Seminario
Hechos 8:1–3; 9:1–20


Hechos 8:1–3; 9:1–20

“¿Qué quieres que yo haga?”

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Saulo en el camino a Damasco, teniendo una visión.

En una época de “grande persecución contra la iglesia” (Hechos 8:1), Saulo entró por la fuerza en muchos hogares y arrestó y encarceló a aquellos que creían en Jesucristo (véase Hechos 8:3). Mientras Saulo viajaba a Damasco para seguir acosando a los santos, Jesucristo se reveló a Saulo (véase Hechos 9:3–5). Con gran asombro, Saulo le preguntó al Señor: “¿Qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). El objetivo de esta lección es ayudarte a meditar sobre lo que el Señor hace para ayudarte a cambiar para bien y procurar saber lo que Él desea que tú hagas.

Un cambio de dirección

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Espalda de una jovencita en un campo de fútbol, con el balón en la mano, contemplando la meta. (horiz)

Haz rodar una canica o una pelota por el suelo. Fíjate en su velocidad y dirección.

  • ¿Qué se necesitaría para que la canica o la pelota cambiaran de dirección?

  • Si comparamos el objeto que está rodando con una persona, ¿cuáles son algunas de las razones por las que alguien podría cambiar para mejor y modificar la dirección de su vida? ¿Cuáles son algunas de las razones por las que podría no hacerlo?

Piensa en la dirección de tu vida. ¿De qué modo sientes el amor y la aprobación del Señor? ¿Hay algún cambio en relación con la dirección de tu vida que el Señor podría invitarte a hacer? Busca revelación en cuanto a estas preguntas a medida que estudies esta lección.

“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”

El Señor ayudó a un hombre llamado Saulo a cambiar su vida. Al principio, Saulo era un fariseo que “asolaba la iglesia” (Hechos 8:3). Él aprobó la muerte del discípulo Esteban (véase Hechos 7:58; 8:1; 22:20) y “encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en [el Señor]” (Hechos 22:19).

1. Completa la actividad siguiente en tu diario de estudio:

Divide una página de tu diario por la mitad. Titula uno de los lados: “Cómo ayudó el Señor a Saulo a cambiar”. Titula el otro lado: “La respuesta de Saulo al Señor”. Lee uno o más de los relatos sobre la experiencia de Saulo en el camino a Damasco y completa el cuadro sobre la base de lo que encuentres.

Si lo deseas, también puedes mirar el video “El camino a Damasco” (5:20), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

Basándote en lo que escribiste en tu diario, piensa en qué verdades o lecciones aprendiste de ese relato.

El Señor desea nuestro cambio

Dedica un momento a pensar en una persona que conozcas que haya cambiado debido a la influencia de Jesucristo en su vida.

  • ¿De qué manera crees que Jesucristo motivó a esa persona a cambiar?

Para Saulo, a quien también se conoce con frecuencia por su nombre en latín, Pablo (véase Hechos 13:9), seguir las instrucciones del Señor cambió su vida por completo. Pablo dejó de perseguir a los cristianos y se convirtió en un poderoso discípulo de Jesucristo. Pablo viajó a muchas naciones como misionero y escribió cartas alentadoras e instructivas para los santos. Catorce de esas cartas se incluyen en el Nuevo Testamento (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Pablo”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org). La decisión de Pablo de seguir a Jesucristo continúa bendiciendo a innumerables personas en la actualidad.

Esta infografía te mostrará algunos de los acontecimientos más importantes de la vida de Pablo y durante sus viajes misionales. Puede ser de utilidad repasarla de vez en cuando conforme estudies las experiencias y los escritos de Pablo.

El Señor también está al tanto de nosotros y nos invita a hacer cambios en nuestra vida. Estos podrían ser grandes ajustes, pero también podrían ser cambios pequeños.

2. Completa la actividad siguiente en tu diario de estudio:

En tu diario, divide otra página por la mitad. Titula un lado: “Cómo me invita el Señor a cambiar”; titula el otro: “Mi respuesta al Señor”. Medita en las siguientes preguntas para poder escribir una respuesta en tu diario de estudio bajo el título “Cómo me invita el Señor a cambiar”.

  • Aunque es probable que el Señor no se te haya aparecido en visión, ¿qué ha hecho Él o qué está haciendo para ayudarte a hacer cambios positivos en tu vida?

  • ¿A quién ha enviado Él para ayudarte a cambiar para mejor?

Bajo el título “Mi respuesta al Señor”, escribe sobre cómo te gustaría responder a los esfuerzos del Señor para ayudarte a cambiar para mejor.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

Hechos 9:5. ¿Qué significa “dar coces contra el aguijón”?

A menudo se utiliza una lanza o un palo afilado para hacer que los animales avancen. Los animales que reaccionan pateando en lugar de seguir adelante pueden causarse más dolor. Al utilizar esa analogía, el Señor ayudó a Saulo a ver que luchar contra Él le traería únicamente dolor.

¿Qué cambios podría estar pidiéndome el Señor que haga?

La hermana Becky Craven, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, enseñó:

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Hermana Rebecca L. Craven, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes. Retrato oficial a fecha de octubre de 2018.

… Puede tratarse de un cambio de pensamiento, de hábitos o de la dirección en la que vamos. A cambio de Su invaluable pago por cada uno de nosotros, el Señor nos pide un cambio de corazón. El cambio que Él nos pide no es para Su beneficio sino para el nuestro.

(Becky Craven, “Quédense con el cambio”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 58)

¿Qué debo entender acerca de mis decisiones y la dirección de mi vida?

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Retrato oficial del élder Jeffrey R. Holland, fotografiado en enero de 2018.

A Dios no le importa dónde hayan estado tanto como le importa dónde están ahora y, con Su ayuda, a dónde están dispuestos a llegar

(Jeffrey R. Holland, “Lo mejor aún está por venir”, Liahona, enero de 2010, pág. 21)

El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Retrato oficial del élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2006. Fue llamado como Segundo Consejero de la Primera Presidencia el 3 de febrero de 2008. Este retrato llegó a ser el oficial en 2008 y reemplaza el retrato que se tomó en 2004.

… Satanás quiere que pensemos que al pecar hemos rebasado el “punto sin retorno” y que ya es demasiado tarde para cambiar de rumbo […].

Cristo vino para salvarnos. Si hemos tomado un camino equivocado, la expiación de Jesucristo nos brinda la seguridad de que […], [s]i seguimos el plan de Dios para nuestra salvación, es posible lograr un retorno seguro […].

El don de la expiación de Jesucristo nos proporciona, en todo momento y en todo lugar, las bendiciones del arrepentimiento y del perdón. Gracias a ese don, la oportunidad de regresar con seguridad de un desastroso sendero de pecado está a disposición de todos nosotros, en todo momento.

(Dieter F. Uchtdorf, “El punto de retorno seguro”, Liahona, mayo de 2007, págs. 99, 101)

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