Seminario
Juan 14–16


Juan 14–16

La misión del Espíritu Santo

El sacramento de la última cena

Durante el ministerio del Salvador, los Apóstoles disfrutaron del poder del Espíritu Santo, pero aún no habían recibido el don del Espíritu Santo, el cual les permitiría, mediante su rectitud, tener la compañía constante del Espíritu Santo (véase Bible Dictionary, “Holy Ghost”). Jesucristo prometió bendecirlos con el don del Espíritu Santo después de Su ascensión al cielo. Esta lección puede ayudarte a reconocer la forma en que el Espíritu Santo cumple Sus diversas funciones en tu vida.

¿Cómo puede ayudarte el Espíritu Santo?

  • ¿Qué entiendes en cuanto a la forma en que el Espíritu Santo puede ayudarte?

  • ¿Qué experiencias has tenido con el Espíritu Santo?

Mira el siguiente video, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 1:58 hasta el 3:10, en el cual el élder Gary E. Stevenson relata una experiencia que tuvo cuando era niño.

15:25

¿Cómo te ayuda el Espíritu Santo?

  • ¿Qué preguntas tienes acerca de la función del Espíritu Santo en nuestra vida?

A medida que estudies, busca respuestas a las preguntas que tengas sobre el Espíritu Santo y la forma en que la función del Espíritu Santo puede ayudarte con tus necesidades individuales.

Jesús enseña a Sus apóstoles acerca del Espíritu Santo

Después de que el Salvador bendijera y repartiera la Santa Cena, y sabiendo que pronto sufriría por nuestros dolores, tentaciones y pecados, y luego sería crucificado, continuó enseñando a Sus apóstoles.

Lee Juan 14:16–17 y busca lo que el Salvador prometió que daría a Sus apóstoles.

  • ¿Por qué crees que Jesucristo prometió a Sus apóstoles que recibirían el don del Espíritu Santo poco después de que Él partiera?

Dibuja el siguiente cuadro en tu diario de estudio. Deja espacio para una tercera columna, la cual agregarás más adelante. Llena el cuadro con lo que encuentres en los versículos mencionados.

Versículo(s)

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 14:16–17

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 14:26

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 14:27

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 15:26

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 16:7–8

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

Versículo(s)

Juan 16:13–14

El Padre Celestial y Jesucristo nos envían el Espíritu Santo para…

ícono de diario 1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio:

  • ¿Cómo resumirías lo que enseñó el Salvador acerca de por qué Él y el Padre nos envían el Espíritu Santo?

  • ¿Cómo pueden esas promesas y verdades ayudarte en tu vida en este momento?

  • ¿De qué manera el saber que el Padre Celestial y Jesucristo envían al Espíritu Santo te ayuda a saber que Ellos te aman? ¿Qué te muestra que desean para ti?

Un testimonio proveniente del Espíritu Santo

El Salvador enseñó que el Espíritu Santo testificaría de Él y lo glorificaría (véase Juan 15:26; 16:13–14).

El presidente Russell M. Nelson enseñó:

Presidente Russell M. Nelson

La verdad más importante que el Espíritu Santo podría testificarles es que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

(Russell M. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96)

ícono de diario 2. Responde al menos una de las siguientes preguntas en tu diario de estudio:

  • ¿En qué ocasiones has sentido que el Espíritu Santo te daba testimonio y te enseñaba sobre el Padre Celestial y Jesucristo? ¿De qué maneras te enseñó y testificó el Espíritu Santo?

  • ¿Qué podría hacer una persona para invitar al Espíritu Santo a enseñarle acerca del Padre Celestial y Jesucristo? (véase Juan 7:1714:13).

Experiencias personales con el Espíritu Santo

Agrega una tercera columna a tu cuadro con el siguiente título: “Formas en que el Espíritu Santo ha hecho esto por mí o por alguien que conozco”. Por cada pasaje de las Escrituras del cuadro, piensa y escribe acerca de cualquier experiencia que tú, un miembro de tu familia o alguien de las Escrituras haya tenido en la cual el Espíritu Santo cumpliera esa función. Si no reconoces ni recuerdas una experiencia personal para cada una de las funciones del Espíritu Santo que el Salvador destacó en estos versículos, está bien. A medida que te esfuerces por ser fiel y busques esas experiencias en tu vida, el Padre Celestial te ayudará a reconocerlas.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Qué hace el Espíritu Santo?

