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Planificación en caso de desastres


Planificación en caso de desastres

Introducción

Pensar en los desastres naturales puede resultar aterrador y abrumador, pero Dios ha prometido: “Si estáis preparados, no temeréis” (Doctrina y Convenios 38:30). El prepararnos para las emergencias puede ayudarnos a sentirnos más seguros y a mantenernos a salvo cuando ocurre un desastre o un evento inesperado.

La preparación es necesaria en muchos aspectos, entre ellos, la preparación económica, el almacenamiento en el hogar, la resiliencia emocional y la planificación para emergencias. Si trazamos esos planes, podremos estar preparados cuando ocurra algún desastre.

¿Qué es un plan de acción ante desastres?

Los planes para desastres son los planes que anticipan cómo se preparará y lo que hará en caso de algún desastre natural. Eso incluye el almacenamiento de alimentos, el suministro de agua y el bienestar emocional, y abarca la planificación para reunificarse después de algún desastre y la comunicación con integrantes de la familia. Los planes más eficaces son simples y breves. Ese plan se debe revisar y actualizar con regularidad tanto a nivel familiar, como individual.

El élder L. Tom Perry indicó: “Comiencen ahora a crear un plan si no lo tienen, o actualicen el plan que tengan […]. La inestabilidad en el mundo de hoy hace indispensable que demos oído a este consejo y nos preparemos para el futuro” (“Si estáis preparados, no temeréis”, Liahona, enero de 1996, pág. 41).

Al elaborar su plan de acción ante desastres, considere la posibilidad de coordinarlo con los planes de barrio, de estaca y de la comunidad. Consulte la Guía de preparación para emergencias de estaca y barrio para obtener más información acerca de los planes para desastres de su zona.

¿Cuáles son los componentes principales del plan de acción ante desastres?

La Primera Presidencia “inst[a] a los miembros de la Iglesia en todo el mundo a prepararse para la adversidad de la vida con una provisión básica de alimentos y agua y algún dinero en ahorros” (Preparad todo lo que fuere necesario). Nunca sabemos cuándo ocurrirá algún desastre natural, alguna crisis económica u otra emergencia. Al elaborar un plan, podemos estar preparados y aumentar la probabilidad de mantenernos sanos, conectados y seguros cuando ocurran desastres naturales.

Al planificar para situaciones de desastre, es útil que:

  • Considere los posibles desastres que podrían acontecer en el lugar donde vive.

  • Elabore un plan para los desastres que pudieran afectarle.

  • Elabore un plan de comunicación y reencuentro.

  • Piense en las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y espirituales específicas de su familia.

  • Actualice los planes con regularidad.

Consulte la Guía de planificación personal y familiar de preparación para emergencias para buscar actividades y cuadros que le ayuden a planificar.

Almacenamiento de artículos de emergencia

Busque un lugar donde conservar y tener acceso a los documentos importantes de la familia, fondos de emergencia, artículos de supervivencia y emergencia, y almacenamiento de alimentos.

Preparen un bolso de emergencia para cada miembro de la familia con cosas tales como artículos de higiene básica, ropa, alguna fuente de luz, comida ligera, actividades, y algún artículo para tranquilizar a los niños y ayudarles a sentirse seguros.

Plan de reencuentro

Acuerden un lugar de reunión familiar seguro que concuerde con los planes de reencuentro del barrio y de la estaca, o de la comunidad. Elija un lugar seguro en el que su familia y usted puedan encontrarse después de alguna emergencia. También es buena idea elegir un lugar alternativo. Los puntos de encuentro podrían cambiar dependiendo del desastre o de dónde se encuentren ustedes cuando este se produzca.

El punto de encuentro debe ser un lugar en el cual los niños puedan encontrar a un adulto de confianza. Verifique si su barrio o estaca tiene un punto de encuentro para reunificar a las familias.

Plan de comunicaciones

Establezcan formas de comunicarse entre ustedes en cuanto a su seguridad en caso de que estén separados durante el desastre. Es bueno tener una lista de familiares, amigos, vecinos, líderes de la Iglesia y recursos de la comunidad. Considere la posibilidad de memorizar los números de teléfono por si su lista de contactos no está disponible. Planificar otras formas de ponerse en contacto si no puede hacer llamadas telefónicas.

Después de un desastre, puede ser difícil hacer llamadas dentro de la zona. A menudo es más fácil hacer llamadas de larga distancia. Designe a un familiar que esté en otra ciudad para que sea la persona de contacto fuera de su localidad. Planifique que todos los miembros de la familia se pongan en contacto con esa persona. Ellos pueden informar de su estado y ubicación al contacto de fuera de la ciudad, quien puede ayudar a transmitir la información.

Hagan una Tarjeta de información de emergencia para cada niño de la familia, que contenga los datos básicos de identificación, la información médica y de contacto, e información para mantenerse en contacto en caso de desastres. Puede guardarla en un kit o mochila de emergencia, o su hijo puede llevarla consigo. Eso ayudará a los rescatistas a ponerse en contacto con su familia en caso de un desastre.

Plan de evacuación

Determine a dónde ir en caso de evacuación. Determine rutas primarias y secundarias a esos lugares. Repase las rutas con la familia.

Considere empacar un bolso de emergencia que pueda llevar fácilmente con usted en caso de evacuación. Algunos artículos de la bolsa de emergencia podrían ser:

  • Botiquín de primeros auxilios

  • Medicinas

  • Agua

  • Linterna

  • Ropa adicional y mantas

  • Artículos que nos ayuden a tranquilizarnos y a tranquilizar a los niños

Realice un simulacro de evacuación con su familia. Concédase a usted mismo y a su familia diez minutos para recoger el “bolso de emergencia” y ponerse en camino hacia el destino de la evacuación.

Después de un desastre

Inmediatamente después de producirse un desastre:

  • Procure asistencia médica para quienes estén heridos o sufran otros problemas de salud.

  • Asegúrese de tener acceso a un suministro de provisiones y servicios básicos, tales como alimentos, agua, refugio temporal, higiene y ropa.

  • Ayude a ubicar y reunir a los miembros de la familia que se hayan separado del resto de ella.

  • Determine las condiciones en que se encuentra cada miembro de la familia e informe sobre ellas a los hermanos o hermanas ministrantes u otros líderes de la Iglesia.

Poco tiempo después de un desastre:

  • Proporcione asistencia a los miembros de la familia que estén sufriendo, que hayan tenido daños en sus casas o pertenencias, o que estén experimentando traumas emocionales o la pérdida de sus medios de subsistencia.

  • Comuníquese con un profesional de salud mental especializado en desastres para ayudar a aquellos que se sientan agobiados o sumamente angustiados.

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