Seminario
Efesios 5:21–33; 6:1–4


Efesios 5:21–33; 6:1–4

Relaciones cristianas

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Una familia pasa tiempo junta en los jardines frente al Templo de Oakland.

Las relaciones familiares son algunas de las más gratificantes que podemos experimentar en la vida terrenal. Las relaciones con los padres, hermanos y cónyuges pueden brindar gran gozo, pero también pueden presentar desafíos. Pablo enseñó que podemos considerar a Jesucristo como el ejemplo de cómo tener relaciones sanas y felices con los miembros de la familia. Esta lección puede ayudarte a seguir el ejemplo del Salvador para mejorar tus relaciones con los demás.

Tu familia

Escribe los nombres de los integrantes de tu familia inmediata y una cosa que te guste de cada uno de ellos.

Piensa en este enunciado en relación con cada integrante de tu familia: “Trato a este miembro de mi familia de la forma en que siento que el Salvador querría que lo tratara”. Luego, utiliza la siguiente escala para evaluar la forma en que tratas a cada miembro de tu familia.

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Nuevo Testamento: Manual del maestro de Seminario, 2023

Al estudiar hoy, piensa en las relaciones que tienes con los integrantes de tu familia y en la forma en la que puedes seguir el ejemplo del Salvador en cuanto a cómo amarlos y ayudarlos.

Pablo brindó consejos sobre las relaciones familiares

Es importante señalar que las palabras de Pablo en Efesios 5:22–24 fueron escritas en el contexto de las costumbres sociales de su época. En la actualidad, los profetas y los apóstoles enseñan que los hombres no son superiores a las mujeres y que los cónyuges deben ser “compañeros iguales” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org). Aunque las costumbres de la época de Pablo eran diferentes, todavía puedes encontrar consejos relevantes en las enseñanzas de Pablo. Una verdad que Pablo puso de relieve es que podemos seguir el ejemplo del Salvador en la forma en que tratamos a los miembros de nuestra familia.

Lee Efesios 5:21–27; 6:1–4 para encontrar evidencias de esta verdad. Al estudiar, podría ser útil saber que “somete[rnos] los unos a los otros” (Efesios 5:21) se refiere a la voluntad de trabajar juntos, amarnos y cuidarnos unos a otros, y “temor de Dios” (Efesios 5:21) significa amor y respeto por Dios.

1. Responde dos de las preguntas siguientes en tu diario de estudio:

  • ¿Cuáles son algunas de las formas en las que el Salvador mostró Su amor por la Iglesia y se entregó a Sí mismo por ella?

  • ¿Qué te hace sentir acerca de Cristo el saber que se entregó a Sí mismo por la Iglesia?

  • ¿Cómo debe sentirse el esposo hacia su esposa si sigue el ejemplo de la forma en que se siente el Salvador hacia Su Iglesia?

  • ¿Qué consejo dio Pablo que pueda aplicarse por igual tanto a los esposos como a las esposas? ¿Y a otros miembros de la familia?

  • ¿Qué puedes hacer ahora para prepararte para un día tratar a tu cónyuge de la forma en que el Salvador le trataría?

  • ¿De qué forma el obedecer y honrar a tus padres puede ayudarte a llegar a ser más como Jesucristo?

Mira las imágenes siguientes y relaciónalas con estos relatos de las Escrituras: Lucas 2:51–52, Juan 2:1–11 y Lucas 22:39–42. Piensa en el modo en que el Salvador fue un ejemplo de amor, obediencia y honradez hacia Sus padres terrenales y celestiales.

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Jesús dice a Su madre, María: “¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?”.
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Jesús habla con María en una fiesta de bodas.
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Cristo arrodillado en Getsemaní. Las escenas incluyen la espalda del Salvador arrodillado en la hierba alta, un primer plano de Su rostro con cara de temor, a lo lejos con la cara y las manos ensangrentadas cerca de un río, un ángel que lo consuela, un retrato de perfil y un ángel resplandeciente que se acerca a Cristo que está acurrucado en el suelo.
  • ¿De qué manera amó, obedeció y honró el Salvador a Sus padres? ¿Cómo crees que Sus acciones influyeron en Su relación con Sus padres?

  • ¿Cuáles son algunas de las formas en que honras y obedeces a tus padres?

  • El seguir el ejemplo del Salvador, ¿de qué manera te ha bendecido y ayudado a fortalecer las relaciones familiares, o cómo crees que podría hacerlo?

Practica ser como el Salvador

2. Completa lo siguiente en tu diario de estudio.

Anota una interacción típica entre un adolescente y un miembro de la familia en la que podría resultar difícil tratar al otro miembro de la familia como el Salvador lo haría. Una vez que hayas ideado la interacción, escribe cómo crees que reaccionaría el Salvador y por qué. Recuerda cómo se sentía y actuaba Salvador hacia los demás.

Algunos ejemplos podrían ser:

  • Un padre critica la forma en que un hijo pasa su tiempo libre.

  • Un hermano toma una pertenencia de otro hermano sin pedir permiso y miente al respecto.

