“26 septiembre – 2 octubre. Isaías 50–57: ‘Llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: Antiguo Testamento 2022 (2021)
“26 septiembre – 2 octubre. Isaías 50–57”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: 2022
26 septiembre – 2 octubre
Isaías 50–57
“‘Llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores”
La manera más importante de prepararse para enseñar consiste en leer las Escrituras y reflexionar en cuanto a ellas. ¿Qué siente y aprende al leer Isaías 50–57?
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
A fin de animar a los miembros de la clase a que hablen de las experiencias que tuvieron al leer Isaías 50–57, podría escribir en la pizarra un enunciado como este: Mi fe en Jesucristo se fortaleció al leer… Invítelos a que digan cómo terminarían el enunciado.
Enseñar la doctrina
El futuro es brillante para el pueblo del Señor.
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Todos tenemos momentos en que nos sentimos débiles. A fin de ayudar a los miembros de la clase a confiar en la fuerza del Señor, podría pedir que cada uno de ellos lea unos pocos versículos de Isaías 51–52 y que comparta algo que encuentre que pudiera fortalecer a alguien que se sienta débil o desanimado. También podría señalar que el Salvador resucitado repitió algunas de las palabras de Isaías a las personas en el continente americano (véase 3 Nefi 20:32–45). ¿Qué aportan a nuestro entendimiento las palabras del Salvador que se encuentran en 3 Nefi 20:30–34 en cuanto a la época en que se cumplirán esas profecías?
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En la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para uso individual y familiar se sugiere hacer una lista de todo lo que el Señor invita a Su pueblo a hacer en Isaías 50–52. Los miembros de la clase tal vez podrían compartir lo que encontraron y hablar de lo que significan esas invitaciones para ellos. Si lo desea, podría centrarse en las invitaciones que se encuentran en Isaías 51:1–2, 6–8; 52:1–3, 9–11. ¿Cómo podemos actuar de conformidad con esas invitaciones? Quizás podría señalar que en Doctrina y Convenios 113: 7–10 se ofrece una explicación inspirada de Isaías 52:1–2. ¿Qué aportan esas palabras a nuestro entendimiento?
Jesucristo tomó sobre Sí nuestros pecados y dolores.
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A fin de ayudar a que los miembros de la clase visualicen las palabras de Isaías que se encuentran en Isaías 53, podría mostrar varias imágenes de los acontecimientos relativos a la expiación de Jesucristo (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 56–60). Después, podría pedirles que busquen frases en Isaías 53 que describan los acontecimientos representados en las imágenes. ¿Qué nos enseñan las palabras de Isaías sobre el sufrimiento que padeció el Salvador por nosotros? ¿Qué sugieren en cuanto al motivo por el cual Él sufrió por nosotros? ¿Qué nos inspiran a hacer esas enseñanzas?
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A fin de invitar al Espíritu Santo a testificar de las verdades que se enseñan en Isaías 52:13–15; 53, podría pedir a los miembros de la clase que lean en silencio esos versículos mientras escuchan la grabación de un himno sobre la expiación de Jesucristo. Invítelos a que busquen palabras o frases que les parezcan particularmente importantes. Después permítales que compartan lo que encuentren y expresen lo que sienten por el Salvador. Considere también invitarlos a que lean Mosíah 15:10–12, donde Abinadí explica lo que significa la frase “su posteridad”. ¿Cómo nos ayuda eso a entender Isaías 53:10?
Jesucristo desea que regresemos a Él.
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El estudio de Isaías 54 podría inspirar a los miembros de la clase que se sientan desanimados a causa de sus pecados o debilidades. Usted podría invitarlos a que busquen en el capítulo 54 frases o versículos que muestren lo que el Salvador siente por nosotros. ¿Cómo desea Él que nos sintamos en cuanto a nuestros pecados y debilidades del pasado? ¿Qué desea que sintamos por Él? Anime a los miembros de la clase a que compartan cualquier otra cosa que hayan aprendido sobre Jesucristo en este capítulo. La declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf que se encuentra en “Recursos adicionales” podría aportar al análisis.
Recursos adicionales
Por medio de Jesucristo podemos tener esperanza.
El presidente Dieter F. Uchtdorf enseñó:
“No importa qué tan completamente arruinada parezca estar nuestra vida. No importa lo escarlata de nuestros pecados, lo profundo de nuestro resentimiento, lo solitario, abandonado o destrozado que parezca estar nuestro corazón. Aun aquellos que no tengan esperanza, que estén desesperados, que hayan traicionado la confianza, que hayan renunciado a su integridad o que se hayan alejado de Dios pueden ser restablecidos […].
“Las gozosas nuevas del Evangelio son estas: gracias al plan eterno de felicidad proporcionado por nuestro amoroso Padre Celestial y por medio del sacrificio infinito de Jesús el Cristo, no solo podemos ser redimidos de nuestro estado caído y restablecidos a la pureza, sino que también podemos trascender la imaginación terrenal y llegar a ser herederos de la vida eterna y partícipes de la gloria indescriptible de Dios” (“Él los colocará en Sus hombros y los llevará a casa”, Liahona, mayo de 2016, pág. 102).