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Lección 52: Doctrina y Convenios 38:15–27, 34–42: Sed uno


“Doctrina y Convenios 38:15–27, 34–42: Sed uno”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025

“Doctrina y Convenios 38:15–27, 34–42”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario

Lección 52: Doctrina y Convenios 37–40

Doctrina y Convenios 38:15–27, 34–42

Sed uno

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El Salvador ministrando

El Señor dio instrucciones a Sus santos mientras se preparaban para hacer grandes sacrificios a fin de congregarse en Ohio. En Su revelación a los santos, el Salvador reveló Su carácter e invitó a Su pueblo a vivir como Él. Esta lección puede ayudar a los alumnos a llegar a ser más semejantes al Salvador al valorar a los demás y buscar la unidad.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

El Señor desea que lleguemos a ser como Él

Podría comenzar la lección invitando a cada alumno a escribir cinco de sus intereses. Luego, divida la clase en grupos pequeños. Invítelos a compartir sus intereses y a anotar los que tengan en común. Después, pídales que analicen por qué a veces es difícil que las personas que tienen intereses diferentes se unan y la razón por la cual la unidad es importante para los discípulos de Cristo.

Invite a los alumnos a pensar en una persona a la que podrían tratar mejor o con quien podrían tener una mejor relación. Anime a los alumnos a buscar inspiración por medio del Espíritu Santo para que los ayude a tratar mejor a esta persona o a mejorar su relación con ella. Pídales que piensen en cómo el tener esta perspectiva de las relaciones puede ayudar a edificar la unidad.

En diciembre de 1830, José Smith estaba trabajando en la versión inspirada de la Biblia y había recibido lo que es ahora Moisés 6–7 en la Perla de Gran Precio. Estos capítulos cuentan el relato de un profeta llamado Enoc y de su pueblo. Debido a su rectitud y unidad, el Señor llamó Sion a ese pueblo.

En Doctrina y Convenios 38, el Salvador instruyó a los santos en cuanto a congregarse en Ohio. Les enseñó acerca de Su carácter e hizo hincapié en los principios concernientes a la edificación de Sion. La obediencia a estos principios ayudaría a los santos a prepararse para recibir la ley del Salvador y ser investidos con Su poder (véase Doctrina y Convenios 38:32).

Lee Doctrina y Convenios 38:24–27 y busca atributos que Jesucristo quiere que desarrollemos.

A medida que los alumnos lean Doctrina y Convenios 38:24–27, podría señalar la frase que se repite en los versículos 24–25. También podría invitar a algunos alumnos a hacer una dramatización de la parábola de los versículos 26–27.

  • ¿Qué crees que significa estimar a tu hermano como a ti mismo? (Véanse Mateo 22:36–39; Juan 13:34–35; Jacob 2:17–19).

  • ¿Qué podemos aprender sobre el Salvador a partir de la parábola de los versículos 26–27?

  • ¿Qué nos enseñan los versículos 24–27 acerca de cómo podemos llegar a ser semejantes a Jesucristo?

    Ayude a los alumnos a reconocer un principio similar al siguiente: Podemos llegar a ser semejantes a Jesucristo al valorar a los demás y buscar la unidad como Sus discípulos.

    Utilice algunas de las preguntas siguientes u otras que piense para ayudar a los alumnos a comprender este principio. Podría invitar a los alumnos a pensar durante el análisis en cuanto a las personas con quienes desean tener una mejor relación.

  • ¿De qué manera es Jesucristo un ejemplo en cuanto a valorar a los demás?, ¿y en cuanto a fomentar la unidad?

  • ¿Por qué a veces es difícil estar unidos con otros miembros de la Iglesia?

  • ¿Qué diferencia podría marcar en tu vida demostrar más amor por los demás y estar más unido con la Iglesia?

Considere mostrar el video “Uno en Cristo” (4:48), que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, para ayudar a los alumnos a comprender cómo el Salvador nos ayuda a llegar a ser unidos.

