Relatos de las Escrituras
Martin Harris ayuda a José


“Martin Harris ayuda a José”, Relatos de Doctrina y Convenios, 2024

“Martin Harris ayuda a José”, Relatos de Doctrina y Convenios

1828–1829

4:39

Martin Harris ayuda a José

Aprender a confiar en el Señor

Martin Harris y su esposa saludan a José y Emma Smith.

Un día, mientras José y Emma vivían en Pensilvania, un amigo llamado Martin Harris fue a visitarlos. Martin era dueño de una granja grande en Nueva York. Sabía de la labor de José con las planchas de oro. Había ayudado a José antes y ahora quería saber si había algo más que pudiera hacer para ayudarlo.

Santos, tomo I, pág. 49

Ilustración en primer plano de Martin Harris. Está de pie en la cocina de la casa de José y Emma Smith.

José y Emma estaban agradecidos. Muchas personas pensaron que José estaba mintiendo. Era bueno tener un amigo como Martin que creía que las planchas de oro eran reales.

Santos, tomo I, pág. 49

José y Emma Smith dentro de su casa con Martin Harris. José y Martin sostienen en la mano páginas de un manuscrito.

Mientras José traducía las planchas, Martin anotaba lo que decía. Martin estaba entusiasmado por ayudar al Señor en esta gran obra.

Santos, tomo I, pág. 50

Martin y Lucy Harris discutiendo delante de su carruaje halado por caballos.

Lucy, la esposa de Martin, no estaba contenta. No creía que José en verdad tuviera planchas de oro. Pensaba que José estaba engañando a Martin. Quería que Martin regresara a Nueva York y dejara de ayudar a José.

Santos, tomo I, págs. 49–50

José Smith sosteniendo una página de un manuscrito. Martin Harris le pide a José que le preste el manuscrito para mostrárselo a su esposa.

Pero Martin siguió trabajando con José. Se le ocurrió que si Lucy pudiera leer en lo que estaban trabajando, también creería. Le preguntó a José si podía llevar las páginas que habían traducido a Nueva York para mostrárselas a su esposa. José dijo que oraría y preguntaría a Dios.

Santos, tomo I, págs. 50–51

José Smith ora para preguntar a Dios si Martin Harris puede tomar prestado el manuscrito.

Dios le dijo a José que no permitiera que Martin se llevara las páginas. Martin le pidió a José que orara de nuevo. José oró y recibió la misma respuesta. Pero Martin deseaba mucho mostrarle las páginas a su esposa, y José quería ayudar a su amigo. José oró por tercera vez. Esta vez, Dios le dijo a José que él podía decidir qué hacer.

Santos, tomo I, pág. 51

Martin Harris sosteniendo las páginas del manuscrito. José Smith en el fondo, con aspecto preocupado.

José le dijo a Martin que podía llevar las páginas a Nueva York, pero que solo podía mostrárselas a ciertos miembros de la familia. Y tenía que devolver las páginas en dos semanas. Martin estuvo de acuerdo y se fue con las páginas.

Santos, tomo I, pág. 51

José Smith arrodillado ante la tumba de su bebé fallecido.

Mientras Martin estaba de viaje, José y Emma tuvieron un bebé. Pero el bebé murió y Emma enfermó. Emma y José estaban muy tristes.

Santos, tomo I, págs. 51–52

José Smith abrazando a Emma.

José estaba preocupado por Emma. También le preocupaba Martin. Habían pasado las dos semanas y Martin no había regresado. Emma también estaba preocupada.

Santos, tomo I, pág. 52

Martin Harris sentado a la mesa, hablando con José Smith y sus padres.

Emma le dijo a José que fuera a Nueva York a buscar a Martin. José se reunió con Martin en casa de sus padres. Cuando le preguntó a Martin acerca de las páginas, Martin se entristeció mucho. Dijo que las páginas se habían perdido. Había buscado por todas partes, pero no podía encontrarlas.

Santos, tomo I, págs. 52–53

Emma Smith abrazando a José Smith.

José se puso muy triste y tuvo mucho miedo. Sabía que había estado equivocado al dejar que Martin se llevara las páginas. Regresó a casa y le contó a Emma lo sucedido. El ángel Moroni vino y se llevó las planchas de oro. Dijo que si José era humilde y se arrepentía, podría recuperar las planchas y traducir de nuevo.

Doctrina y Convenios 3:5–11; 10:1–3; Santos, tomo I, págs. 53–54

José Smith arrodillado junto a su cama, pidiendo perdón a Dios.

Durante muchas semanas, José pensó en lo que había hecho mal. Oraba y pedía perdón. Y Dios lo perdonó. Le dijo a José que las páginas habían sido robadas por personas que trataban de detener la obra de Dios. Pero nadie puede detener la obra de Dios. Dios tenía un plan para mantener Su obra en marcha.

Doctrina y Convenios 3:1–10; Santos, tomo I, págs. 54–55

José y Emma Smith conversan con Martin Harris. José estrechando la mano de Martin Harris.

Moroni le devolvió las planchas a José. Dios les dijo a José y a Martin que si eran humildes y confiaban en Él, podrían seguir ayudando en Su obra de muchas maneras. Podrían ayudar a llevar el Libro de Mormón al mundo. Ese libro ayudaría a las personas de todas partes a arrepentirse y creer en Jesucristo.

Doctrina y Convenios 3:16–20; 5:21–35; Santos, tomo I, págs. 56–57