Juan 14:1–6, 15:1–11
“Yo soy el camino, y la verdad y la vida”
Durante Su última velada con Sus discípulos, Jesucristo les enseñó acerca de Su naturaleza y misión. Enseñó que Él es el camino de regreso al Padre Celestial y comparó la relación de Sus discípulos con Él con las ramas de una vid. Esta lección puede ayudarte a reflexionar sobre tu relación con Jesucristo y sobre cómo puedes seguirlo y recibir Su fortaleza y apoyo.
Algunas de las enseñanzas finales del Salvador a Sus discípulos tenían por objeto ayudarlos a entender su relación con Él y su dependencia de Él. El Salvador se comparó a Sí mismo con un camino, así como con una vid o un árbol con ramas. Dedica un momento a pensar en aspectos de tu vida con los que tal vez necesites ayuda. Tal vez sientas que necesitas ayuda mientras te esfuerzas por regresar al Padre Celestial. Tal vez sientas la necesidad de una mayor fortaleza para afrontar los desafíos de tu vida. Al estudiar las enseñanzas del Salvador, busca lo que puedas aprender acerca de Él y de cómo Él puede ayudarte.
Estudia una de las siguientes secciones o ambas. Recuerda reflexionar sobre cómo el Salvador puede ayudarte en tu vida diaria.
Jesucristo es “el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6)
Lee Juan 14:1–6 para saber cómo prometió el Salvador ayudar a quienes lo siguieran.
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¿Qué verdades enseñó el Salvador en estos versículos?
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¿Cómo se llamó a Sí mismo el Salvador en el versículo 6?
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¿Qué te enseña cada uno de esos títulos acerca de Jesucristo y tu relación con Él?
Si creaste una lista de los diversos títulos y funciones de Jesucristo en una lección anterior, puedes completarla con lo que descubriste en Juan 14.
El Libro de Mormón puede aumentar tu comprensión de lo que estás estudiando en el Nuevo Testamento. Lee Mosíah 3:17 y piensa en la forma en que ese versículo nos ayuda a entender mejor Juan 14:6.
El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, enseñó lo siguiente:
Dios desea que encuentren el camino de regreso a Él; y el Salvador es el camino [véase Juan 14:6]. Dios quiere que ustedes aprendan acerca de Su Hijo Jesucristo, y que sientan la paz y el gozo profundos que vienen de seguir el camino del discipulado divino.
(Dieter F. Uchtdorf, “Cómo recibir un testimonio de luz y verdad”, Liahona, noviembre de 2014, pág. 21).
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¿En qué ocasiones han experimentado tú o alguien a quien conozcas la profunda paz y el gozo que se obtienen al seguir a Jesucristo?
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¿Cuáles son algunas maneras en las que podemos seguir al Salvador a fin de regresar con el Padre Celestial?
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¿Cómo podemos saber si estamos en el camino correcto?
Jesucristo es “la vid” (Juan 15:5)
Jesucristo utilizó una comparación para enseñar a Sus discípulos acerca de su relación con Él. Lee Juan 15:1–11 para ver cuál es la comparación.
Si creaste una lista de los diversos títulos y funciones de Jesucristo en una lección anterior, puedes completarla con lo que descubriste en Juan 15.
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¿Qué crees que está enseñando Jesucristo con esta comparación?
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¿Qué verdades puedes aprender de esta comparación en cuanto a nuestra relación con Jesucristo?
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó que la invitación del Salvador a permanecer en Él es una invitación a “quedarse, pero quedarse para siempre” (“Permaneced en mí”, Liahona, mayo de 2004, pág. 32). El élder Holland explicó por qué es tan importante que aceptemos la invitación del Salvador a permanecer en Él. Si lo deseas, mira el video “Permaneced en mí” desde el minuto 13:26 hasta el 14:23, o lee la siguiente declaración.
Jesús dijo: “… [S]in mí nada podéis hacer” [Juan 15:5]. Testifico que esa es la verdad de Dios. Cristo es todo para nosotros, y debemos “permanecer” en Él permanentemente, de continuo, firmemente, para siempre. Para que el fruto del Evangelio florezca y bendiga nuestra vida, debemos ceñirnos con firmeza a Él, el Salvador de todos nosotros, así como a Su Iglesia, que lleva Su santo nombre. Él es la vid que es nuestra fuente verdadera de fortaleza y la única fuente de vida eterna. En Él no solo perseveraremos, sino que también prevaleceremos y triunfaremos en esta santa causa que nunca nos fallará
(Jeffrey R. Holland, “Permaneced en mí”, Liahona, mayo de 2004, pág. 32)
El Libro de Mormón puede ayudarte a aumentar tu comprensión de lo que estás estudiando en el Nuevo Testamento. Lee Alma 26:12 y piensa en cómo se relaciona con Juan 15:1–11.
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¿Cuáles son algunos de los frutos (resultados o bendiciones) que has visto en tu vida a medida que has tratado de permanecer en Jesucristo?
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¿Cuáles son algunas de las cosas que puedes hacer para ayudarte a permanecer en Jesucristo?
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Qué significa que hay muchas moradas en casa del Padre Celestial?
El profeta José Smith (1805–1844) enseñó:
[La expresión]: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay” [Juan 14:2] […] [d]ebería decir: “En el reino de mi Padre muchos reinos hay”, a fin de que sean herederos de Dios y coherederos conmigo […]. Hay moradas para aquellos que obedecen una ley celestial, y hay otras moradas para aquellos que no cumplen con la ley, cada cual en su propio orden.
(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 231).