Introducción a Jesucristo y el Evangelio sempiterno: Manual para el maestro (Religión 250)
¿Qué se espera de un maestro de religión?
Al prepararse para enseñar, es importante comprender el objetivo de Seminarios e Institutos de Religión:
“Nuestro propósito es ayudar a los jóvenes, y a los jóvenes adultos, a confiar en las enseñanzas y en la expiación de Jesucristo, a entenderlas, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y a prepararse a sí mismos, a sus familias y a los demás para la vida eterna con su Padre Celestial” (véase La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio: Manual para maestros y líderes de Seminarios e Institutos de Religión, 2011, pág. x).
Usted puede alcanzar este propósito al vivir el Evangelio, al enseñar eficazmente el Evangelio a sus alumnos y al administrar su clase o programa de manera apropiada. Al prepararse y al enseñar el Evangelio de esa manera, se hará merecedor de recibir la influencia del Espíritu Santo.
Usted tiene la oportunidad de ayudar a los alumnos a aprender por el Espíritu para que puedan fortalecer su fe y profundizar su conversión. Puede apoyarlos para que logren ese objetivo al ayudarlos a reconocer, comprender y sentir la veracidad y la importancia de doctrinas y principios significativos del evangelio de Jesucristo, así como a prepararse para ponerlos en práctica.
El manual La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio es un recurso esencial para entender el proceso de la enseñanza y la manera de tener éxito en el salón de clases. Consúltelo a menudo.
¿Cuáles son los objetivos de este curso?
Este curso, Jesucristo y el Evangelio sempiterno (Religión 250), da a los alumnos la oportunidad de estudiar el ministerio eterno de Jesucristo, concentrándose en Sus funciones divinas a lo largo de Su vida preterrenal, terrenal y posterrenal. Los libros canónicos, las palabras de los profetas modernos y el documento llamado “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” (Liahona, abril de 2000, págs. 2–3) son las fuentes inspiradas de este curso. El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enfatizado la importancia de estudiar la vida y la misión de Jesucristo:
“Con gran energía, te animo a establecer un plan de estudio personal para entender y apreciar mejor las incomparables, eternas e infinitas consecuencias del cumplimiento perfecto del llamamiento divinamente designado de Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor. La meditación personal profunda de las Escrituras, acompañada de la oración inquisitiva y sincera, fortificará tu entendimiento y tu agradecimiento por Su expiación invalorable” (“¡Él vive, y yo lo honraré!”, Liahona, mayo de 2010, pág. 77).
A medida que los alumnos lleguen a comprender y apreciar la importancia del llamamiento divino del Salvador y el impacto que Él tiene en su vida, serán fortalecidos contra los desafíos de la vida y se sentirán más preparados para analizar las funciones divinas del Salvador en el Plan de Salvación, del cual su vida personal es parte integral.
¿Qué se espera de los alumnos?
Los alumnos deben leer los pasajes de las Escrituras y los discursos proféticos que aparecen en la sección “Material de lectura para el alumno” de cada lección. Los alumnos también deben cumplir con los requisitos de asistencia y demostrar que son competentes en el material del curso.
¿Cuál es la estructura de las lecciones de este manual?
Este curso está diseñado para durar un semestre; contiene 28 lecciones para períodos de clase de 50 minutos. Si la clase se reúne dos veces a la semana, enseñe una lección en cada período de clase. Si la clase se reúne sólo una vez por semana de 90 a 100 minutos, enseñe dos lecciones en cada período de clase. Cada lección contiene cuatro secciones:
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Introducción
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Lectura preparatoria
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Sugerencias para la enseñanza
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Material de lectura para el alumno
Introducción
Esta sección ofrece una breve introducción de los temas y objetivos de la lección.
Lectura preparatoria
Esta sección recomienda recursos, tales como los mensajes de profetas modernos, que pueden ayudarlo a comprender más plenamente las doctrinas, los principios y las verdades del Evangelio que se analizan en la lección.
Sugerencias para la enseñanza
La sección “Sugerencias para la enseñanza” contiene información para ayudarlo a saber qué enseñar y cómo enseñarlo (véanse también las secciones 4.3.3 y 4.3.4 del manual La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio). Las actividades sugeridas para el aprendizaje están diseñadas para ayudar a los alumnos a reconocer, comprender y poner en práctica verdades sagradas. Puede usar todas o algunas de las sugerencias y adaptarlas a su propio estilo de enseñanza y a las necesidades y circunstancias de sus alumnos. Al considerar cómo adaptar los materiales de las lecciones, siga este consejo del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles:
“En ocasiones en que he estado presente, el presidente Packer ha enseñado que primero debemos adoptar y luego adaptar. Si conocemos bien la lección prescrita, entonces podemos seguir el Espíritu para adaptarla. Pero es una tentación, al hablar de esta flexibilidad, de empezar adaptando, en vez de comenzar adoptando. Debe haber equilibrio. El desafío es constante, pero el método de primero adoptar y luego adaptar es una buena forma de permanecer en terreno seguro” (“Mesa redonda con el élder Dallin H. Oaks”, transmisión vía satélite de Seminarios e Institutos de Religión, 7 de agosto de 2012; si.lds.org).
