“Lección 151: Doctrina y Convenios 137: Aquellos que heredarán el Reino Celestial”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025
“Doctrina y Convenios 137”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Lección 151: Doctrina y Convenios 137–138
Doctrina y Convenios 137
Aquellos que heredarán el Reino Celestial
En enero de 1836, hallándose en el Templo de Kirtland, que aún no estaba terminado, el profeta José Smith tuvo una visión del Reino Celestial. En esa visión, que ahora se encuentra en Doctrina y Convenios 137, el Salvador le reveló verdades sobre el plan del Padre Celestial. Esta lección puede ayudar a los alumnos a apreciar mejor el Plan de Salvación del Padre Celestial.
Posibles actividades de aprendizaje
El plan del Padre Celestial para todos Sus hijos
En 1823, la muerte repentina de Alvin, el hijo mayor, devastó a la familia Smith. La familia pidió a un ministro local que oficiara el funeral de Alvin. Como el joven no había sido un miembro bautizado de la congregación del ministro, el clérigo afirmó que Alvin no podría ser salvo. William, hermano de José, dijo más tarde: “[El ministro] […] dio a entender muy claramente que [Alvin] había ido al infierno por no ser miembro de su iglesia” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 427–429). A lo largo de su vida, José experimentó aún más pérdidas con su esposa Emma, ya que enterraron a cuatro de sus seis hijos pequeños.
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¿Qué preguntas podrían haber tenido José Smith y su familia acerca de la muerte de sus seres queridos?
Una visión del Reino Celestial
En enero de 1836, José celebró una reunión con otros líderes de la Iglesia en una sala del Templo de Kirtland, el cual aún no estaba terminado. Allí, José recibió una visión del futuro Reino Celestial. En esa visión, que ahora está en Doctrina y Convenios 137, a José se le enseñaron verdades eternas sobre la salvación de los hijos del Padre Celestial, incluyendo la de los niños pequeños y la de su hermano Alvin.
Cuando los alumnos lean esta sección, usted puede hacer una pausa después de estudiar los versículos 1–6. Invítelos a compartir lo que más les llame la atención de la descripción que hace José del Reino Celestial.
Lee Doctrina y Convenios 137:1–10 y busca las verdades que enseñó el Salvador sobre el plan de felicidad del Padre Celestial.
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¿Qué enseña el Salvador en estos versículos que podría haber consolado a José Smith y su familia? ¿Por qué podría haberlos consolado?
Los versículos 7–10 brindan una buena oportunidad para que los alumnos practiquen la técnica de identificar las verdades del Evangelio, expresándolas con sus propias palabras. Ayude a los alumnos a identificar y compartir declaraciones de verdades que se encuentran en esos versículos, entre ellas las siguientes:
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Todos los que habrían recibido el Evangelio si hubieran tenido la oportunidad, entrarán en el Reino Celestial (véanse los versículos 7–8).
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El Señor nos juzgará a cada uno de nosotros por nuestras obras y por los deseos de nuestros corazones (véase el versículo 9).
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Todos los niños que mueran antes de llegar a la edad de responsabilidad se salvarán en el Reino Celestial (véase el versículo 10).
Valore la posibilidad de anotar esos principios en la pizarra.
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¿Cómo podría haberse sentido la familia Smith acerca de las verdades que el Salvador enseñó en estos versículos?
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¿Cómo te sientes tú respecto a estas verdades? ¿Cómo influyen estas verdades en tu aprecio por el Padre Celestial y Jesucristo?
Después de un tiempo de reflexión adecuado, invite a los alumnos a seleccionar las verdades que les gustaría estudiar más a fondo. Pueden estudiar como clase, de forma individual o en grupos pequeños. Los alumnos podrían hacer una dramatización de las situaciones hipotéticas.
Todos los que acepten el Evangelio del Salvador son merecedores del Reino Celestial (véanse los versículos 7–8)
Invite a los alumnos a considerar la situación hipotética siguiente o algo similar que refleje las preguntas que tienen sobre las personas que mueren sin recibir las ordenanzas salvadoras del Padre Celestial.
Situación hipotética: Imagina que hablas con una familia que se halla en una situación como la de la familia Smith en el momento de la muerte de Alvin.
