“12 – 18 abril. Doctrina y Convenios 37–40: ‘Si no sois uno, no sois míos’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“12 – 18 abril. Doctrina y Convenios 37–40”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021
12 – 18 abril
Doctrina y Convenios 37–40
“Si no sois uno, no sois míos”
Antes de planear lo que hará durante la clase, estudie Doctrina y Convenios 37–40 con espíritu de oración. Es más probable que reciba guía espiritual en su preparación para enseñar si primero usted tiene experiencias personales significativas con estos pasajes de las Escrituras.
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
Considere escribir en la pizarra: Al leer Doctrina y Convenios 37–40 sentí que el Señor me decía . Los miembros de la clase podrían compartir la forma en que completarían el enunciado. Como parte de sus respuestas, anímelos a que compartan versículos de su lectura.
Enseñar la doctrina
Dios nos congrega para bendecirnos.
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A veces resulta más fácil aprender de las revelaciones que se encuentran en Doctrina y Convenios si pensamos en nosotros mismos en el lugar de las personas a las que se dieron originalmente. Para ayudar a los miembros de la clase a hacer eso con las secciones 37–38, podría invitarlos a imaginarse que viven en Fayette, Nueva York, en 1831. Un miembro de la clase podría actuar como si fuera José Smith y leerles la sección 37. ¿Cómo habríamos reaccionado ante ese mandamiento? Quizá los miembros de la clase podrían imaginar que tienen un amigo que no desea congregarse en Ohio; ellos podrían escudriñar la sección 38 en busca de principios que pudieran animar a su amigo a ser fiel al mandamiento de congregarse. (De ser necesario, podría dirigirlos específicamente a los versículos 1–4, 11–12, 17–22, y 27–33). Tal vez los miembros de la clase también estén dispuestos a hablar de la forma en que principios similares les hayan servido en momentos en que necesitaban obedecer un mandamiento que parecía difícil.
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A los Santos de los Últimos Días ya no se les pide que se congreguen trasladándose a un lugar, pero aún nos congregamos en familias, barrios y estacas. Para analizar la forma en que el hecho de congregarnos nos bendice en la actualidad, podría dividir la clase en dos grupos. Pida a un grupo que escudriñe Doctrina y Convenios 38:31–33 y busque las bendiciones que se aplican a congregarnos en familia, y pida al otro grupo que escudriñe el mismo pasaje y busque las bendiciones que se aplican a congregarnos en barrios y estacas. Ellos podrían compartir sus pensamientos con la clase. ¿De qué forma somos bendecidos al congregarnos como clase de la Escuela Dominical?
4:0
El pueblo de Dios debe ser uno.
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Los santos que se congregaron en Ohio procedían de una variedad de circunstancias, pero el Señor les mandó a superar sus diferencias y a “se[r] uno” (versículo 27). ¿Por qué a veces no vemos a otras personas como iguales? Anime a los miembros de la clase a reflexionar en cuanto a la forma en que tratan a los demás a medida que lean Doctrina y Convenios 38:24–27. ¿Qué significa estimar a nuestros hermanos y hermanas como a nosotros mismos? ¿Por qué es imposible ser verdaderamente el pueblo de Dios si no somos unidos?
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La lectura de Doctrina y Convenios 38:24–27 podría conducir a un análisis sobre la unidad en nuestras relaciones como miembros de un barrio, como familias, etcétera. Los videos “A Friend to All” [Un amigo de todos] o “Love in Our Hearts” [Amor en nuestro corazón] que se encuentran en ChurchofJesusChrist.org podrían ayudar. Por ejemplo, los miembros de la clase podrían compartir frases o impresiones del video que les ayuden a comprender mejor los principios que se encuentran en los versículos 24–27. También podrían reflexionar y compartir ideas sobre una pregunta como esta: “¿Qué puedo hacer para ayudar a nuestro barrio a sentir mayor unidad?”.
Doctrina y Convenios 38:39; 39–40
El Padre desea darnos las riquezas de la eternidad.
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Una tabla podría ayudar a los miembros de la clase a analizar Doctrina y Convenios 38:39. En una columna los miembros de la clase podrían hacer una lista de las “riquezas de la tierra”, o las cosas que se consideran valiosas aquí, pero que no perduran en la vida venidera. En la otra columna podrían hacer una lista de las “riquezas de la eternidad”, o las cosas que Dios valora y que pueden perdurar por siempre. ¿Qué experiencias nos han enseñado que las riquezas de la eternidad son de más valor que las riquezas del mundo?
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James Covel, como muchos de nosotros, tenía deseos justos. Sin embargo, su falta de obediencia a las instrucciones dadas por Dios es una importante advertencia para todos nosotros. Para ayudar a los miembros de la clase a aprender de la experiencia que tuvo Covel, podría invitar a algunos de ellos a escudriñar la sección 39 en busca de las cosas que el Señor le pidió a él que hiciera. Los demás podrían buscar las bendiciones que se le prometieron si obedecía. También podrían escudriñar la sección 40 para descubrir por qué James Covel no recibió esas bendiciones. ¿Cómo se puede aplicar a nosotros la experiencia que él tuvo? ¿Cuáles son los “afanes del mundo” que en ocasiones nos impiden recibir la palabra de Dios “con alegría”? (Doctrina y Convenios 40:2).