Lección 31: Doctrina y Convenios 19:1–24, Parte 1: Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre Celestial
“Doctrina y Convenios 19:1–24, Parte 1: Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre Celestial”, Manual del maestro de Seminario de Doctrina y Convenios, 2025
“Doctrina y Convenios 19:1–24, Parte 1”, Manual del maestro de Seminario de Doctrina y Convenios
Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre Celestial
En una súplica por consuelo y guía, Martin Harris pidió al profeta José Smith una revelación del Señor. En Doctrina y Convenios 19, el Salvador relató cómo Él eligió someterse a la voluntad del Padre Celestial y obtuvo el poder para superar todas las cosas. A Martin se le prometió paz si se arrepentía y se sometía a lo que el Señor le había pedido que hiciera. Esta lección puede ayudar a aumentar el deseo de los alumnos de seguir el ejemplo de Jesucristo de someterse a la voluntad del Padre Celestial.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
El ejemplo del Salvador
¿Qué crees que significa entregar nuestra voluntad a Dios?
¿Cuáles son algunos sacrificios difíciles que se puede pedir a los adolescentes que hagan para someterse a la voluntad del Padre Celestial?
La sumisión del Salvador a su Padre
Deseoso de apoyar al profeta José Smith y la publicación del Libro de Mormón, Martin Harris prometió ayudar a pagar la impresión. Cuando más tarde se dio cuenta de que esto podría requerirle vender su granja, pidió a José una revelación de guía del Señor. En la revelación, que ahora se conoce como Doctrina y Convenios 19, el Salvador enseñó verdades significativas acerca de Su sacrificio expiatorio. Estas verdades ayudaron a Martin a comprender la importancia de someterse a la voluntad del Padre Celestial aun cuando sea difícil.
¿Qué significa que Jesucristo sometió Su voluntad al Padre?
¿De qué forma creen que lo que Jesucristo enseñó sobre Sí mismo podría haber ayudado a Martin en su situación? ¿Cómo podría ayudarnos eso cuando se nos pide hacer sacrificios difíciles?
El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
La sumisión de nuestra voluntad es la única cosa exclusivamente personal que tenemos para colocar sobre el altar de Dios; todo lo demás que le “damos” es, en realidad, lo que Él nos ha dado o prestado a nosotros. Pero cuando nos sometemos dejando que nuestra voluntad sea absorbida en la voluntad de Dios, entonces, verdaderamente le estamos dando algo. ¡Es la sola posesión exclusivamente nuestra que podemos dar! (Neal A. Maxwell, “… absorbida en la voluntad del Padre”, Liahona, enero de 1996, pág. 27).
¿De qué forma crees que el someter nuestra voluntad como enseñó el élder Maxwell es diferente a la simple obediencia?
¿En qué ocasiones has visto a alguien seguir el ejemplo del Salvador de someter su voluntad a la de Dios incluso cuando era difícil?
El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) testificó:
Los hombres y las mujeres que entreguen su vida a Dios descubrirán que Él puede hacer mucho más con sus vidas que lo que ellos mismos pueden hacer. Les dará más gozo, ampliará su visión, avivará su mente, […] elevará sus espíritus, multiplicará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades, confortará sus almas, les dará amigos y los colmará de paz. Quienquiera que pierda su vida al servicio de Dios hallará la vida eterna (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, pág. 47).