Sigue el ejemplo del Salvador

Reflexiona sobre tu relación con los miembros de tu familia. Piensa en ocasiones en las que hayas seguido el ejemplo del Salvador y tratado a los demás de forma cristiana. Además, permite que el Espíritu Santo te ayude a saber lo que podrías hacer para seguir el ejemplo del Salvador de la forma en que amó a los demás.

Anota lo que sientas que podrías hacer para emular al Salvador en tus relaciones familiares. Si lo deseas, comparte con tu maestro o con uno de tus padres lo que escribiste para que te ayude a cumplir con lo que te sientes inspirado a hacer.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

Efesios 5:22–24. ¿Qué debemos entender sobre de las enseñanzas de Pablo en estos versículos?

Pablo enseñó que todos los miembros de la Iglesia deben someterse los unos a los otros o, en otras palabras, deben poner a los demás por sobre sí mismos (véase Efesios 5:21). Luego, explicó la forma en que el principio de someterse se aplica a la familia y a las relaciones familiares. Los versículos 22–24 se pueden malinterpretar fácilmente y aplicarse de forma incorrecta en nuestros días. Los profetas de los últimos días han enseñado claramente que los esposos, las esposas, las madres y los padres deben cumplir con sus deberes sagrados como “compañeros iguales” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org). Si los matrimonios están verdaderamente unidos, cualquier sacrificio que uno haga por el bien de su cónyuge conlleva inevitablemente bendiciones para sí mismo; por tanto, “el que ama a su esposa, a sí mismo se ama” (Efesios 5:28).

¿Cómo pueden un esposo o una esposa tratar a su cónyuge como lo haría el Salvador?

El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) afirmó:

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Retrato frontal de medio cuerpo del presidente Gordon B. Hinckley. Las manos del presidente Hinckley están apoyadas en el respaldo de una silla. La imagen es el retrato oficial de la Iglesia del presidente Hinckley desde 1995. Este fue el último retrato oficial del presidente Hinckley. El presidente Hinckley falleció el 27 de enero de 2008.

La felicidad en el matrimonio no estriba tanto en que haya mucho romanticismo sino en que haya un gran interés en la comodidad y en el bienestar del cónyuge. El hombre que haga de la comodidad de su esposa su principal interés seguirá enamorado de ella durante toda su vida y por toda la eternidad que está por venir (Anchorage, Alaska, conferencia regional, 18 de junio de 1995).

(“Speaking Today: Excerpts from Recent Addresses of President Gordon B. Hinckley”, Ensign, abril de 1996, pág. 72)

El élder L. Whitney Clayton, del Cuórum de los Setenta, indicó:

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Retrato oficial del élder L. Whitney Clayton, fotografiado en marzo de 2017.

He observado que, en los matrimonios más felices, tanto el esposo como la esposa consideran su relación como una perla de gran precio, un tesoro de valor infinito. Ambos dejan a su padre y a su madre y se disponen a edificar juntos un matrimonio que prosperará por toda la eternidad; comprenden que caminan por una senda divinamente ordenada. Saben que no existe ningún otro tipo de relación que pueda aportar tanto gozo, generar tanto bien ni producir tanto refinamiento personal. Observen y aprendan: los mejores compañeros conyugales consideran su matrimonio como algo inestimable.

(Véase L. Whitney Clayton, “El matrimonio: Observen y aprendan”, Liahona, mayo de 2013, pág. 83)

¿Qué puedo hacer para fortalecer mis relaciones familiares?

“Honra a tus padres, demostrándoles amor y respeto; obedécelos a medida que te guían con rectitud. Ayuda en casa de buen grado y participa en actividades y tradiciones familiares sanas. Únete a tu familia en la oración familiar, en el estudio de las Escrituras y en las noches de hogar. Guardar esos mandamientos fortalece y unifica a las familias” (Para la Fortaleza de la Juventud, librito, 2011, pág. 14.

Podrían leer el siguiente artículo que sugiere formas de edificar y fortalecer las relaciones: “Principios para ministrar: Cultivar relaciones significativas”, Liahona, agosto de 2018, págs. 6–9.

Considera mirar uno o más de los videos siguientes, todos disponibles en LaIglesiadeJesucristo.org, que muestran ejemplos de personas que se esfuerzan por seguir el ejemplo del Salvador en la forma en que tratan a los demás.

En el video “Ustedes son Mis manos” (desde el minuto 10:26 hasta el 12:39), el presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, habla de cómo podemos ser las manos del Salvador.

En “Amor duradero” (4:16), una pareja se ama y se presta servicio mutuamente aun cuando debe sobrellevar una debilitante adversidad física.

En “El hogar y la familia ‑ Por cosas pequeñas” (3:33), un obispo desafía a tres jóvenes a aprender lo que se necesita para que su hogar sea un lugar santo.

En “Madres e hijas” (5:06), unas jovencitas de Alberta, Canadá, conversan sobre por qué sus madres son tan buenos ejemplos para ellas.

En “Padres e hijos” (5:43), un joven relata cómo trabajó para mejorar su relación con su padre.

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