El presidente Dallin H. Oaks enseñó:

15:16

La Trinidad y el Plan de Salvación

Presidente Dallin H. Oaks

El tercer miembro de la Trinidad es el Espíritu Santo, a quien también se le conoce como el Santo Espíritu, el Espíritu del Señor y el Consolador. Él es el miembro de la Trinidad que es el agente de la revelación personal. Como personaje de espíritu (véase Doctrina y Convenios 130:22), puede morar en nosotros y llevar a cabo la función esencial de comunicador entre el Padre y el Hijo y los hijos de Dios en la tierra. Muchos pasajes de las Escrituras enseñan que Su misión es testificar del Padre y del Hijo (véanse Juan 15:26; 3 Nefi 28:11; Doctrina y Convenios 42:17). El Salvador prometió que el Consolador nos enseñará y recordará todas las cosas, y que nos guiará a toda la verdad (véanse Juan 14:26; 16:13). De ese modo, el Espíritu Santo nos ayuda a discernir entre la verdad y la falsedad, nos guía en nuestras decisiones más importantes, y nos ayuda a lo largo de los desafíos de la vida terrenal. Es también el medio a través del cual somos santificados, es decir, limpiados y purificados del pecado (véanse 2 Nefi 31:17; 3 Nefi 27:20; Moroni 6:4).

(Dallin H. Oaks, “La Trinidad y el Plan de Salvación”, Liahona, mayo de 2017, págs. 102–103)

¿Por qué es importante que reconozcamos cuando el Espíritu Santo nos habla?

El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, enseñó:

Presidente Dallin H. Oaks

Esta línea personal de comunicación con nuestro Padre Celestial mediante Su Santo Espíritu es la fuente de nuestro testimonio de la verdad, de nuestro conocimiento y de nuestra guía personal de un amoroso Padre Celestial. Es una característica fundamental de Su maravilloso plan del Evangelio, que permite que cada uno de Sus hijos reciba un testimonio personal de su verdad.

(Dallin H. Oaks, “Dos líneas de comunicación”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 83)

Juan 14:27. ¿Cómo puedo sentir paz del Espíritu Santo si tengo problemas de salud mental?

Si experimentas desafíos en cuanto a tu salud mental, tales como ansiedad o depresión, podrías sentir que es muy difícil sentir el Espíritu Santo. Eso no es tu culpa. Nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo están al tanto de esos desafíos y desean ayudarte. Considera la posibilidad de repasar uno o dos de los siguientes recursos para obtener más información sobre cómo sentir paz del Espíritu Santo cuando tengas problemas de salud mental.

  • Video: “Como una vasija quebrada” (11:36; disponible en LaIglesiadeJesucristo.org)

    11:36

    Like a Broken Vessel

  • Reyna I. Aburto, “En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 57–60

  • Debra Theobald McClendon, “Discerning Your Feelings: Anxiety or the Spirit?”, Ensign, abril de 2019, ChurchofJesusChrist.org

  • Lyle J. Burrup, “Anxiety and Anxiety Disorders”, Ensign, marzo de 2017, págs. 54–61

  • MentalHealth.ChurchofJesusChrist.org

Juan 16:7. ¿Qué quiso decir el Salvador cuando dijo: “… [S]i yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros”?

Por alguna razón que no se explica en su totalidad en las Escrituras, el Espíritu Santo no obró por completo entre los judíos durante los años de la etapa terrenal de Jesús (Juan 7:3916:7). Declaraciones en cuanto a que el Espíritu Santo no vino hasta después de que Jesús resucitara se deben referir forzosamente solo a esa dispensación en particular, puesto que está perfectamente claro que el Espíritu Santo obraba en dispensaciones anteriores. Es más, se refiere solamente a que el don del Espíritu Santo no estaba presente, puesto que el poder del Espíritu Santo obraba durante el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús; de otra forma, nadie habría recibido un testimonio de las verdades que esos hombres enseñaron (Mateo 16:16–17; véase también 1 Corintios 12:3).

(Bible Dictionary, “Holy Ghost”).