“Lección 160: La proclamación sobre la familia, Parte 3: La felicidad en la vida familiar”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario , 2025
“La proclamación sobre la familia, Parte 3”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Una de las razones por las que el Padre Celestial nos envió a la tierra en familias es para ayudarnos a experimentar felicidad. En la proclamación sobre la familia, el Señor reveló cómo podemos lograr la paz y la felicidad como personas y como familias. Esta lección puede ayudar a los alumnos a aplicar las enseñanzas de Jesucristo en sus relaciones familiares.
Posibles actividades de aprendizaje
Considere escribir el siguiente enunciado incompleto de causa y efecto en la pizarra. Complete el primer espacio en blanco con una frase como “Obtener buenas calificaciones”. Luego, invite a los alumnos a rellenar el segundo espacio en blanco con una frase que complete el enunciado, por ejemplo “hacemos las tareas”. Puede repetir este proceso varias veces utilizando diferentes frases.
“ es más probable cuando ”.
Invite a los alumnos a leer el párrafo 7 de la proclamación sobre la familia en busca de una manera inspirada de completar la frase de la pizarra. Ayude a los alumnos a reconocer la verdad siguiente: La felicidad en la vida familiar tiene mayor probabilidad de lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo . Para ayudar a los alumnos a pensar en cómo vivir las enseñanzas de Cristo puede conducir a la felicidad en la vida familiar, pídales que reflexionen sobre preguntas como las siguientes:
Diga a los alumnos que, al final de esta lección, se los invitará a poner en práctica una de las enseñanzas del Salvador que podría aumentar la felicidad de su familia. Invite a los alumnos a buscar la ayuda del Padre Celestial durante el resto de la lección para saber en qué principio deben centrarse. Aliente a los alumnos a prestar atención a cualquier pensamiento o sentimiento que reciban del Espíritu Santo.
Las enseñanzas de Jesucristo
Considere poner una imagen de Jesucristo en la pizarra. Pida a los alumnos que vuelvan a leer el párrafo 7 y que, esta vez, marquen cada enseñanza que pueda aumentar la felicidad familiar. Invite a los alumnos a escribir lo que encontraron en la pizarra, alrededor de la imagen de Jesucristo. Luego, pídales que formen grupos pequeños o que se organicen de dos en dos para realizar la actividad siguiente:
Escoge una de las enseñanzas de Jesucristo que encontraste en el párrafo 7 .
Busca un pasaje de las Escrituras o una cita de un líder de la Iglesia que nos ayude a comprender mejor esa enseñanza.
Describe de qué manera el seguir esa enseñanza puede aumentar la felicidad en las familias.
Si los alumnos necesitan ayuda, puede invitarlos a utilizar la Guía para el Estudio de las Escrituras o a hacer una búsqueda en la aplicación Biblioteca del Evangelio. A continuación, hay algunos pasajes de las Escrituras que los alumnos podrían encontrar relacionados con las enseñanzas del párrafo 7 : 3 Nefi 18:15–16, 21 (oración); Moroni 7:45–48 (amor); Doctrina y Convenios 58:42–43 (arrepentimiento); Doctrina y Convenios 64:9–11 (perdón).
Si está disponible, invite a los alumnos a buscar “La felicidad en la vida familiar ”, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org , para encontrar enseñanzas de los líderes de la Iglesia sobre los principios del párrafo 7 .
Después de darles suficiente tiempo, pida a los grupos que compartan con la clase lo que encontraron. A medida que los grupos compartan, pídales que escriban en la pizarra la referencia de las Escrituras o parte de la declaración del líder de la Iglesia que los ayudó a entender la enseñanza de Jesucristo.
Luego, podría utilizar preguntas como las siguientes para ayudar a los alumnos a meditar y analizar cómo las enseñanzas de Jesucristo pueden influir en las familias.
¿Cuáles de las enseñanzas de Cristo escritas en la pizarra han influido en la felicidad que sientes en tu familia?
¿En cuál de esas enseñanzas te gustaría centrarte más en tu familia? ¿Por qué? ¿Cómo puedes lograr eso en tu familia?
¿En cuál de ellas te gustaría centrarte en tu futura familia? ¿Por qué?
¿Cuál de las enseñanzas del Salvador puede ayudar a una familia que tiene problemas de desacuerdos, contención o relaciones tensas?
A medida que los alumnos analicen la pregunta anterior, podría señalarles los principios de “la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, [y] de la compasión” que se encuentran en el párrafo que estudiaron. Testifique del deseo del Salvador de perdonar, sanar y mejorar las relaciones individuales y familiares. Nuestros esfuerzos y deseos de arrepentirnos y perdonar a los demás pueden invitar Su influencia sanadora a nuestra vida y a nuestras relaciones.
