santo nos lo confirmará; Él es el Santificador. Ningún otro testimonio del perdón es más grande que ese” (Dieter F. Uchtdorf, “El punto de retorno seguro”, Liahona, mayo de 2007, pág. 101).

  • “El ser santificado mediante la sangre de Cristo es llegar a ser limpio, puro y santo. Si la justificación elimina el castigo del pecado pasado, entonces la santificación elimina la mancha o los efectos del pecado” (D. Todd Christofferson, “Justification and Sanctification”, Ensign, junio de 2001, pág. 22).

  • “Cuando la voluntad, las pasiones y los pensamientos de una persona se someten perfectamente a Dios y a Sus requisitos, esa persona es santificada” (Brigham Young, “Discourse”, Deseret News, 7 de septiembre de 1854, pág. 1).

  • Nos santificamos mediante el poder del Espíritu Santo gracias a la expiación de Jesucristo (véanse Hebreos 13:12; Alma 13:10–12; 3 Nefi 27:19–20; Moroni 10:32–33; D. y C. 76:40–42).

  • Aún después de haber sido santificados, es posible caer de la gracia divina (véase D. y C. 20:30–34).

Un fundamento seguro.

Durante la construcción del templo de Salt Lake, se hallaron enormes grietas en las rocas de los cimientos. A pesar de que había tomado casi nueve años llegar hasta ese punto de la construcción, el presidente Brigham Young ordenó que se quitaran esas rocas agrietadas y se reemplazaran con rocas de mejor calidad. Tomó otros cinco años remover las rocas defectuosas que servían de cimientos y volver a construir hasta el nivel del suelo. El presidente Young dijo: “Quiero que ese templo se construya de manera que perdure hasta el milenio” (“Remarks”, Deseret News, 14 de octubre de 1863, pág. 97).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Comparta su testimonio de Jesucristo. Es probable que Amínadab no se sintiera como la persona más calificada para enseñar a los lamanitas a arrepentirse y a tener fe en Cristo (véase Helamán 5:35–41). Sin embargo, él compartió lo que sabía y su testimonio tuvo una profunda influencia. ¿Qué aprende usted de su ejemplo?