Seminarios e Institutos
Lección 1: Jesús es el Cristo viviente


Lección 1

Jesús es el Cristo viviente

Introducción

Testigos modernos han declarado: “Damos testimonio, en calidad de Sus apóstoles debidamente ordenados, de que Jesús es el Cristo Viviente…” (“El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, Liahona, abril de 2000, pág. 3). A causa de que el mundo parece desconocer la verdadera naturaleza de Jesucristo y Su relación con Dios el Padre, es importante que haya testigos fieles del Hijo Amado de Dios. Esta lección ayudará a los alumnos a identificar esa necesidad y a aprender de qué manera pueden compartir mejor su testimonio de Jesucristo con sus familiares, amigos y vecinos.

Lectura preparatoria

Sugerencias para la enseñanza

El Cristo viviente

Escriba esta pregunta en la pizarra:

¿Quién es Jesucristo, y por qué creen en Él?

Diga a los alumnos que muchas personas comparten su testimonio para responder esa pregunta. Uno de esos testimonios se expresa en el himno “Yo sé que vive mi Señor” (Himnos, Nº 73). Comparta con la clase la letra de ese himno y divida a los alumnos en cuatro grupos. Asigne una estrofa del himno a cada grupo y pídales que lean la letra. Después de darles suficiente tiempo, haga las siguientes preguntas:

  • ¿Qué palabras o frases se utilizan en ese himno para expresar quién es Jesucristo y lo qué Él hace por nosotros? (Entre las respuestas se debe mencionar “mi amigo fiel”, “mi Señor y Rey”, “Él vive para bendecir”, pide por nosotros, nos protege, nos consuela y nos sustenta).

  • ¿Qué palabras utiliza ese himno para describir la manera en que un testimonio de Jesucristo puede influir en nosotros? (Entre las respuestas se debe mencionar “consuelo” y “gozoso”).

Diga a la clase que la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles han declarado públicamente su testimonio colectivo de Jesucristo en “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, (véase Liahona, abril de 2000, págs. 2–3). Dé a cada alumno una copia de este testimonio, y explique que muchos de los temas de las lecciones de este curso se basan en las doctrinas y principios que se presentan en este documento inspirado. Invite a un alumno a leer el primer párrafo en voz alta:

“Al conmemorar el nacimiento de Jesucristo hace dos milenios, manifestamos nuestro testimonio de la realidad de Su vida incomparable y de la virtud infinita de Su gran sacrificio expiatorio. Ninguna otra persona ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que han vivido y los que aún vivirán sobre la tierra” (“El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, Liahona, abril de 2000, pág. 2).

  • ¿Qué influencia desean que su estudio de Jesucristo y de Su evangelio sempiterno tenga sobre ustedes este semestre? (A medida que los alumnos respondan, haga hincapié en que el estudiar sinceramente la vida de Jesucristo nos ayudará a apreciar la profunda influencia que Él ha tenido y puede tener en nuestra vida).

  • ¿De qué manera el Salvador ha influido en todas las personas que han vivido o que vivirán en la Tierra? (A medida que los alumnos respondan, recalque la expiación universal del Salvador).

Comunique a los alumnos que este curso se centrará en el ministerio eterno del Salvador a lo largo de Su vida preterrenal, terrenal y posterrenal. A medida que los alumnos estudien las muchas funciones divinas del Salvador, su testimonio de Él y el amor que le tienen se harán más profundos.

Juan 20:30–31; 1 Nefi 6:4; 2 Nefi 25:23, 26

Las Escrituras se escribieron para que la gente crea en Jesucristo

Pregunte a los alumnos cuántos libros piensan que se han escrito sobre Jesucristo. Explique que todo estudio apropiado de la vida de Jesucristo debe centrarse en las Escrituras. Invite a tres alumnos a que se turnen para leer en voz alta los siguientes pasajes de las Escrituras: Juan 20:30–31; 1 Nefi 6:4 y 2 Nefi 25:23, 26. Pida a la clase que siga la lectura en silencio, y que busque las razones por las que las Escrituras son un recurso valioso para el estudio del ministerio eterno del Salvador.