Antes de invitar a los alumnos a poner en práctica una de las enseñanzas del Salvador en su propia familia, ayúdelos a pensar maneras en que Sus enseñanzas podrían aplicarse a diversas situaciones familiares. Puede escribir en la pizarra diferentes situaciones familiares con las que los alumnos de su clase podrían identificarse. Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:
Toda la familia está activa en la Iglesia.
Familia en la que no todos son miembros.
Padres divorciados.
Familia con un solo padre o madre.
Considere pedir a los alumnos que compartan en la pizarra las respuestas a las preguntas siguientes para cada situación familiar:
¿Qué principios específicos del párrafo 7 de la proclamación sobre la familia recomendarías a un adolescente en esta situación?
¿Cómo podría un adolescente en esta situación familiar poner en práctica los principios que escogiste?
Luego, considere mostrar la declaración siguiente:
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
Cualquier cosa mala que haya ocurrido en su familia, testifico y prometo que el Señor Jesucristo es la fuente de la sanidad, renovación y restauración que ustedes necesitan […].
Con la ayuda del Señor, ustedes pueden crear una familia eterna, aunque no provengan del tipo de hogar Santo de los Últimos Días que a veces aparece en las portadas de las revistas Liahona o Ensign . Por favor, recuerden siempre que ¡comienza con ustedes! (David A. Bednar, “Un eslabón conexivo ”, devocional mundial para jóvenes adultos, 10 de septiembre de 2017, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org ).
Invite a los alumnos a escoger una de las enseñanzas de Jesús de la proclamación sobre la familia que se sientan inspirados a poner en práctica para mejorar la felicidad de su propia familia. Concédales tiempo para meditar y escribir en su diario de estudio un plan para comenzar, continuar o mejorar la puesta en práctica de esa enseñanza. Si el tiempo lo permite, invite a algunos alumnos a compartir lo que se sintieron inspirados a hacer.
Considere compartir su testimonio del poder de Jesucristo para aumentar la felicidad en las familias de aquellos que se esfuerzan por vivir Sus enseñanzas.
El élder Robert D. Hales (1932–2017), del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo:
Con la ayuda del Señor y de Su doctrina, se pueden entender y sobrellevar todos los efectos nocivos que provengan de los desafíos que pueda encontrar una familia. Cualesquiera sean las necesidades de los miembros de la familia, podemos fortalecer nuestras familias siguiendo los consejos que nos dan los profetas.
La clave para fortalecer a nuestras familias es hacer que el Espíritu del Señor more en nuestros hogares. La meta de nuestras familias es estar en el camino estrecho y angosto […].
La familia se fortalece cuando nos acercamos al Señor, y cada miembro de la familia se fortalece cuando nos elevamos y fortalecemos, nos amamos y cuidamos el uno al otro (Robert D. Hales, “El fortalecimiento de las familias: nuestro deber sagrado ”, Liahona , julio de 1999, págs. 38, 40).
La Guía para el Estudio de las Escrituras da la definición siguiente de familia :
En las Escrituras, el término familia se refiere al marido, la mujer y los hijos y a veces a otros familiares que vivan en la misma casa o bajo la dirección del cabeza de familia. Una familia también puede componerse de uno solo de los padres y sus hijos, de marido y mujer sin hijos, o incluso de una persona que viva sola (Guía para el Estudio de las Escrituras: “Familia ”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org ).
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo lo siguiente:
Con Jesucristo, el Maestro Sanador y Salvador, siempre se puede empezar de nuevo; Él siempre da esperanza.
Jesucristo es la fortaleza de las familias.
Jesucristo es la fortaleza de la juventud.
Jesucristo es la fortaleza de los padres (Dieter F. Uchtdorf, “Jesucristo es la fortaleza de los padres ”, Liahona , mayo de 2023, pág. 58).
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
La recreación sana es el amigo y compañero estabilizante del trabajo. La música, el arte, el baile, el drama, los deportes, todos proporcionan entretenimiento para enriquecer la vida […]. Al mismo tiempo, casi es innecesario decir que mucho de lo que hoy se llama entretenimiento es ordinario, degradante, violento, aturde los sentidos y es una pérdida de tiempo. Irónicamente, a veces requiere gran esfuerzo encontrar entretenimiento sano. Cuando el pasatiempo pasa de virtud a vicio, es un destructor de la vida consagrada (D. Todd Christofferson, “Reflexiones sobre una vida consagrada ”, Liahona , noviembre de 2010, pág. 17).