Recursos de estudio: Lee Doctrina y Convenios 137:7–8; 1 Pedro 4:6; Mosíah 15:24; y la declaración siguiente del presidente Russell M. Nelson:
Misericordiosamente, el gran plan de felicidad de Dios y sus bendiciones eternas se extienden a todos aquellos que no tuvieron la oportunidad de escuchar el Evangelio durante la vida terrenal. Las ordenanzas del templo se pueden efectuar de manera vicaria a favor de ellos (Russell M. Nelson, “El matrimonio celestial”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 94).
Preguntas para analizar:
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¿Cómo podrían estos pasajes de las Escrituras y las enseñanzas del presidente Nelson ayudar a la familia a entender el plan del Padre Celestial para Sus hijos?
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¿De qué manera influye esta verdad en tus sentimientos hacia el Padre Celestial, Jesucristo y el Plan de Salvación?
Juzgados según nuestras obras y los deseos de nuestro corazón (véase versículo 9)
Se ofrecen dos situaciones hipotéticas para ayudar a los alumnos a sentir la importancia de esta verdad. Los alumnos pueden elegir una situación para analizarla o crear una propia que refleje las preguntas que ellos tengan. Esta actividad se centra en los deseos justos que no se han alcanzado. Si cree que los alumnos se beneficiarían de estudiar la forma en que el Señor nos juzgará, invítelos a leer Alma 41:3–7.
Situaciones hipotéticas:
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A Lorenzo le preocupa no tener la oportunidad de encontrar una compañera eterna y casarse en el templo.
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Amy es la única miembro de la Iglesia de su familia y le preocupa no poder sellarse a sus padres.
Recursos de estudio: Repasa Doctrina y Convenios 137:9 y la declaración siguiente del presidente Russell M. Nelson:
¿Qué sucede con aquellos que no logren casarse en esta vida, o los que no puedan sellarse con sus padres en esta vida? Sabemos que el Señor nos juzgará a todos según los deseos de nuestro corazón así como nuestras obras, y que las bendiciones de la exaltación se brindarán a todos los que sean dignos (Russell M. Nelson, “La salvación y la exaltación”, Liahona, mayo de 2008, pág. 10).
Preguntas para analizar:
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¿Qué significa para ti que el Señor nos juzgará por nuestras obras y por los deseos de nuestro corazón?
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¿Cómo podría la verdad que se enseña en el versículo 9 ayudar a Lorenzo o a Amy a comprender mejor el plan del Padre Celestial para cada uno de Sus hijos?
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¿Qué efecto produce esta verdad en lo que sientes acerca del amor del Padre Celestial y Su Plan de Salvación?
Los niños pequeños se salvan en el Reino Celestial (véase el versículo 10)
Presente la situación hipotética siguiente o muestre la historia que contó el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, en “Y un niño los pastoreará”. El video está disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde 4:40 hasta 6:00. Invite a los alumnos a imaginar que ellos son los misioneros que se encontraron con la escena descrita.
Y un niño los pastoreará
El esposo y la esposa deben entender que su primer llamamiento, del cual nunca serán relevados, es del uno para con el otro y después para con sus hijos.
Situación hipotética: Como misionero, llegas a conocer a los padres afligidos de un niño de dos años que se ahogó. A los padres les preocupa que el niño no pueda ir al cielo, porque nunca fue bautizado.
Recursos de estudio: Lee Moroni 8:8, 11–12; Doctrina y Convenios 29:46; 137:10.
Preguntas para analizar:
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¿Qué aspectos del Plan de Salvación del Padre Celestial compartirías con esos padres?
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¿Qué consuelo adicional podrías ofrecer a los padres en esa situación?
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¿Cómo influye esta verdad en tu aprecio por el Padre Celestial, Jesucristo y el Plan de Salvación?
Comparte tus sentimientos
Puede dar a los alumnos la oportunidad de compartir sus sentimientos y su testimonio sobre el Padre Celestial, Jesucristo y las verdades que han estudiado hoy. A fin de ayudar a los alumnos a expresar su testimonio personal, puede invitarlos a compartir sus respuestas a las preguntas siguientes.
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¿Cómo podrías poner en práctica las verdades que aprendiste hoy en tus circunstancias o preocupaciones actuales?
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¿Qué efecto ha producido lo que has aprendido o sentido en tu aprecio por el Padre Celestial, Jesucristo y el plan de felicidad?