La sección “Sugerencias para la enseñanza” contiene la declaración de por lo menos una doctrina o principio, que aparece en negrita. Conforme los alumnos descubran esas doctrinas y principios y compartan lo que hayan aprendido, sus palabras tal vez difieran de las que aparecen en el manual. Cuando eso suceda, asegúrese de no insinuar que sus respuestas son incorrectas. Sin embargo, si una declaración podría ser más acertada, ayúdelos con mucho cuidado a clarificar su entendimiento.
A fin de ayudar a los alumnos a llegar a ser estudiantes de las Escrituras para toda la vida, enséñeles a utilizar las ayudas para el estudio disponibles en las ediciones Santo de los Últimos Días de las Escrituras. Aproveche las oportunidades que se presenten en clase para ayudar a los alumnos a poner en práctica técnicas y métodos para el estudio de las Escrituras (véase La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio, págs. 21–23). Al hacerlo, los alumnos profundizarán su amor por las Escrituras, estarán facultados para encontrar las respuestas a sus preguntas y aprenderán a ser guiados por el poder del Espíritu Santo.
Material de lectura para el alumno
Esta sección contiene una lista de pasajes de las Escrituras y de discursos de las Autoridades Generales de la Iglesia que ampliarán el entendimiento de los alumnos con respecto a los temas que se tratan en las lecciones. Anime a los alumnos a leer estos materiales antes de cada lección. Al estudiar esos materiales inspirados, no sólo estarán más preparados para participar en los análisis de la clase, sino que obtendrán un mayor conocimiento de los temas del curso. Al principio del semestre, entregue a los alumnos una lista de todos los materiales de lectura para el alumno.
¿Cómo puedo prepararme para enseñar?
Conforme se prepare para enseñar, el Señor le ayudará. Al prepararse, tal vez le parezca útil plantearse las siguientes preguntas:
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¿He orado para recibir la guía del Espíritu Santo?
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¿He estudiado los bloques de Escrituras asignados y la lectura preparatoria?
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¿He leído el curso de estudio y determinado si hay algo que debo adaptar para que se ajuste a las necesidades de mis alumnos?
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¿Cómo puedo hacer seguimiento del material de lectura para el alumno para asegurarme de que los alumnos lo estén aprovechando al máximo?
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¿Cómo puedo ayudar a cada uno de mis alumnos a participar plenamente en la lección?
Las siguientes sugerencias también podrían serle útiles:
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Aliente a los alumnos a leer los pasajes de las Escrituras y los artículos asignados antes de cada lección.
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Tenga la expectativa de que los alumnos cumplirán su función de aprendices.
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Brinde a los alumnos oportunidades frecuentes de explicar doctrinas y principios en sus propias palabras, de compartir experiencias pertinentes y de testificar de lo que saben y sienten.
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Varíe las actividades de aprendizaje y la manera de enseñar durante cada lección y también de un día para otro.
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Cree un ambiente de aprendizaje que invite al Espíritu y en el que los alumnos tengan el privilegio y la responsabilidad de enseñar y de aprender unos de otros (véaseD. y C. 88:78, 122).
El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Asegúrense de que haya una abundante participación, porque ese uso del albedrío por parte de los alumnos permite al Espíritu Santo enseñar… Cuando los alumnos expresan verdades verbalmente, éstas se confirman en su alma y fortalecen su testimonio personal” (véase “El comprender la verdad y vivir de acuerdo con ella”, Una tarde con una Autoridad General, Richard G. Scott, 4 de febrero de 2005, pág. 3si.lds.org).
¿Cómo puedo adaptar las lecciones para las personas que tienen alguna discapacidad?
Al prepararse para enseñar, tenga presente a los alumnos con necesidades particulares. Adapte las actividades y las expectativas para ayudarlos a alcanzar sus metas. Por ejemplo, para algunos alumnos puede ser beneficioso tener acceso a grabaciones de audio de las Escrituras. Éstas pueden descargarse fácilmente en LDS.org.
Para obtener más ideas y recursos, visite la página de recursos para asistir a personas con discapacidades en disabilities.lds.org.