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Filipenses 3


Filipenses 3

“Lo he perdido todo […] para ganar a Cristo”

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1.ª ilustración: Una cálida y amorosa imagen de Cristo, con los ojos mirando hacia el lector. 2.ª ilustración: las estrellas y la galaxia

¿Qué estás dispuesto a sacrificar para seguir a Jesucristo y llegar a ser Su discípulo? El apóstol Pablo renunció a mucho cuando eligió seguir al Salvador, incluso a su posición influyente en la sociedad judía como fariseo (véase Filipenses 3:5). Esta lección puede ayudarte a comprender la importancia de hacer sacrificios para llegar a conocer a Jesucristo.

¿Qué darías?

Lee o mira el relato siguiente del presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, sobre un joven que le contó al presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) los sacrificios que estaba dispuesto a hacer para convertirse en miembro de la Iglesia.

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Retrato oficial del presidente Dallin H. Oaks, tomado en marzo de 2018.

Hace muchos años, en una de estas conferencias se oyó de un joven que conoció el Evangelio restaurado mientras estudiaba en los Estados Unidos. Cuando este hombre estaba a punto de regresar a su país de origen, el presidente Gordon B. Hinckley le preguntó qué le sucedería cuando volviera a casa siendo cristiano. “Mi familia se decepcionará”, respondió el joven. “Puede que me expulsen y que me den por muerto. En cuanto a mi futuro y mi carrera, quizás se me niegue toda oportunidad”. “¿Está dispuesto a pagar un precio tan alto por el Evangelio?”, le preguntó el presidente Hinckley.

(Véase Dallin H. Oaks, “El sacrificio”, Liahona, mayo de 2012, pág. 21)

  • ¿Cómo piensas que contestó el joven? ¿Por qué?

  • ¿Qué podría motivar a una persona a renunciar a tanto para seguir a Jesucristo?

Al estudiar Filipenses 3, piensa en lo que tu has sacrificado por el evangelio de Jesucristo y cómo has sido bendecido por hacerlo. Puede que, por otro lado, sacrificarte para estar más cerca del Salvador sea un concepto desconocido para ti. Sean cuales sean tus circunstancias, el Salvador desea ayudarte a progresar. A lo largo de la lección, presta atención a los pensamientos y sentimientos del Espíritu Santo que puedan ayudarte a comprender la función que el sacrificio debe desempeñar en tu vida.

Todo sacrificio vale la pena por el evangelio de Jesucristo

Recuerda que, antes de convertirse a Jesucristo en el camino a Damasco (véase Hechos 9), Pablo era un fariseo, una persona de elevada posición religiosa y social entre los judíos (véase Filipenses 3:5). Debido a que escogió seguir a Jesucristo y pasar su vida predicando el Evangelio, experimentó persecución, tribulación, dolor físico y estrés emocional graves (véase 2 Corintios 11:23–28). En Filipenses 3:7–17 leemos cómo se sintió al renunciar a su vida anterior para seguir a Jesucristo y las bendiciones que recibió como resultado.

Lee Filipenses 3:7–14 para saber a qué estaba dispuesto a renunciar Pablo para conocer y seguir a Jesucristo. Ten en cuenta que la palabra semejante en el versículo 10 significa dispuesto, la palabra “prosigo” en el versículo 12 significa “sigo adelante”, y la palabra alcanzo en el versículo 12 significa “obtengo”.

1. Completa lo siguiente en tu diario de estudio:

Elige dos pasajes o frases de Filipenses 3:7–14 y vuelve a escribir el mensaje de Pablo con tus propias palabras. Por ejemplo, una manera de reformular el mensaje de Filipenses 3:7 es: “Las cosas que antes eran importantes para mí, ahora no lo son debido a Jesucristo”. Cuando hayas terminado, responde las preguntas siguientes.

  • ¿Cuáles fueron algunas de las bendiciones que recibió Pablo debido a que se sacrificó por el Señor?

  • ¿Cuáles fueron algunas de las bendiciones que aún se esforzaba por obtener por medio de sus sacrificios?

  • ¿Qué principios podemos aprender del ejemplo de sacrificio de Pablo?

Un principio que podemos aprender del ejemplo de Pablo es que si renunciamos a todo lo que se requiera de nosotros para seguir a Jesucristo y perseveramos con fe, podemos llegar a conocerlo y obtener la vida eterna. Si lo deseas, podrías anotar este principio en tu ejemplar de las Escrituras o en tu diario de estudio.

