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Lección 89: Doctrina y Convenios 78: El almacén del Señor


“Lección 89: Doctrina y Convenios 78: El almacén del Señor”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025

“Doctrina y Convenios 78”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario

Lección 89: Doctrina y Convenios 77–80

Doctrina y Convenios 78

El almacén del Señor

Imagen
La tienda de Newel K. Whitney

El Señor mandó a José Smith, Sidney Rigdon, Newel K. Whitney y otros sumos sacerdotes que se organizaran en un grupo llamado la Firma Unida. La firma administraba las propiedades, los almacenes y las labores editoriales de la Iglesia, y proporcionaba recursos para ayudar a satisfacer las necesidades temporales de los santos. Esta lección puede ayudar a los alumnos a aumentar su deseo de llegar a ser semejantes al Salvador al cuidar de los necesitados.

Posibles actividades de aprendizaje

La Firma Unida

Una manera de comenzar la lección consiste en ayudar a los alumnos a crear una situación hipotética de una familia con necesidades temporales. Como parte de la situación hipotética, incluya las dificultades económicas a las que se enfrenta la familia y las necesidades específicas que esta tiene. Más adelante en la lección, se hará referencia a esta situación hipotética.

Explique a los alumnos, que aprenderán más sobre las formas en que el Señor nos ayuda a cuidar de los necesitados conforme estudien Doctrina y Convenios 78. Pida a los alumnos que busquen revelación para saber a quién quiere el Señor que ayuden y qué pueden hacer.

El 1 de marzo de 1832, el profeta José Smith se reunió con un grupo de sumos sacerdotes en Kirtland, Ohio. Durante la reunión, el Profeta dictó la revelación que se encuentra registrada en Doctrina y Convenios 78. Posteriormente, se creó la Firma Unida. Basándose en la ley de consagración, la Firma Unida administraba las propiedades, los esfuerzos financieros y las labores de impresión de la Iglesia en Ohio y Misuri. Por medio de la firma, el Señor estableció un almacén para cuidar de los necesitados, y se mandó a José Smith, Sidney Rigdon y Newel K. Whitney que viajaran a Misuri (Sion) para organizarla.

Lee Doctrina y Convenios 78:1–6 y busca por qué el Señor deseaba que Sus siervos se organizaran de esta manera.

  • ¿Qué enseñan estos versículos sobre los deseos del Señor para Su pueblo?

  • ¿Por qué crees que se necesita cuidar de los pobres para “adelantar la causa” de Sion? ¿Cómo puede eso dar gloria al Padre Celestial?

El almacén del Señor

Podría llevar una caja a la clase y colocarle el nombre de “El almacén del Señor”. Pregunte a los alumnos qué creen que es el almacén del Señor. Quizás quiera invitar a un obispo o presidente de rama a analizar cómo funciona el almacén del Señor en su zona.

Lee la siguiente definición del almacén del Señor y busca cómo el Salvador ayuda a los necesitados.

A todos los recursos que están a disposición de la Iglesia para ayudar a las personas que tienen necesidades temporales se los conoce como el almacén del Señor (véase Doctrina y Convenios 82:18–19), el cual abarca las ofrendas que los miembros hacen de tiempo, talentos, compasión, bienes materiales y recursos financieros que se destinan para ayudar a los necesitados.

Hay un almacén del Señor en cada barrio y estaca. Los líderes a menudo pueden ayudar a las personas y familias a buscar soluciones para sus necesidades al echar mano del conocimiento, las habilidades y el servicio que ofrecen los miembros del barrio y de la estaca (Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 22.2.1, LaIglesiadeJesucristo.org).

Analice maneras específicas en que los jóvenes pueden contribuir al almacén del Señor (es decir, con su tiempo, talentos, compasión, materiales, recursos financieros). Entregue a los alumnos un trozo de papel. Pida a los alumnos que escriban al menos una cosa concreta con la que podrían contribuir personalmente al almacén del Señor y que luego metan su papel en la caja.

Invite a un alumno a sacar los papeles del almacén y dirija un análisis sobre cómo las contribuciones específicas podrían ayudar a la familia de la situación hipotética creada por la clase. Repita este ejercicio unas cuantas veces.

La siguiente declaración está diseñada para que los alumnos piensen por su cuenta.

Piensa hasta qué punto estás dispuesto a contribuir con tu tiempo, talentos y recursos para ayudar a los necesitados (muy dispuesto, algo dispuesto o poco dispuesto).

Anime a los alumnos a buscar inspiración a través del Espíritu Santo para que los ayude a sentirse más dispuestos a ayudar a los necesitados, así como a conocer las formas en que pueden contribuir al almacén del Señor.

Lee Doctrina y Convenios 78:7–8, 14–15 y busca las bendiciones que el Señor promete.

  • ¿Cómo podrían influir estas bendiciones en ti y en las personas que conoces?

  • ¿Qué ha prometido el Señor a quienes cuidan de los necesitados?

    Ayude a los alumnos a identificar una verdad como la siguiente: Cuidar de los pobres y necesitados nos ayuda a prepararnos para tener un lugar en el Reino Celestial.

    Mateo 25:31–40 se podría utilizar para ayudar a los alumnos a entender el principio.

  • ¿Cómo crees que ayudar a los necesitados nos prepara para heredar el Reino Celestial?

  • ¿De qué manera es el Salvador un ejemplo de cómo cuidar a los necesitados?

  • ¿Cómo podría alguien aumentar su deseo de amar y cuidar a los necesitados como lo hace el Salvador?

Lo que podemos hacer

Lee Doctrina y Convenios 78:17–22 y busca palabras o frases clave que puedan ayudarnos a seguir al Salvador.

Para ayudar a los alumnos a participar en el análisis, puede mostrar las siguientes preguntas y dejar que los alumnos piensen cómo responderían. Puede seleccionar al azar a los alumnos que responderán pidiendo a alguien que elija un mes del año. Los alumnos que hayan nacido en ese mes podrían escoger una pregunta para responder, pero no deben sentirse obligados a participar.

Ayude a cada alumno a contribuir a la experiencia de aprendizaje: Para practicar más este aspecto, consulte la capacitación titulada “Cree un ambiente en el que todos se sientan respetados y sepan que se valoran sus contribuciones” que se encuentra en Habilidades para el desarrollo del maestro: Amar a los que enseña. Considere practicar la habilidad comunicando que valora a los alumnos antes de que comenten o cuando levanten la mano para comentar.

  • ¿Qué palabras o frases te resultaron más significativas? ¿Por qué?

  • ¿Qué has encontrado que pueda ayudarnos a obedecer el mandato del Salvador de cuidar de los necesitados?

  • ¿Qué has encontrado que refleje el deseo del Salvador de que nos volvamos semejantes a Él?

Entregue a los alumnos otro trozo de papel. Deles tiempo para reconocer las impresiones que puedan haber recibido de ayudar a alguien necesitado o formas específicas en las que sientan que pueden contribuir al almacén del Señor. Invítelos a escribir sus impresiones. A continuación, los alumnos pueden depositar su papel en la caja que representa el almacén del Señor como forma de mostrar su disposición a ayudar, o pueden llevarse el papel a casa como recordatorio.

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