Lucas 23:33–46; Juan 19:26–30
La compasión del Salvador en la cruz
Las cosas que Jesús dijo mientras estaba en la cruz muestran Su carácter y Sus atributos divinos. Mientras estudias, procura aumentar tu deseo de ser más como Jesucristo a medida que aprendes de Su ejemplo cuando fue crucificado.
Estar atento a los demás
Medita en las siguientes preguntas: ¿Con frecuencia demuestras compasión por los demás? ¿Por qué sí o por qué no?
En esta lección tendrás la oportunidad de estudiar el ejemplo del Salvador de tender la mano a los demás incluso durante Su dolorosa experiencia en la cruz. Al estudiar el ejemplo del Salvador, busca la guía del Espíritu Santo para que te ayude a tener el deseo de ser más semejante a Él.
Experiencias antes y durante la Crucifixión
Recuerda las experiencias del Salvador antes y durante Su crucifixión:
-
Él sufrió por los pecados del mundo en Getsemaní (véase Lucas 22:39–44).
-
Fue traicionado por Judas y abandonado por Sus apóstoles (véase Marcos 14:43–50).
-
Fue juzgado, golpeado y escupido por los líderes judíos (véase Mateo 26:57–68).
-
Fue interrogado por Pilato y por Herodes, y fue sometido a burlas por Herodes y sus soldados (Lucas 23:1–24).
-
Fue golpeado y azotado brutalmente por los soldados romanos (véase Mateo 27:26–31).
-
Llevó Su cruz al menos parte del camino al Gólgota (véase Juan 19:16–17).
-
Le clavaron las manos y los pies, y fue crucificado entre dos ladrones (véase Lucas 23:33; véase también Juan 20:25).
-
Fue colgado en la cruz (véanse Mateo 27:45–50; Marcos 15:25).
Piensa en el modo en que esos acontecimientos influyen en cómo te sientes hacia el Salvador y lo que Él soportó por ti. Lee los siguientes pasajes, que contienen declaraciones que el Salvador hizo mientras estaba en la cruz. Busca verdades acerca de Jesucristo en Sus declaraciones y menciónalas en tu diario de estudio.
-
Lucas 23:33–34. El Salvador habló estas palabras acerca de los soldados que lo crucificaron (véase la Traducción de José Smith de este versículo en Lucas 23:34, Traducción de José Smith, Apéndice).
-
Lucas 23:39–43. Estos versículos registran lo que dijeron los ladrones que fueron crucificados con el Salvador y el modo en que Él respondió. (Ten en cuenta que el profeta José Smith enseñó que, cuando el Salvador dijo que el ladrón estaría con Él en el paraíso, le estaba enseñando: “Estaré contigo en el mundo de los espíritus y te enseñaré o contestaré tus preguntas” [“Discourse, 11 June 1843–A, as Reported by Wilford Woodruff”, pág. 44, josephsmithpapers.org]).
-
Juan 19:26–27. Estos versículos registran lo que el Salvador les dijo a Su madre, María, y al apóstol Juan.
Cuando estaba en la cruz, el Salvador no solo pensó en los soldados romanos, en los ladrones y en Su madre. El presidente Russell M. Nelson enseñó una manera adicional en que el Salvador se centró en los demás mientras estaba en agonía.
… Como en todas las cosas, Jesucristo es nuestro máximo ejemplo, ‘quien, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz’ [Hebreos 12:2]. ¡Piensen en ello! A fin de que Él pudiese soportar la experiencia más intensa que se haya padecido en la tierra, ¡nuestro Salvador se centró en el gozo!
¿Y cuál fue el gozo que se puso delante de Él? Seguramente incluía el gozo de limpiarnos, sanarnos y fortalecernos; el gozo de pagar por los pecados de todo el que se arrepintiera; el gozo de hacer posible que ustedes y yo regresáramos a casa —limpios y dignos— para vivir con nuestros padres celestiales y nuestras familias.
(Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 82).
-
¿En qué se centró el Salvador mientras sufría por nosotros?
-
¿Qué te enseñó el presidente Nelson acerca de lo que el Salvador desea para ti?
Medita por un momento en la verdad de que, mientras el Salvador estaba en la cruz, Él se centró en ti y en el gozo de ayudarte a regresar al Padre Celestial.
-
¿Qué diferencia puede marcar en tu vida el entender esta verdad? ¿Por qué este conocimiento marcaría tal diferencia para ti?
Si te resulta útil ver un ejemplo, mira “Amémonos unos a otros como Él nos ha amado” desde el minuto 3:22 hasta el 7:54, disponible en ChurchofJesusChrist.org.Amémonos unos a otros como Él nos ha amado
Para buscar la guía del Espíritu Santo, medita sobre el ejemplo del Salvador y en lo que has sentido hoy. Determina maneras en las que puedes ser más semejante a Jesucristo al mostrar amor y compasión por los demás, incluso durante tus propios desafíos. Luego, registra esas maneras en tu diario de estudio. Repasa la lista que hiciste y selecciona, con espíritu de oración, una de las formas en que puedes ser más semejante a Jesucristo y especifícala en la anotación en tu diario. Ora y busca oportunidades para llevar a la práctica esa acción.
“¡Consumado es!”
Después de sufrir varias horas en la cruz, el Salvador pronunció Sus últimas palabras.
Lee Juan 19:28–30 y Lucas 23:46. Marca las últimas declaraciones del Salvador en la vida terrenal.
-
¿Qué nos pueden ayudar a entender estas declaraciones en cuanto al Salvador y Su misión?
Al igual que el Salvador, nosotros podemos completar lo que el Padre desea que hagamos en nuestra vida. Recuerda esto mientras procuras cumplir con lo que decidiste poner en práctica hoy.
Opcional: ¿Quieres aprender más?
Juan 19:27. ¿Qué podemos aprender de la declaración del Salvador “He ahí tu madre”?
Podemos seguir el ejemplo de Jesucristo al esforzarnos por reconocer, amar y preocuparnos por nuestras madres. El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, rindió tributo a las madres rectas y comparó su amor con el amor del Salvador.
Mira “He ahí tu madre” desde el minuto 0:20 hasta el 2:53, disponible en ChurchofJesusChrist.org.
¿De qué manera el ayudar a otras personas cuando nosotros tenemos dificultades influye en lo que estamos llegando a ser?
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
El carácter se pone de manifiesto […] en la capacidad de percibir el sufrimiento de los demás cuando nosotros mismos estamos sufriendo; en la capacidad de advertir que otras personas tienen hambre cuando nosotros estamos hambrientos; y en la capacidad de tender una mano y mostrar compasión ante la agonía espiritual de otras personas cuando estamos en medio de nuestra propia aflicción espiritual. Así, pues, el carácter se demuestra al mirar al exterior y tender la mano a los demás, cuando la reacción natural e instintiva es abstraerse y pensar en uno mismo. Si tal capacidad es en verdad el criterio supremo del carácter moral, entonces el Salvador del mundo es el ejemplo perfecto de dicho carácter constante y caritativo.
(David A. Bednar, “The Character of Christ”, devocional de la Universidad Brigham Young–Idaho, 25 de enero de 2003, byui.edu)
¿Qué bendiciones podemos recibir cuando servimos a los demás mientras las cosas son difíciles para nosotros?
El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, enseñó:
Además, debemos percatarnos de la tribulación de otras personas y tratar de ayudar. Eso resultará particularmente difícil cuando nosotros mismos estemos siendo probados intensamente, pero llegaremos a descubrir que cuando aliviamos la carga de otra persona, aun cuando solo sea un poco, nuestras espaldas se fortalecen y percibimos una luz en la oscuridad.
(Henry B. Eyring, “Ser probados, probarnos y ser pulidos”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 98)