“Lección 83: Práctica del Dominio de la doctrina 5: Memorizar y adquirir conocimiento espiritual”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025
“Práctica 5 del Dominio de la doctrina”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Lección 83: Doctrina y Convenios 71–75
Práctica 5 del Dominio de la doctrina
Memorizar y adquirir conocimiento espiritual
El Dominio de la doctrina puede ayudar a los alumnos a edificar sus cimientos sobre Jesucristo y Su Evangelio. Esta lección da a los alumnos oportunidades de memorizar referencias del Dominio de la doctrina y sus frases clave, así como de aprender y poner en práctica los principios divinos concernientes a la adquisición de conocimiento espiritual.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Repaso del Dominio de la doctrina: Memorizar
Piensa en momentos de tu vida en los que memorizar información haya resultado útil para realizar una tarea.
-
¿De qué manera memorizar información ha bendecido tu vida?
-
¿En qué situaciones te podrías beneficiar de tener memorizadas algunas referencias de las Escrituras?
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina |
Frase clave del pasaje |
---|---|
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje José Smith vio “a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “La única iglesia verdadera y viviente”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje El Sacerdocio Aarónico “tiene las llaves del ministerio de ángeles, y del evangelio de arrepentimiento, y del bautismo”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “El valor de las almas es grande a la vista de Dios”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “¡Cuán grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas almas!”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Yo, [Jesucristo], he padecido estas cosas por todos”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Recibiréis [la] palabra [del profeta] […] como si viniera de mi propia boca”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Con poder y gran gloria me revelaré desde los cielos […] y moraré en rectitud con los hombres sobre la tierra mil años”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “El matrimonio lo decretó Dios”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “Quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado”. |
Referencia de las Escrituras del Dominio de la doctrina | Frase clave del pasaje “A vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres”. |
Poner en práctica los principios concernientes a la adquisición de conocimiento espiritual
La hermana Kristin M. Yee, Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, relató la siguiente experiencia personal.
Personalmente, he sido testigo del milagro de Cristo que sanó mi corazón contencioso. Con el permiso de mi padre, les comparto que crecí en un hogar donde no siempre me sentí a salvo debido a maltratos emocionales y verbales. En mis años de adolescencia y juventud, estaba resentida con mi padre y guardaba enojo en el corazón por esa herida (Kristin M. Yee, “Gloria en lugar de ceniza: El camino sanador del perdón”, Liahona, noviembre de 2022, pág. 37).
Dedica un momento a pensar en cómo te hubieras sentido al experimentar la situación de la hermana Yee. Piensa en lo que habrías hecho si te hubieras enfrentado a una situación similar.
Al estudiar lo que hizo la hermana Yee, considera qué lecciones puedes aprender de su experiencia. Presta especial atención a cómo puso en práctica los principios concernientes a la adquisición de conocimiento espiritual y cómo la ayudó el Salvador.
-
¿Qué hizo la hermana Yee para actuar con fe? ¿Cómo la ayudó el Salvador?
-
¿Qué hizo la hermana Yee para ver su situación en el contexto del Plan de Salvación y de las enseñanzas del Salvador?
-
¿En qué fuentes divinamente señaladas confió la hermana Yee? ¿Cómo la ayudaron esas fuentes a comprender o tener una perspectiva sobre su situación?
Gloria en lugar de ceniza: El camino sanador del perdón
Con los años y al esforzarme por hallar paz y sanación en el camino del perdón, me di cuenta, de manera muy profunda, que el mismo Hijo de Dios que había expiado mis pecados, es el mismo Redentor que también salvaría a quienes me habían hecho tanto daño. No podría creer plenamente en esa primera verdad sin creer en la segunda.
Conforme mi amor por el Salvador ha aumentado, también lo ha hecho mi deseo de reemplazar el dolor y la ira por Su bálsamo sanador. Ha sido un proceso que ha tomado muchos años y requirió valor, vulnerabilidad, perseverancia y aprender a confiar en el poder divino del Salvador para salvar y sanar. Todavía me queda mucho por hacer, pero mi corazón ya no está en pie de guerra. He recibido un “corazón nuevo” [Ezequiel 36:26], un corazón que ha experimentado el profundo y perdurable amor de un Salvador personal, que ha estado a mi lado, que delicada y pacientemente me ha guiado a un lugar mejor, que lloró conmigo y que conoció mi dolor […].
El élder Richard G. Scott dijo: “No puedes borrar el pasado, pero puedes perdonar. El perdón sana heridas espantosas y trágicas porque permite que el amor de Dios elimine de tu corazón y de tu mente el veneno del odio. También limpia tu conciencia del deseo de venganza y da lugar al amor purificador, sanador y restaurador del Señor” [“Cómo sanar las trágicas heridas del abuso”, Liahona, julio de 1992, pág. 37].
Mi padre terrenal también ha tenido un milagroso cambio en el corazón en los últimos años y ha acudido al Señor, algo que yo no esperaba que ocurriese en esta vida. Es otro testimonio para mí del poder absoluto y transformador de Jesucristo.
Sé que Él puede sanar al pecador y a aquellos contra quienes se ha pecado. Él es el Salvador y el Redentor del mundo, quien ha dado Su vida para que podamos vivir de nuevo. Él dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los quebrantados” [Lucas 4:18; cursiva agregada].
A todos los que están quebrantados, cautivos, heridos y quizás cegados por el dolor o el pecado, Él ofrece sanación, recuperación y liberación. Testifico que la sanación y la recuperación que Él ofrece es real. El tiempo de esa sanación es personal y no podemos juzgar los tiempos de otras personas. Es importante que nos permitamos el tiempo necesario para sanar y ser bondadosos con nosotros mismos durante el proceso. El Salvador siempre es misericordioso y atento, y está listo para ofrecer el socorro que necesitamos.
En el camino del perdón y de la sanación se encuentra la opción de no perpetuar patrones o relaciones dañinas en nuestras familias o en cualquier otro ámbito. A todas las personas dentro del ámbito de nuestra influencia les podemos ofrecer bondad por crueldad, amor por odio, amabilidad por agresividad, seguridad por angustia y paz por contención.
Ofrecer lo que se te ha negado es una parte poderosa de la sanación divina que es posible mediante la fe en Jesucristo. Vivir de manera que ofrezcas, como ha dicho Isaías, gloria en lugar de las cenizas que haya en tu vida [véase Isaías 61:3] es un acto de fe que sigue el ejemplo supremo de un Salvador que sufrió todo para que Él pudiera socorrer a todos […].
Testifico que el mayor ejemplo de amor y perdón es el de nuestro Salvador Jesucristo, quien en amarga agonía dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” [Lucas 23:34] (Kristin M. Yee, “Gloria en lugar de ceniza: El camino sanador del perdón”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 37–38).
Después de que los alumnos compartan lo que encontraron, invítelos a reconocer pasajes relevantes del Dominio de la doctrina y a explicar cómo esos pasajes podrían ayudar a alguien en ese tipo de situación. Algunos ejemplos incluyen Doctrina y Convenios 6:36 y Doctrina y Convenios 64:9–11.
-
¿Cómo te ayudó el estudiar un ejemplo de alguien que utilizó los principios concernientes a la adquisición de conocimiento espiritual en una experiencia que tuvo?
-
¿De qué manera el utilizar esos principios puede ayudarte en las situaciones que estás viviendo?