Lee Doctrina y Convenios 38:34–36, 39–42 y averigua cómo se invitó a los santos que se preparaban para congregarse en Ohio a ser unidos.

  • ¿Qué encontraste que ayudaría a los que se trasladaban a Ohio a valorarse unos a otros y a estar unidos?

Nuestros esfuerzos por valorar a los demás y buscar la unidad

Utilice las palabras de los profetas a fin de hacer hincapié en la doctrina y los principios: Para practicar esto, consulte la capacitación titulada: “Enseñar de las Escrituras y de las palabras de los profetas de los últimos días” en Habilidades para el desarrollo del maestro. Considere la posibilidad de practicar la habilidad: “prepare invitaciones que ayuden a los alumnos a conectar las verdades que se encuentran en las Escrituras con lo que los profetas vivientes están diciendo”, tal como se ilustra en la declaración siguiente del élder Renlund.

El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles. enseñó maneras en que podemos estar unidos como discípulos de Cristo. Lee la declaración o mira el video “La paz de Cristo pone fin a las enemistades” (12:39; desde 4:49 al 6:32) que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org.

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Élder Dale G. Renlund

La unidad requiere esfuerzo y se desarrolla cuando cultivamos el amor de Dios en nuestros corazones y nos centramos en nuestro destino eterno. Estamos unidos por nuestra identidad primaria común como hijos de Dios y nuestro compromiso con las verdades del Evangelio restaurado. A su vez, nuestro amor por Dios y nuestro discipulado de Jesucristo generan una preocupación genuina por los demás; valoramos el caleidoscopio de las características, perspectivas y talentos de los demás. Si no podemos colocar nuestro discipulado de Jesucristo por encima de los intereses y puntos de vista personales, debemos volver a examinar nuestras prioridades y cambiar.

Podríamos sentirnos inclinados a decir: “¡Por supuesto que podemos tener unidad, si tan solo estuvieras de acuerdo conmigo!”. Un mejor método es preguntar: “¿Qué puedo hacer para fomentar la unidad? ¿Cómo puedo responder para ayudar a esta persona a acercarse a Cristo? ¿Qué puedo hacer para disminuir la contención y edificar una comunidad de la Iglesia que sea compasiva y solidaria?”.

Cuando el amor de Cristo envuelve nuestra vida, tratamos los desacuerdos con mansedumbre, paciencia y bondad. Nos preocupamos menos por nuestra propia susceptibilidad y más por la de nuestro prójimo. Nosotros “trata[mos] de moderar y unificar” [Dallin H. Oaks, “En defensa de nuestra divinamente inspirada constitución”, Liahona, mayo de 2021, pág. 107]. No nos inmiscuimos en “cont[iendas] sobre opiniones”, no juzgamos a aquellos con quienes no estamos de acuerdo ni tratamos de hacerles tropezar [véase Romanos 14:1–3, 13, 21]. En cambio, suponemos que aquellos con quienes estamos en desacuerdo están haciendo lo mejor que pueden con sus experiencias de vida (Dale G. Renlund, “La paz de Cristo pone fin a las enemistades”, Liahona, noviembre de 2021, pág. 84).

Pida a los alumnos que compartan cómo han sido bendecidos al esforzarse por valorar a los demás y estar unidos como discípulos de Cristo.

Invite a los alumnos a evaluar con espíritu de oración cuán bien sienten que están valorando a los demás y fortaleciendo sus relaciones.

Los alumnos podrían responder las preguntas siguientes en su diario de estudio.

Con espíritu de oración, selecciona una relación con una persona, o dentro de un grupo, que desees fortalecer. Responde una o más de las preguntas siguientes:

  • ¿Qué puedes hacer para valorar a esa persona o a esas personas y demostrarles amor?

  • ¿Cómo puedes acudir al Salvador para superar los obstáculos que afrontas?

  • ¿Cómo te ayudará hacer esto a ser más semejante el Salvador?

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