  • ¿Qué principio enseñan esos pasajes acerca del propósito de las Escrituras? (Los alumnos posiblemente utilicen palabras diferentes, pero deben reconocer el siguiente principio: A medida que estudiemos pasajes de las Escrituras acerca del Salvador, nuestro testimonio de Él se fortalecerá y nos acercaremos más a Él).

Muestre la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

Élder D. Todd Christofferson

“…el propósito central de todas las Escrituras es llenar nuestras almas de fe en Dios el Padre y en Su Hijo Jesucristo…

“…La fe viene por el testimonio del Espíritu Santo a nuestra alma, de Espíritu a espíritu, al escuchar o leer la palabra de Dios. Y la fe madura al seguir deleitándonos en la palabra” (“La bendición de las Escrituras”, Liahona, mayo de 2010, págs. 34, 35).

  • ¿De qué manera las Escrituras pueden ayudarnos a fortalecer nuestra fe en Jesucristo o a acercarnos más a Él?

  • ¿De qué forma su fe en Jesucristo y su testimonio de Él se han visto fortalecidos al estudiar las Escrituras?

Dé a cada alumno una copia de los recursos que aparecen en la sección Material de lectura para el alumno de este curso. (Puede ser una copia impresa o puede explicar a los alumnos dónde pueden hallar una copia digital). Desafíe a los alumnos a hacer que el material de lectura para el alumno forme parte de su estudio diario de las Escrituras durante este semestre. Asegúreles que a medida que pongan en práctica este desafío, el Espíritu Santo les enseñará y se acercarán más al Salvador.

Llegar a ser testigos de Jesucristo

Explique a los alumnos que no es suficiente sólo estudiar sobre el Salvador en las Escrituras. Debemos obtener un testimonio espiritual personal por medio del poder del Espíritu Santo de que Jesús es el Cristo, el Ungido, nuestro Salvador y Redentor. Comparta con la clase las siguientes palabras del presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia:

Presidente Dieter F. Uchtdorf

“…no podemos depender del testimonio de otras personas; sino que debemos saber por nosotros mismos. El presidente Gordon B. Hinckley ha dicho: ‘Todo Santo de los Últimos Días tiene la responsabilidad de llegar a saber por sí mismo, y con certeza, sin lugar a dudas, que Jesús es el Hijo resucitado y viviente del Dios viviente’ (véase “No tengáis miedo de hacer lo bueno”, Liahona, julio de 1983, pág. 124).

“La fuente de ese conocimiento seguro y de esa firme convicción es la revelación divina, ‘porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía’ (Apocalipsis 19:10).

“Recibimos ese testimonio cuando el Espíritu Santo se comunica con nuestro espíritu…

“La esencia de ese testimonio será siempre la fe en Jesucristo y el conocimiento de Él y de Su misión divina…” (véase “El poder de un testimonio personal”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 38).

  • ¿Por qué creen que nuestro testimonio debe basarse en Jesucristo?

  • ¿Qué piensan que le gustaría al Salvador que hicieran con el testimonio que ustedes tienen de Él?

Muestre la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

Élder D. Todd Christofferson

“…Las demás personas deberían poder ver en nosotros algo de Jesucristo. La forma en que actuemos, hablemos, el aspecto que tengamos y hasta nuestros pensamientos serán un reflejo de Él y de Su manera de proceder… Aunque no estábamos presentes con Él durante Su ministerio, al escudriñar las Escrituras, vemos a Jesús y lo que Él dijo e hizo. Y al imitar ese modelo, damos testimonio de Él” (“Cómo llegar a ser testigo de Cristo”, Liahona, marzo de 2008, pág. 60).

Dé seguimiento mediante estas preguntas:

  • ¿De qué manera han visto a otras personas compartir su testimonio de Jesucristo por medio de sus acciones?

  • Al pensar en el mundo en que vivimos, ¿qué podemos hacer para que nuestro testimonio del Salvador pueda surtir efecto en los demás?

Testifique que cuando obtenemos un testimonio de Jesucristo por medio del poder del Espíritu Santo, tenemos la responsabilidad de compartirlo.

Desafíe a los alumnos a vivir cada día preparados para testificar de Jesucristo por medio de sus palabras y sus acciones. Aliéntelos a venir a clase habiendo leído el material asignado de lectura para el alumno y con la disposición de compartir sus percepciones, hacer preguntas y participar en los análisis de la clase.

Material de lectura para el alumno