Efesios 2–5
Encontrar verdades eternas
¿Cuán seguro estás de tu capacidad para encontrar la verdad en las Escrituras? Los profetas enseñan verdades que provienen del Padre Celestial para nuestro beneficio. Por ejemplo, Pablo enseñó a los santos de Éfeso verdades acerca de vencer al mundo y llegar a ser más como Jesucristo. El objetivo de esta lección es ayudarte a aprender a encontrar verdades de las Escrituras que te ayudarán en tu vida y te acercarán más al Salvador.
Encontrar valor
El video “Partículas de oro” (3:15) trata de dos hombres que buscaban oro. Lee el relato o mira el video, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 0:00 hasta el 2:26. Piensa en las lecciones espirituales que aprendas de él.
Muchas veces somos como el joven mercader de Boston, quien, según cuenta la historia, en 1849 se vio atrapado en el fervor de la fiebre del oro de California. Vendió todas sus posesiones para buscar su fortuna en los ríos de California, los cuales, según le habían dicho, estaban llenos de pepitas de oro tan grandes que apenas se podían cargar.
Día tras día, el joven sumergía su batea en el río y salía vacía. Su única recompensa era una pila creciente de piedras. Desalentado y en ruinas, estaba listo para abandonar la empresa; hasta que un día un viejo buscador de oro con experiencia le dijo: “Muchacho, vaya montón de piedras que tienes ahí”.
El joven respondió: “Aquí no hay oro; me voy a volver a casa”.
El viejo buscador de oro caminó hacia el montón de rocas y dijo: “Claro que hay oro aquí; solo tienes que saber dónde buscarlo”; tomó dos piedras en las manos y golpeó una contra la otra. Una de las rocas se partió y mostró varias partículas de oro que brillaban bajo el sol.
Mirando la bolsa de cuero repleta que el buscador de oro tenía atada a la cintura, el joven dijo: “Busco pepitas como las de la bolsa, no partículas microscópicas”.
El viejo buscador le mostró la bolsa al joven, quien al mirar dentro esperaba ver varias pepitas grandes; pero se sorprendió al ver que estaba llena de miles de partículas de oro.
El viejo buscador dijo: “Hijo, me parece que estás tan ocupado buscando pepitas grandes que te pierdes la oportunidad de llenar tu bolsa con estas preciosas partículas de oro. La acumulación paciente de estas pequeñas partículas me ha dado una gran fortuna”.
(M. Russell Ballard, “Encontrar gozo al servir con amor”, Liahona, mayo de 2011, pág. 46)
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¿Cómo se podría relacionar ese relato con el encontrar verdades en las Escrituras?
Lee las declaraciones siguientes y clasifica del uno al a cinco cuán verdaderas son para ti (uno = nunca es verdadera para mí; cinco = siempre es verdadera para mí):
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Tengo confianza en mi capacidad de encontrar verdades eternas en las Escrituras con la ayuda del Espíritu Santo.
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Encontrar verdades en las Escrituras es una bendición en mi vida y me ayuda a sentirme más cerca del Padre Celestial y de Jesucristo.
Encontrar verdades en las Escrituras
Algunas verdades de las Escrituras son más difíciles de encontrar que otras. Procura la ayuda del Padre Celestial por medio del Espíritu Santo para que te ayude a reconocer verdades en el mensaje de Pablo a los santos de Éfeso. El Espíritu Santo te ayudará al testificar de estas verdades (véanse Moroni 10:5; Juan 16:13).
Mientras Pablo estaba preso bajo arresto domiciliario en Roma, escribió a los efesios para alentarlos y aconsejarlos en cuanto a cómo seguir acercándose más a Jesucristo y cómo vencer los ataques espirituales del diablo. Practica cómo reconocer verdades en lo que Pablo compartió con estos santos.
La siguiente es una forma en la que puedes buscar verdades eternas al estudiar las Escrituras. Lee Efesios 2:4–10 y sigue estos pasos:
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Busca palabras, frases o versículos que parezcan especialmente importantes. Considera marcarlos en tu ejemplar de las Escrituras.
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Resume la idea principal de estas palabras, frases o versículos. (Por ejemplo, ¿puedes resumir lo que Pablo dijo acerca de la gracia en el versículo 8?).
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Convierte lo que aprendiste en una declaración de verdad que puedas poner en práctica en tu vida.
Practica la manera de reconocer verdades
Sigue los pasos enumerados anteriormente. Selecciona uno o dos de los siguientes grupos de versículos y busca verdades eternas en ellos.
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Efesios 4:20–32, incluyendo la Traducción de José Smith en la nota 26a al pie de página (podría ser útil saber que el “viejo hombre” en estos versículos simboliza las antiguas costumbres pecaminosas y que el “nuevo hombre” simboliza llevar una vida recta por medio de Jesucristo).
Selecciona una de las verdades que encontraste y reflexiona sobre cómo puede ayudarte a sentir el amor del Padre Celestial y Jesucristo por ti o a ser más como Ellos.
Reflexionar sobre la forma de encontrar verdades
Opcional: ¿Quieres aprender más?
Efesios 2:4–9. ¿Qué es la gracia y qué hace por mí?
Mientras servía como miembro de la Primera Presidencia, el presidente Dieter F. Uchtdorf definió a la gracia de Dios como “la asistencia divina y la investidura de fortaleza que nos permiten progresar desde nuestras limitaciones y defectos actuales hasta llegar a ser seres exaltados de ‘verdad y luz, hasta que [seamos] glorificados en la verdad y [sepamos] todas las cosas’ [Doctrina y Convenios 93:28]” (“El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 107). Para obtener más información sobre la gracia, considera leer el discurso completo, que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.
Para obtener más reflexiones sobre la gracia del Salvador, lean Mosíah 2:20–24 y Filipenses 2:12–13.
Efesios 4:22. ¿Qué significa “despoja[rse] del viejo hombre”?
Pablo enseñó que, cuando escogemos aceptar la ordenanza del bautismo, hacemos convenio de poner fin a nuestras antiguas costumbres (o “despoja[rnos] del viejo hombre” [Efesios 4:22]) y comenzar una nueva vida como seguidores de Jesucristo (véanse Romanos 6:1–6; Doctrina y Convenios 20:37). Esto incluye dejar atrás nuestros pecados y cualquier cosa que nos impida acercarnos más al Padre Celestial. No podemos hacer que este proceso suceda por nosotros mismos. Sucede solo gracias a Jesucristo y Su expiación, y a la influencia santificadora del Espíritu Santo.