Toma un momento para meditar en cuanto a la forma en que este principio podría relacionarse contigo.

  • ¿Qué pensamientos, preguntas o sentimientos tienes?

El sacrificio personal

Recuerda la pregunta que planteó el presidente Hinckley al comienzo de la lección en cuanto a la disposición del joven de sacrificar tanto por el Evangelio. Lee el resto del relato que compartió el presidente Dallin H. Oaks.

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Retrato oficial del presidente Dallin H. Oaks, tomado en marzo de 2018.

Con lágrimas en los ojos, el joven le contestó: “Es verdadero, ¿no es así?”. Cuando se le confirmó que sí, agregó: “Entonces, ¿qué importa lo demás?”. Ese es el espíritu de sacrificio que existe entre muchos de nuestros miembros nuevos.

(Véase Dallin H. Oaks, “El sacrificio”, Liahona, mayo de 2012, pág. 21)

  • ¿Qué te impresiona sobre este joven?

  • ¿De qué forma son la vida, el ministerio y la expiación del Salvador el ejemplo supremo de sacrificio?

  • ¿Qué pensamientos o sentimientos tienes cuando meditas sobre lo que Jesucristo estuvo dispuesto a sacrificar por ti?

2. Completa lo siguiente en tu diario de estudio:

Piensa en los próximos cinco años de tu vida y escribe una carta para ti mismo en el futuro. Incluye en tu carta los siguientes detalles:

  1. Cosas que tal vez debas sacrificar en los próximos cinco años para llegar a conocer mejor al Señor y prepararte para la vida eterna.

  2. Obstáculos que podrías encontrar al hacer sacrificios y “pros[eguir] […] al premio” (Filipenses 3:14).

  3. Lo que has aprendido acerca de la importancia del sacrificio y las bendiciones que puedes recibir como resultado.

  4. La forma en que el sacrificio puede ayudarte a llegar a ser más semejante al Salvador.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

Filipenses 3:14. ¿A qué se refería Pablo cuando dijo: “prosigo a la meta”?

El élder Edward Dube, de los Setenta, enseñó lo siguiente.

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Retrato oficial del élder Edward Dube. Fotografiado en marzo de 2017.

Proseguir a la meta es continuar fielmente en el “estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna” [2 Nefi 31:18] con nuestro Salvador y nuestro Padre Celestial. Pablo consideró sus sufrimientos como “indignos de ser comparados con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada” [Romanos 8:18; véase también 2 Corintios 1:3–7]. La carta que Pablo escribió a los filipenses cuando estuvo en prisión es una carta de enorme gozo y regocijo, y de aliento para todos nosotros, especialmente en este tiempo difícil de incertidumbre […].

Es interesante que Pablo nos exhorte a seguir adelante, al mismo tiempo que nos llama a olvidar lo que quedó atrás: nuestros temores pasados, nuestro enfoque pasado, nuestros fracasos y tristezas pasados.

(Edward Dube, “Avanzando hacia lo señalado”, Liahona, mayo de 2021, págs. 90, 91)

¿Cómo puedo saber qué sacrificios debo hacer para acercarme más a Jesucristo?

El élder Larry R. Lawrence, de los Setenta, enseñó que un momento ideal para pensar con reverencia en los sacrificios que podemos hacer por el Señor es durante la ordenanza de la Santa Cena.

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Retrato oficial del élder Larry R. Lawrence. Fotografiado en marzo de 2017.

En ese ambiente de reverencia, al dirigir nuestros pensamientos hacia el cielo, el Señor nos puede decir suavemente lo siguiente en lo que debemos trabajar. Al igual que ustedes, a lo largo de los años he recibido muchos mensajes del Espíritu que me mostraban cómo podía mejorar […].

Quizás el Espíritu les indique que deben perdonar a alguien; o tal vez reciban el mensaje de ser más selectivos en cuanto a las películas que ven, o la música que escuchan. Ustedes podrían recibir la impresión de ser más honestos en sus negocios, o más generosos en sus ofrendas de ayuno. Las posibilidades son infinitas.

(Larry R. Lawrence, “¿Qué más me falta?”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 34, 35)

¿Cuáles son algunos de los sacrificios que hacen los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para seguir al Salvador?

El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, mencionó muchos sacrificios que hacen los miembros de la Iglesia restaurada del Señor. Puedes leer su discurso “El sacrificio”, Liahona, mayo de 2012, págs. 19–22 o ver el video “El sacrificio” (16:31), que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

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