Para ayudar a los alumnos a comprender mejor que el hombre y la mujer son iguales ante Dios, puede invitarlos a leer la segunda mitad del párrafo 7 (que comienza con “Por designio divino”) y buscar las responsabilidades del padre y de la madre. Los alumnos pueden escribir en la pizarra lo que encuentren. Podrían compartir algunas de las cosas importantes y singulares que sus madres y padres les hayan enseñado. Luego, ayude a los alumnos a comprender esta verdad: El padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro . A fin de ayudar a los alumnos a profundizar su comprensión de esta verdad, considere dividir la clase en dos y pedir a cada mitad que estudie una de las declaraciones siguientes del presidente M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
Nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos por igual y de una manera perfecta e infinita. El amor que siente por Sus hijas no es diferente del que siente por Sus hijos. Nuestro Salvador, el Señor Jesucristo, también ama por igual a hombres y mujeres. Su sacrificio expiatorio y Su Evangelio son para todos los hijos de Dios […].
El Evangelio de Jesucristo puede santificar a hombres y mujeres de la misma manera y por medio de los mismos principios. Por ejemplo, la fe, el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo son requisitos para todos los hijos de Dios, sin importar su sexo […]. [El Padre Celestial] nos ama a todos por igual, y su don más grandioso, el don de la vida eterna, se halla al alcance de todos (M. Russell Ballard, “La igualdad a pesar de las diferencias ”, Liahona , enero de 1994, pág. 105).
Aunque el hombre y la mujer sean iguales ante Dios en cuanto a sus oportunidades eternas, tienen deberes diferentes, si bien igualmente importantes, en Su plan eterno […]. [Dios] reconoce e incluso fomenta nuestras diferencias, pero a la vez nos da oportunidades similares para nuestro desarrollo y progreso […].
Muchos de los requisitos [para una vida familiar exaltada] son exactamente los mismos para los hombres que para las mujeres; por ejemplo, la obediencia a las leyes de Dios debe ser la misma para ambos, tanto ellos como ellas deben orar de la misma manera; ambos tienen el mismo privilegio de recibir respuestas a sus oraciones y obtener así revelación personal para su propio desarrollo espiritual (M. Russell Ballard, “La Igualdad A Pesar De Las Diferencias ”, Liahona , enero de 1994, págs. 105–106).
A fin de ayudar a los alumnos a analizar lo que aprendieron, formule preguntas como las siguientes:
¿Qué aprendieron acerca de la forma en que Dios ve a los hombres y a las mujeres?
¿Qué creen que significa “compañeros iguales”?
¿De qué manera comprender esta verdad puede ayudarlos a aumentar la felicidad de su familia actual y futura?
Muchos alumnos afrontarán situaciones que requerirán valor y fe en Jesucristo para defender lo que Él reveló en la proclamación sobre la familia. Considere mostrar el video “Defensores de la Fe ” (6:56), que cuenta la historia real de Marie Madeline Cardon defendiendo lo que sabía que era verdad. El video compara su historia con la de los jóvenes modernos que defienden la doctrina del Señor sobre la familia, a pesar de las diferentes creencias y circunstancias que los rodean.
6:55
Considere mostrar también la declaración siguiente de la hermana Bonnie L. Oscarson, quien prestó servicio como Presidenta General de las Mujeres Jóvenes:
Es preciso que defendamos intrépidamente las doctrinas reveladas del Señor sobre el matrimonio, la familia, la función divina del hombre y de la mujer, y la importancia del hogar como un lugar sagrado; aun cuando el mundo declare a voces que esos principios están pasados de moda, son restrictivos o ya no son importantes. Toda persona, sea cual sea su estado civil, o cuántos hijos tenga, puede ser defensora del plan del Señor que se describe en la proclamación sobre la familia. Si es el plan del Señor, ¡también debe ser nuestro plan! (Bonnie L. Oscarson, “Defensoras de la Proclamación sobre la Familia ”, Liahona , mayo de 2015, pág. 15).
Luego, haga que los alumnos analicen preguntas como las siguientes:
¿Qué verdades ha revelado el Señor con respecto a la familia que aún no son comprendidas por muchas personas en el mundo?
¿Por qué es importante defender la doctrina del Señor sobre la familia sin importar nuestras circunstancias familiares actuales?
¿Cómo podemos mantenernos firmes en lo que el Señor ha enseñado de una manera que fomente la paz en lugar de la contención?
¿De qué manera el comprender la doctrina del Señor sobre la familia ahora puede prepararlos para criar una familia en el futuro?